jueves, 31 de agosto de 2006

ACERCAMIENTO MILITAR


LA INFORMACION PUBLICADA en The Washington Times, sobre un debate dentro de la administración Bush acerca de la posibilidad de un acercamiento secreto con militares en la Isla, mezcla factores muy diversos. Estos le permitieron al editor de turno forzar un poco la mano con un título favorable a la orientación ideológica de la publicación (Poco probable la democracia en Cuba mientras gobierne Raúl) y al reportero plantear la posición flexible de algunos funcionarios y militares, dentro de un gobierno caracterizado en la Isla como particularmente hostil al régimen.
Pudiéramos decir que el título está destinado a los lectores norteamericanos, que son los que compran el diario, y parte del contenido del texto está escrito pensando en los hipotéticos lectores de la cúpula militar castrista. Al mismo tiempo, el artículo responsabiliza a los comunistas, comprometidos con el régimen y dedicados a su preservación, de ser los principales responsables de que en un futuro inmediato, tras la muerte de Fidel Castro, la democracia no surja en la Isla.
Esta caracterización de los miembros de Partido Comunista de Cuba (PCC) es errónea por dos motivos. El primero: recuerda demasiado la época de la guerra fría. Pinta a los comunistas cubanos como seguidores fieles y garantes incondicionales de un aparato represivo y un sistema totalitario, cuando lo más probable es que si en Cuba por primera vez en la historia de la revolución el PCC pudiera funcionar como un verdadero partido (comunista) y no como un simple instrumento de Castro iniciaría un movimiento de reformas internas que lo acercarían más a un partido social demócrata y lo alejarían de modelo obsoleto actual.
El segundo error es precisamente el otorgarle a ese partido un poder que nunca ha tenido, y que por lo tanto no está capacitado para ejercer. De adquirir realmente el control del país, el PCC se vendría al suelo por ineficaz y corrupto, por estar lleno en los escalones superiores de mando de cuadros sin conocimiento, moral y verdadera convicción revolucionaria.

Un tercer error, y este no relacionado con el partido sino con los otros organismos represivos del régimen —policía y seguridad del Estado— es considerarlos es desconocer su evolución posterior a la Causa No. 1 de 1989, cuando se inició un proceso de depuración y cambios que llevó a situar cuadros del Ministerio de las Fuerzas Armadas (MINFAR) al frente de todo el aparato represivo. Es cierto que las FAR han tratado de no intervenir directamente en los actos de represión a la población, pero también es cierto que en Cuba no se puede hablar de militares como profesionales cuya labor primordial o única es la defensa del país. Los militares participan en la dirección tanto económica o política de la nación. Basta mirar las cifras y comprobar cuántos son ministros, las cifras de los que integran el Comité Central y el Buró Político del Partido. En la Isla hay militares hasta administrando hoteles.
Hechas estas salvedades, hay otras dos dimensiones del artículo que resultan interesantes. Una es la existencia de diferentes enfoques respecto a la política hacia Cuba, nada nuevo dentro de cualquier gobierno norteamericano. La segunda, y más importante, es el reconocimiento implícito de la existencia de diversas medidas que cumplen objetivos también diversos.
En este sentido recuerdo lo planteado en una ocasión por Fulton Armstrong, un analista de la CIA que trabajó en la Oficina de Intereses de EEUU en La Habana a finales de los años 80.
Armstrong escribió un estudio sobre inteligencia para la CIA en el 2002 donde destacó la existencia de cuatro prioridades diferentes en los asuntos de interés nacional, de las cuales sólo dos resultan de una “importancia estratégica genuina”.
En ese estudio Armstrong calificó las medidas políticas de EEUU hacia Cuba como acciones que carecían de una verdadera importancia estratégica y que no estaban destinadas a resolver un problema considerado de prioridad nacional.
“En ocasiones, cuestiones que no afectan a la nación en su conjunto son elevadas a la categoría de interés nacional debido al poder de los electores”, escribió Armstrong. El analista explicaba en el trabajo que al tiempo que en un sentido general estas medidas son consistentes con el interés nacional, las prioridades políticas eran establecidas con el objetivo de favorecer a los intereses de un grupo en particular, al tiempo que soslayan aspectos más importantes dentro de una visión de conjunto.

El problema es que hasta ahora a la administración le ha sido posible establecer este tipo de medidas (recrudecimiento del embargo, limitaciones de los viajes y restricciones a los envíos de remesas) porque no afectan realmente al vínculo existente con Cuba desde el punto de vista estratégico y de seguridad nacional. Sólo que ahora el orden de prioridad de los factores ha cambiado.
Desde hace tiempo el Pentágono ha tratado de establecer un diálogo con los militares cubanos y no ve a la Isla como una verdadera amenaza militar. Esta visión no ha cambiado ni con del desenmascaramiento de la espía Ana Belén Montes ni con la guerra contra el terrorismo.
El diálogo entre militares cubanos y norteamericanos se ha realizado a través de dos vías. Una es la búsqueda de puentes de colaboración en diversos temas, como el narcotráfico, la inmigración y el terrorismo. La otra es sentar las bases para un restablecimiento de relaciones en el caso de que Raúl Castro llegue al poder. Es posible que esté cerca o en marcha una negociación con los militares que abra la vía a contactos más amplios. Conversaciones llevadas a cabo no de espaldas a Raúl, como insinúa la información de The Washington Times (aquí de nuevo hay que señalar la posición ideológica de la publicación) sino con la anuencia del ministro del ramo.
La isla no ha sido ajena a estas intenciones, con la creación del Centro de Estudios de Información de la Defensa, bajo el mando del brigadier general, Jesús Bermúdez Cutiño, destinado a cultivar las relaciones con los generales norteamericanos.
La existencia de los dos enfoques respecto a Cuba —negociación versus hostilidad— ha estado presente siempre en la política norteamericana hacia la Isla. Paradójicamente, dos de las administraciones más agresivas hacia el régimen, el gobierno del demócrata John F. Kennedy y del republicano Ronald Reagan, se encuentran entre las que establecieron contactos secretos de negociación con La Habana. No debe resultar extraño que en estos momentos, o en un futuro cercano, Washington intente de nuevo transitar este camino.

miércoles, 30 de agosto de 2006

LAGE ALERTA SOBRE EL DENGUE


LA EPIDEMIA DE dengue se está convirtiéndose en la amenaza que el gobierno cubano ha tratado de evitar. Ya la información ha comenzado a salir a la luz pública.
El vicepresidente cubano Carlos Lage llamó hoy a lograr de forma ''urgente'' la disminución del mosquito transmisor de la enfermedad del dengue y pidió a la población que se involucre en esta tarea, según informa la agencia de noticias Efe.
Lage indicó en una ''reunión de trabajo para precisar la estrategia en la batalla antivectorial'' que Cuba se enfrenta a un reto ''inmediato, urgente, de la mayor prioridad, que es disminuir la infección del aedes aegypti y casi llevarlo a cero''.
''Los índices de infestación hay que manejarlos no por municipios o por provincias sino por manzanas y por cuadradas, hasta por edificios'', indicó en declaraciones extraídas por la televisión cubana de su intervención en la reunión.

martes, 29 de agosto de 2006

HACIA OTRO FIASCO


TRAS LA APARICION, breve y controlada al extremo, de un Fidel Castro en el lecho de enfermo —para algunos convaleciente, para otros agonizante— se ha producido un vacío informativo que analistas y periodistas hemos tratado de bordear por temor a una caída.
Para el exilio de Miami fueron un cubo de agua fría esos minutos del gobernante en la televisión cubana. No tanto por la imagen en sí —Castro apareció débil y “víctima” de una puesta en escena que con un poco más de energía seguramente habría rechazado en algunos detalles— como por el acondicionamiento logrado tras días de rumores, alimentados principalmente por la radio, que hicieron creer a muchos que estaba muerto. La secuencia de fotos, más fotos y video fue como un castigo propinado por un boxeador que se recupera en el último minuto de la pelea.
Lo más decisivo, sin embargo, no ha sido la reaparición de los hermanos Castro, sino el clima de “tranquilidad” imperante en la Isla luego de un mes del traspaso temporal del poder. Ese estar a la espera del pueblo cubano apenas empezaba a inquietar al exilio, cuando llegó la orden de Washington de retirarse del terreno y sentarse a ver los acontecimientos tras la barrera del Estrecho de la Florida.
No lo digo en un sentido figurado. Primero fueron las declaraciones de la Casa Blanca y luego la visita del senador Mel Martínez. A partir de ese momento, cesaron los pronunciamientos, salvo los de algún grupo sin importancia, y la misma calma imperante en La Habana se ha establecido en el sur de la Florida.
Con una diferencia, aquí se puede especular abiertamente mientras en Cuba la sala de prensa se reduce a la cocina.
Esta ventaja permite comprobar la distancia que separa a los limitados análisis sobre el futuro de la Isla de la percepción y los deseos del exilio.
Mientras los primeros han tratado de arañar al menos el panorama de una sucesión-transición con Raúl, las implicaciones económicas y la posibilidad de reformas, los segundos se han aferrado a la esperanza de una muerte inminente del gobernante, la malignidad del ministro de las Fuerzas Armadas y la imposibilidad de una negociación con Estados Unidos.
La consecuencia es que buena parte de lo que ha reflejado la prensa de Miami obedece más a una necesidad emocional de sus lectores, espectadores y oyentes que a la realidad imperante en la Isla y a las posibilidades en un futuro inmediato.
Este discurso más emocional que realista permite vislumbrar que la comunidad exiliada se encamina a sufrir una nueva frustración.

MAS QUE UN ESCAÑO EN TALLAHASSEE

LA CONTIENDA PARA el senado estatal por el Distrito 38 no interesa por razones de preferencia hacia un candidato y tampoco con el objetivo de introducir el debate electoral floridano en este blog.
El titular es un republicano y su contendiente en las primarias es por supuesto del mismo partido. Como no hay candidato demócrata, cualquiera que sea el resultado final no alterará la cifra de legisladores de cada partido en Tallahassee.
La importancia de esta elección tan reñida, entre el actual senador Alex Villalobos y su opositor Frank Bolaños, es que no sólo refleja una división dentro del Partido Republicano en el estado sino ilustra la pugna entre los partidarios del gobernador Jeb Bush y quienes desean mantener su independencia al menos en algunos puntos de la agenda política.
En el caso de los exiliados cubanos, hay más que una paradoja en esa afirmación anticastrista declarada a cada momento y el seguimiento ciego a los miembros de una de las familias políticas más influyentes de Estados Unidos. Por encima de las diferencias ideológicas, predomina una marcada debilidad hacia el caudillismo, un acercarse al poder para lograr beneficios personales y una identificación con un estilo de gobierno que teme traspasar los límites del sistema democrático para tratar de establecer sus criterios.
Jeb Bush lleva tiempo batallando para que una enmienda aprobada por los votantes, destinada a reducir el número de alumnos en las aulas, se lleve a la práctica. En lugar de buscar la forma de cumplir el mandato popular, ha hecho todo lo posible por anularlo. Es el tipo de “problemas” que el gobernante Fidel Castro eliminó hace muchos años al adoptar un régimen totalitario.
También el Gobernador quiere que lograr que los fondos para la educación pública sean desviados en parte para la empresa privada, mediante los vales escolares. Una medida echada abajo por inconstitucional por la Corte Suprema de la Florida.
No se trata de brindar más opciones a la población o permitir el desarrollo del capitalismo de libre empresa. Es convertir al Estado -y por consiguiente los fondos del contribuyente- en un instrumento de la industria privada. En este aprovechamiento del Estado hay una semejanza también con el régimen castrista.
Choca entonces que esta militancia anticastrista se sienta complacida al mismo tiempo con un estilo caudillista que si no avanza más lejos es porque se lo impiden las normas del sistema democrático.
Desde la época en que George Bush padre era director de la CIA, esta familia ha mantenido estrechos vínculos con cierto sector del exilio de Miami. No resulta extraño que ahora que ambos Bush están en la etapa final de su mandato, otros traten de mantener los “verdaderos valores republicanos” establecidos por los Bush, que no son más que continuar la línea de beneficiar a los grandes negocios, reducir los impuestos que pagan los ricos y poner al Estado en función de las poderosas corporaciones.
Para al mismo tiempo atraerse al electorado, ya que no siempre es fácil convencer a la población de que voten por los ricos —a no ser que se profese el credo neoliberal de la creación de riquezas como fuente de bienestar, una patraña similar a la del comunismo como solución de los problemas sociales— se presenta a los candidatos como abanderados de los valores familiares, anticastristas y “conservadores”.
Con este objetivo se recurre a una manipulación ideológica en que ciertas palabras actúan no como conceptos, sino como cargas de artillería emocional destinadas a destruir la resistencia del enemigo.
Una de estas palabras en la jerga del exilio miamense —quizá la más eficaz tras los epítetos de “comunista” y “castrista”— es acusar al contrario de “liberal”.
El senador Villalobos no tiene nada de “liberal”, y no lo digo como una virtud sino como una limitación. Por lo demás esta palabra aquí en Miami ha sido tan desvirtuada que ha pasado de concepto a insulto.
La tácita, sin embargo, puede resultar efectiva, y no está alejada de los calificativos de “escoria”, “gusano”, “antisocial” y “mafioso” usados por el régimen de La Habana.
Bolaños intenta a incorporarse al grupo que en otro artículo denominé “talibanes en Tallahassee”, legisladores con algunas características similares y opuestas a los llamados “talibanes” del gobierno de Castro.
Se trata de un grupo que aquí en Miami forma parte de una generación de relevo: hombres y mujeres que por fecha y lugar de origen —varios de ellos nacieron en este país— no comparten una historia común con los residentes de la Isla, pero se consideran depositarios de la Cuba que dejó de ser, hijos del anhelo de darle marcha atrás al reloj histórico y político en Cuba, para borrar todo vestigio del proceso revolucionario, y herederos del llamado “exilio histórico”.
Gracias a su participación en los triunfos electorales de los hermanos Bush, este grupo desempeña un importante papel en la confección de la política norteamericana hacia la Isla. Una política poco efectiva para introducir cambios en Cuba, pero que demuestra el empuje político de un sector del exilio que no sólo contribuye poderosamente a las campañas electorales, sino que también tiene un gran dominio e influencia, tanto en los gobiernos local, estatal e incluso federal como en los medios informativos. Un grupo que además mantiene una relación con la Isla que es fundamentalmente política y afectiva, pero sin contactos con la población salvo en los casos de afinidades ideológicas con algunos disidentes.
La conclusión es que el juego político en Cuba y Miami está tan intervinculado, que no se puede apostar a una victoria en un terreno sin tomar en cuenta lo que ocurre en el otro. Quienes aparentan luchar por el fin del régimen de La Habana deben estar conscientes de esta simbiosis. Desprovistos del soporte ideológico del anticastrismo de café con leche, tendrán que demostrar su capacidad para sobrevivir políticamente en medio de los problemas que enfrentan los contribuyentes del sur de la Florida, y que hasta el momento muchos de ellos han hecho poco por aliviar.

COOPERACION CICLONICA

ESTA INFORMACION ES del blog de Rui Ferreira. Por su importancia y relación con los temas que a diario se tratan aquí considero importante reproducirla. Gracias anticipadas a Rui:
En la madrugada del martes, en una gesto de cooperación poco usual, las autoridades cubanas permitieron que un avión caza huracanes estadounidense se aproximara de la línea costera de la isla, para poder recoger datos más precisos sobre el ingreso de Ernesto a la cuenca del Océano Atlántico, en su desplazamiento hacia el sur de la Florida. El gesto motivó un agradecimiento público del CNH y unas palabras de reconocimiento del gobernador Bush. "Son cosas positivas, cualquier fenómeno meteorológico que venga hacia nosotros pasa por Cuba o alrededor de Cuba y todo tipo de cooperación es positivo. Siempre ha habido algún tipo de cooperación pero si esa cooperación es aun mas amplia, mejor", dijo. "Siempre he creído que en caso de desastre en Cuba debemos enviar alguna ayuda de emergencia, no para canalizarla a través del gobierno sino distribuirla por alguna organizaron no gubernamental", añadió el gobernador.

lunes, 28 de agosto de 2006

BOLAÑOS NO ES UN EDUCADOR

''PARA SENADOR, UN educador”, cantan en uno de los de los lemas de campaña de Frank Bolaños. ¿Pero es realmente Bolaños un educador? ¿En que escuela ejerció como maestro? ¿Qué universidad lo acredita como miembro de su claustro? En realidad Bolaños la única labor “educativa” que ha dirigido es la confección de las “páginas amarillas” de una guía telefónica. Lo único que se aprende en este “libro” es conocer el número de teléfono que se busca. Todo lo demás se limita a recalcar las cualidades “conservadoras” y su lucha contra los “intereses liberales”.
Bolaños fue designado por el gobernador Jeb Bush para la Junta Escolar de Miami-Dade para ocupar la plaza del delincuente convicto Demetrio Pérez Jr., y cuando ello ocurrió se destacó su falta de conocimiento en la esfera educacional, la que se dijo quedaba compensada por su labor cívica y su experiencia en el mundo empresarial.
Es cierto que Bolaños ha luchado contra los “intereses liberales”, pero son ésos los únicos “intereses” que afectan a nuestra ciudad. ¿Dónde quedan los intereses de las grandes corporaciones?
El problema de la campaña de Frank Bolaños es que repite los mismos estereotipos que una y otra vez han logrado dividendos políticos en nuestra ciudad a cambio de enfocarse en los problemas reales que nos afectan.
Todo lo que tenga que ver con Cuba, los libros que supuestamente sirven para “adoctrinar” a los niños sobre las bondades del régimen de la Isla (esta falsedad he tratado de aclararla en más de un artículo, debe quedar fuera de una campaña para el senado estatal. Lo significativo aquí son los problemas que afectan a nuestra comunidad, integrada no sólo por exiliados cubanos.
Tratar de hacer campaña política con la situación en la Isla debía servir para anular las aspiraciones de cualquier candidato. Desgraciadamente ocurre lo contrario.
Hasta que Miami no se libere de esta dependencia del régimen castrista no podrá enfrentar realmente sus problemas. Lo demás es oportunismo político, que sólo favorece a unos cuantos en nuestra ciudad y en La Habana.

EL ''PROFESOR'' QUE QUERIA SER FISCAL


EL ''PROFESOR'' RAMON Bonachea tiene una vocación infatigable para ser fiscal. Bonachea no está interesado en perseguir delincuentes en Miami, pese a los ejemplos que surgen a diario, como en el caso del escándalo de la Agencia de Vivienda. Sus metas son más altas. Este señor quiere ser una especie de Torquemada en Cuba.
La emisora Radio Martí le da a Bonachea un espacio todo los lunes para soñar. Durante dos horas este señor habla de los planes para una Cuba futura, en la cual. el “profesor” será temido por todos. No hay que negarle su capacidad para hablar de planes, destacar que en el exilio hay líderes político y recordarle a los oyentes que el fin de la tiranía castrista está cerca.
Bonachea no se detiene en simplezas como las vías más adecuadas para llegar al poder en Cuba, la forma mediante la cual Unidad Cubana formará gabinete en la Isla y el camino a recorrer antes de lograr su oficina con aire acondicionado en el Palacio de Justicia construido especialmente para que el pueda hacer cumplir la “ley y el orden” entre los ciudadanos famélicos que lo recibirán con veneración y respeto. Eso sí, el “profesor” garantiza que habrá “justicia y no venganza”.
Así que los generales cubanos ya saben lo que tienen que hacer: ajusticiar a los hermanos Castro, matar a quien se ponga por el medio y una vez que la situación esté estabilizada y tranquila llamar a Unidad Cubana y entregarse pacíficamente. Bonachea les garantiza un juicio justo y un fusilamiento honorable. ¿Quién se atreve a pedir algo más?
El “profesor” (las comillas reiteradas no son más que una duda perenne hacia el magisterio de este señor) es un hombre de fe y jamás reconoce la posibilidad de que el presidente George W. Bush y el Congreso norteamericano estén dispuestos a negociar con el gobierno cubano.
“El Foro Patriótico Cubano tiene un plan muy preciso” y Unidad Cubana ha precisado la forma de encausar a Raúl Castro. Para Bonachea lo importante es “planificar”. ¡Este señor debía de estar al frente de la Junta de Planificación en Cuba!
Mientras tanto, el profesor El problema se dedica a leer listas de supuestos violadores de derechos humanos. Cualquiera sabe que mencionar estos nombres sin verificar los datos puede servir para venganzas personales y en otro lugar una emisora radial se cuidaría de hacerlo por temor a las demandas. ¿Pero quién desde Cuba puede poder una demanda en Miami? Por eso Bonachea habla con impunidad de los “esbirros”, sin importarle que eso le hace daño a una imagen del exilio y sólo beneficia al régimen castrista.
Lo único que molesta al “profesor” es que se ataque al actual presidente norteamericano. Sin embargo, Bonachea puede estar tranquilo al respecto. En la emisora de Armando Pérez Roura no se puede hablar mal del “gran presidente”, “nuestro presidente Bush”, es causa inmediata para que lo saquen del aire.
Así que Bonachea puede estar tranquilo, podrá seguir siendo fiscal cada tarde del lunes. Jamás logrará serlo en la Isla, pero tiene asegurado su sueño durante dos horas, en una emisora de radio de Miami.

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO


BUENO, PARECE QUE Ernesto no le va a hacer honor a esa torpe y conocida traducción del título de una obra de Oscar Wilde, al menos en esta ocasión. Según el diario Granma: La Tormenta Tropical Ernesto penetró por las inmediaciones de Playa Cazonal, provincia de Santiago de Cuba, alrededor de las 8:00 de la mañana de hoy.
Ha continuado debilitándose y ahora sus vientos máximos sostenidos son de 65 kilómetros por hora, mientras que su presión central ha ascendido hasta 1006 hectoPascal.
Se esta moviendo en un rumbo entre el Noroeste y el Norte noroeste, a razón de 16 kilómetros por hora.
Al mediodía su región central pobremente definida se estimó en los 20.4 grados de latitud Norte y los 75.8 grados de longitud Oeste, posición que lo sitúa a unos 80 kilómetros al Sursuroeste de Punta Lucrecia, Holguín y a 120 kilómetros al Sudeste de Puerto Padre, Las Tunas.
Se pronostica que en las próximas 12 a 24 horas, Ernesto se moverá en el mismo rumbo, con similar velocidad de traslación, para encontrarse en las inmediaciones de la costa norte de Las Tunas en horas de la noche.
El próximo Aviso de Ciclón Tropical sobre Ernesto se emitirá a las 6:00.
Por parte de este blog cesan las predicciones, los avisos y sólo nos resta decir: seguiremos informando.

¿UN CICLON SIN FIDEL?

JOSE RUBIERA ESPERA estar más tranquilo por esta vez. El jefe del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología confía en que se verá libre de las interrupciones y rectificaciones de Fidel Castro. No se sabe aún si Ernesto se convertirá en el primer ciclón en 48 años que no sufra los embates del gobernante cubano. Pero hasta ahora todo apunta a que se logrará el récord.
Las informaciones provenientes de la prensa cubana muestran a una maquinaria en acción, que puede prescindir del líder. Hay que reconocer que Cuba cuenta con una amplia capacidad de movilización que reduce al mínimo la pérdida de vidas humanas.
Se espera que Ernesto, rebajado a la categoría de tormenta tropical , penetre en tierra por algún punto de la costa sur de las provincias de Santiago de Cuba o Granma durante la mañana de hoy lunes.
A partir de ahí todo es incierto, desde su trayectoria hasta los posibles daños.
Pero que en estos momentos un ciclón pase por la Isla puede tener también una importancia política.
Desde el paso del huracán Flora en 1963, diversos ciclones que han golpeado a la Isla también ha afectado los vínculos políticos que ésta mantiene con Miami y Washington.
Con la llegada de Castro al poder, los huracanes dejaron de ser fenómenos atmosféricos.
La retórica militar —repetida una y otra vez para encasillar el paso de la tormenta— evidencia un afán de enfrentamiento. Para el gobernante cubano, el ciclón es un enemigo que si bien no se puede dominar y guiar, al menos hay que impedir que se convierta en el protagonista de la historia.
Ahora los cubanos pueden estar frente al “hecho insólito” de sufrir un ciclón que es simplemente… un ciclón.
La atención de los residentes de la Isla podrá concentrarse libremente en el último pronóstico meteorológico y la opinión de los expertos.
En todo huracán Castro ha permanecido en el puesto de mando como un capitán de navío. Su ausencia ahora pudiera convertirse en una prueba más de que ya no es necesario. Que la ocurrencia de un fenómeno atmosférico requiere de la labor de los gobierno locales y nacional, y no del esfuerzo del máximo dirigente para guiar la mejor manera de enfrentar la adversidad.
Al tocar tierra cubana, un ciclón pasa a ser un hecho político: una irrupción momentánea que al final se resume en una reafirmación del poder central. Hay que esperar entonces que la ocasión no sea pasada por alto, que se produzca un comunicado del mandatario. Se trata de un hecho demasiado significativo, y lo que ocurra o no ocurra dará lugar a nuevas especulaciones.
Todo dependerá en gran medida del paso de Ernesto y sus consecuencias, pero no hay duda que un nuevo factor se ha introducido en la compleja madeja que es en la actualidad la situación cubana.

sábado, 26 de agosto de 2006

CICLON AMENAZA A LA HABANA


LA DEFENSA CIVIL de Cuba decretó este sábado la fase informativa para cinco provincias y un municipio especial del oeste de la isla, así como para otras tres del oriente, ante la proximidad y el peligro que representa la tormenta tropical Ernesto.
''Se ha decidido establecer la fase informativa para las provincias de Cienfuegos, Matanzas, La Habana, Ciudad de La Habana, Pinar del Río y el Municipio Especial de Isla de la Juventud'', dijo el Estado Mayor de la Defensa Civil en un comunicado en horas de la mañana.
Horas después el organismo sumó las provincias orientales de Santiago de Cuba, Camagüey y Granma, en un segundo comunicado durante la tarde.
Añadió que esos territorios del este deben tener una especial atención en sus municipios costeros del sur, debido a las intensas lluvias que acompañan al meteoro.
Por su parte, el Instituto de Meteorología dijo en su aviso de las 18H00 (22H00 GMT) que Ernesto continuó intensificándose y ahora sus vientos máximos sostenidos son de 95km/h, con rachas superiores y su presión central se mantiene con 997 hectoPascal.
Si este ciclón atraviesa la Isla por las inmediaciones de La Habana, durante la tarde del martes, como es el pronóstico hasta ahora, será imposible evitar que se haga referencia al ''primer ciclón'' sin Castro en el poder. Ya lo veremos una y otra vez.

DE DEMETRIO PEREZ Jr. A FRANK BOLAÑOS



EL 16 DE julio del 2001 el gobernador Jeb Bush nombró a Frank Bolaños como nuevo miembro de la Junta Escolar del Condado de Miami-Dade, en sustitución de Demetrio Pérez, quien había sido destituido de su cargo tras ser acusado de fraude al Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD).
El primero de junio de ese año, un juez le había ordenado a Pérez Jr. pagar más de $200,000 en multas civiles por cobrar excesiva e ilegalmente a una inquilina en un complejo de viviendas subsidiadas de su propiedad. En diciembre del mismo, el ex comisionado y ya destituido miembro de la Junta Escolar del Condado fue condenado a seis meses de arresto domiciliario, dos años de libertad condicional y 500 horas de servicios comunitarios por defraudar a un programa gubernamental de subsidios de alquileres. También se le ordenó que pagara un total de $28,000 en multas y restitución. El pago total de multas de multas y demás ascendió aproximadamente a un cuarto de millón de dólares.
El gobernador escogió al sustituto de Pérez Jr. de un grupo compuesto por 30 solicitantes, entre los que se encontraban cuatro legisladores y un recaudador de fondos republicano.
''Frank tiene una gran experiencia de servicio comunitario, y está dedicado a servir las necesidades de su comunidad'', dijo entonces Bush en un comunicado oficial.
Desde entonces, Bolaños ha sido reelegido dos veces en la Junta y en noviembre del 2004 fue escogido por unanimidad como director de ésta. (En la actualidad este cargo lo ocupa Agustín Barrera. Bolaños desistió de ser nominado para la última elección.)
En la Junta Bolaños ha realizado una labor que le ha ganado gran popularidad y también críticas.
Por una parte apoyó a los maestros cuando el ex superintendente Merrett Stierheim quiso rebajarles dos días de salario y llevar a cabo grandes despidos. Se manifestó favorable a las escuelas semiprivadas, pero al mismo tiempo advirtió que no ran ''una solución mágica''.
Al mismo tiempo, ha tratado de hacer avanzar los valores conservadores y religiosos en las escuelas públicas, al apoyar la creación de "momentos de reflexión'' en las aulas, una propuesta rechazada por otros miembros de la Junta al considerarla una violación de la separación entre la Iglesia y Estado.
Así mismo, ha pedido extender en el currículo lo que se conoce como formación del carácter (character education) y considera que a diferencia de lo que ocurre en las escuelas privadas -especialmente las religiosas, que ponen énfasis en la transmisión de valores universales- en las escuelas públicas ese tipo de iniciativas ''es una batalla que se ha abandonado''.
Pero lo que ha causado molestias entre los demás miembros de la Junta, fue que durante su presidencia Bolaños acaparó demasiado la atención de la prensa, ejerció un liderazgo muy fuerte y se hizo muy visible con acuerdos e iniciativas educativas con alcaldes de otras ciudades. El miembro de la Junta ya estaba dando muestras de que su interés era emprender una carrera política.
La oportunidad ideal para captar la atención de la prensa le llegó a Bolaños con el libro Vamos a Cuba. Ahora ha hecho de su cruzada por retirar este texto infantil de las bibliotecas escolares de Miami-Dade uno de sus méritos principales, al destacar este hecho en sus anuncios de campaña. (Dedico a este tema mi columna del lunes en el periódico)
Las aspiraciones de Bolaños de ganar el escaño que ocupa Alex Villalobos crecieron cuandoel senador fue criticado por algunos de los legisladores de su mismo partido, que lo han acusado de darle la espalda al Partido Republicano y apartarse del gobernador Jeb Bush .
Bush parece estar muy airado con Villalobos, desde que éste detuvo un intento favorecido por el gobernador de revocar la enmienda que obliga a reducir el número de alumnos por aula, aprobada en el 2002 por los votantes. Esto lo ha llevado a realizar un gesto poco común en una primaria republicana: respaldar al contrincante del titular.
El plan educacional del gobernador también sufrió un duro revés en enero de este año, cuando la Corte Suprema de la Florida dejó sin efecto los vales escolares, que éste ha defendido a capa y espada y es uno de los programas más controversiales de la nación. Sin embargo, el superintendente escolar de Miami-Dade, Rudolph Crew, se mostró complacido con lo que para él significa un apoyo a la educación pública. Bolaños, por su parte, se manifestó a favor de los vales.
La ley de los vales escolares de la Florida fue declarada inconstitucional porque permite que estudiantes de escuelas públicas que están fallando asistan a escuelas privadas religiosas a costa de los contribuyentes.
El gobernador Bush ha querido imponer sus criterios sobre la enseñanza por encima de la voluntad de los electores y de las cortes. Ahora que culmina su mandato, busca continuadores de sus ideas en la legislatura de la Florida.
Tanto Jeb como su hermano, el presidente George W. Bush, se han destacado por beneficiar a determinados intereses por encima de toda la población. En realidad no practican el capitalismo de libre elección que en cada discurso repiten defender. Son mercantilistas dispuestos a poner al Estado en función de un grupo empresarial. No tratan de defender al capitalismo, sino de beneficiar a determinados capitalistas por encima de otros y de toda la población.
Esta pugna, sin embargo, no se presenta a los electores. Se escogen términos simples para ofrecer la imagen de un defensor de los ''valores conservadores'' frente a los ''liberales'', de un guardián de la educación y el patriotismo cubano enfrentando a los viles adoctrinadores.
En realidad es la misma actitud demagógica que tanto ha afectado nuestra imagen, la política y el desarrollo de Miami. Estas elecciones volvemos a ver el mismo espectáculo de fanfarria y tergiversaciones.

LOS EXILIADOS EN CIFRAS


LA POBLACION CUBANA en Estados Unidos, aunque pequeña en comparación con la del resto de los inmigrantes hispanos, tiene un alto nivel de educación, mayores ingresos y una alta tasa de propiedad de vivienda, informó el Centro Hispano Pew.
El informe, de 16 páginas, se basa en datos del 2004 de la Oficina del Censo y destaca las características principales de los cubanos en este país, tanto los nacidos aquí como los que emigraron de la isla.
El 25 por ciento de los cubanos mayores de 25 años ha recibido un diploma universitario, más del doble del resto de los hispanos (12 por ciento), pero menor que el 30 por ciento entre los blancos no hispanos.
El 61 por ciento de los cubanos tiene casa propia, mayor que el 47 por ciento del resto de los hispanos, pero menos que el 74 por ciento de los blancos no hispanos, señala el informe.
En cuanto a afiliación política, los cubanos, que representan el 6 por ciento del electorado hispano, se identifican más con el Partido Republicano (28 por ciento), que con el Partido Demócrata (20 por ciento), mientras que el 27 por ciento se describe como independiente.
Según estas cifras las diferencias entre demócratas y republicanos no serían tan grandes.
Sin embargo, estos números pueden ser engañosos. Muchos de los inscriptos como independientes en realidad se comportan y votan como republicanos. Utilizan la etiqueta "independientes'' para reafirmar su supuesta independencia, pero frente a la boleta optan por los candidatos republicanos.
Más de dos terceras partes de los cubanos (68 por ciento) viven en la Florida.

viernes, 25 de agosto de 2006

CONSIDERAN QUE WASHINGTON ENVIA SEÑALES A LA HABANA


DIVERSOS EXPERTOS CONSIDERAN que Washington envía señales a los partidarios del cambio gradual en Cuba.
''Shannon ha dado una respuesta a la entrevista de Raúl Castro publicada la semana pasada (por el diario oficial Granma)'', aseguró Marifeli Pérez-Stable, vicepresidenta del Diálogo Interamericano, según una información de la Agence France Presse.
''A estas alturas, deberían tener claro que con imposiciones y amenazas no es posible lograr nada de Cuba'', aseguró entonces Raúl, después de que Estados Unidos llamara con insistencia a los cubanos a obrar por la democracia tras la operación quirúrgica que alejó a Fidel del poder el pasado 31 de julio.
La experta consideró ''significativo'' que Shannon no supeditara el levantamiento del embargo a la "apertura del mercado'' como había hecho el presidente cuatro años antes, sino a la liberación de los presos políticos, el respeto de los derechos humanos y el inicio de una transición.
''Esto significa que Washington está aceptando la idea de que el sistema comunista pueda cambiar desde adentro y que está señalando un camino pausado y gradual en vez de exigir la democracia ya'', subrayó Pérez-Stable, tras recordar que Shannon describió la situación en Cuba como ''una transición a cámara lenta''.
Pese a haber reiterado una vieja oferta, el diplomático cambió el tono de la política estadounidense, al convertirse en el primer funcionario de alto nivel en abogar por la ''paciencia'', mientras se desconozca lo que ocurre realmente en La Habana, agregó la experta.
De momento, sólo el diario cubano Juventud Rebelde respondió a Estados Unidos, tachando de "show humorístico de pacotilla'' la oferta de levantar el embargo aplicado desde 1962, reforzado por la ley Helms-Burton en 1996 e incluso por Bush en 2004, quien limitó los viajes a la isla de los cubanoestadounidenses y el envío de remesas a los familiares.
Como subrayó Ian Vásquez, del Cato Institute, el momento elegido por Shannon para renovar la propuesta de su presidente dejó claro que el mensaje estaba destinado a "los cubanos que quieren el cambio y que quizás ya están negociando posibles cambios dentro del régimen'' castrista.
De hecho, Shannon evocó la existencia de "negociaciones'' entre las instituciones cubanas para alcanzar un acuerdo de "repartición del poder'', aunque admitió que desconocía lo que estaba pasando realmente en el seno de un régimen que no dio señales de agrietarse desde que Fidel Castro ingresó al hospital.
Paradójicamente, el levantamiento del embargo también podría resultar positivo para el propio gobierno del presidente Bush, ya que la ley Helms-Burton le prohíbe desde 1996 dialogar con el gobierno de Fidel Castro o un posible sucesor designado por su régimen.
"El embargo aisla a Washington'', reconoció Vásquez. Por ese motivo, varios congresistas ya tratan de cambiar las leyes para que Estados Unidos no se quede con las manos atadas el día en que se produzca un cambio en la isla.

¿ES CASTRO UN FASCISTA?


HACE UNOS DIAS se produjo un interesante debate entre varios lectores de este blog, sobre si podía o no catalogarse de fascista al régimen cubano. Tanto las opiniones a favor y en contra de esta caracterización fueron de nivel y la discusión seria y respetuosa.
Creo que alguien me preguntó mi opinión sobre el tema.
Busqué en el archivo y encontré esta columna, publicada en este diario el lunes 9 de diciembre de 1996. Luego de volverla a leer tras muchos años, puedo decir que no cambiaria sus puntos fundamentales, aunque debo hacer la salvedad que se refiere más a la forma de gobernar del régimen implantado por Fidel Castro y no a sus características económicas.
El objetivo de reproducir ahora esta columna es proseguir la discusión mencionada, por ello he que preferido el título introductorio del tema entre signos de interrogación. Esto no implica un cambio de opinión de mi parte, y por lo tanto mantengo el título original del artículo. Sólo quiero agregar que el texto aparece tal y como fue publicado en 1996.


FASCISMO CUBANO


A VECES, EL miedo a insultar oculta la verdad. Resulta singular cómo analistas y expertos eluden catalogar de fascista al régimen cubano. El error no es nuevo, pero es difícil de aceptar esa resistencia internacional a reconocer que detrás del pensamiento y las acciones del dictador cubano no subyace otra ideología, sistema filosófico, social o político, que una retórica, un discurso de énfasis, gestos y lugares comunes, que sabe adaptarse tanto a la grandilocuencia dramática como a la sutil modestia y la ignorancia estudiada, y que trata de sacar provecho tanto de las desigualdades sociales como de apelar a los aspectos más irracionales de la conducta humana. Ya es hora de dejar a un lado el considerar a Fidel Castro como el último comunista del hemisferio, y llamarlo lo que es: un vulgar fascista.
Adoptar este punto de vista no sólo evita los desaciertos cotidianos de discutir estérilmente si resulta más adecuada una política de cambio bajo presión o sin presión. También facilita la saludable falta de esperanza de no buscar a diario señales de tolerancia o de avances hacia una economía de libre mercado en Cuba, ni de ver como una claudicación de un estado ateo la posibilidad de una visita papal o la posible libertad religiosa. Otro consejo necesario: echar al cesto de basura cuanto texto se ha leído sobre la Unión Soviética y Polonia, las características de los regímenes marxistas o el papel de los santos Ronald Reagan y Juan Pablo II, y la santísima virgen Margaret Thatcher, en su lucha contra el comunismo en Europa. En cambio, cualquier biografía barata de Benito Mussolini es mucho más esclarecedora.

Régimen totalitario
El Partido Fascista de Mussolini nació bajo la bandera de que era la fuerza destinada a establecer un nuevo orden social, pero fue financiado por los terratenientes y las capas más conservadoras de la sociedad italiana. En su comienzo, el fascismo fue un movimiento urbano de tendencia republicana, que contaba con un amplio apoyo entre la clase media y que se extendió a las áreas campesinas. El primer gobierno de Mussolini incluyó tanto a ministros liberales como populistas, hasta tener la fuerza suficiente para establecer un régimen totalitario, que subsistió durante 20 años proclamando su lealtad al rey Víctor Manuel III y a la familia real. Sin embargo, cuando el Rey destituyó y encerró a Mussolini, éste reapareció con el apoyo nazi proclamando una nueva república.
Mussolini fue en un comienzo un militante ateo que incluso retó a Dios a que lo destruyera como prueba de su existencia, pero no sólo pactó con la Iglesia Católica y reconoció la soberanía del estado vaticano, sino que gobernó con el beneplácito del papa Pío XI, los obispos y la curia romana. A diferencia del nazismo y el comunismo soviético, que no permitieron la menor muestra de disidencia en los terrenos del arte y la cultura, bajo el fascismo italiano fueron toleradas manifestaciones artísticas y literarias que se apartaban del oficial estilo grandilocuente. ¿Quiere esto decir que existió en Italia una mayor tolerancia que en Rusia o en Alemania? Nada de eso, el líder comunista Antonio Gramsci murió en la cárcel, el diputado opositor Giacomo Matteotti fue asesinado por una grupo de rufianes fascistas y el propio Mussolini se responsabilizó del hecho. A su regreso, durante el gobierno establecido en Saló bajo el respaldo alemán, el Duce prometió fusilar a los miembros del Gran Consejo que habían votado en su contra, entre ellos su yerno, el conde Galeazzo Ciano, al que ejecutó por la espalda. Cuando algo realmente amenazaba su poder, el dictador italiano sabía que la mejor manera de resolverlo era por la vía rápida: eliminando al contrario.

Culto al heroísmo
¿Suena todo esto familiar a los cubanos? Por supuesto, pero no son simples coincidencias. El gobierno de Fidel Castro siempre ha sido profundamente fascista, sólo que llegó al poder con atraso, en un momento en que tal denominación ya estaba cubierta de ignominia. Umberto Eco enuncia 14 características típicas de la ideología fascista en su artículo Ur-Facismo . El régimen cubano las cumple a plenitud. La brevedad de esta columna me impide referirme a todas. Tampoco es necesario. Eco dice que es suficiente que una de ellas esté presente para permitir que el fascismo se aglutine a su alrededor. Según el ensayista y novelista italiano, en un sistema fascista no hay lucha por la vida, sino que la vida se vive para la lucha. En tal perspectiva, todo el mundo es educado para convertirse en un héroe. En toda mitología, un héroe es un ser excepcional, pero bajo la ideología del fascismo total, el heroísmo es la norma. Este culto al heroísmo está directamente vinculado al culto de la muerte. No es tampoco una coincidencia que el lema de los falangistas fuera ''Viva la Muerte'' y en Cuba ''Patria o Muerte'' o ''Socialismo o Muerte''.
Decirle al dictador cubano fascista no es agregar un insulto más a la lista, no es arrojar un epíteto despectivo, con la mirada adusta y los labios fruncidos, como solía hacer la rojilla Katie Morosky en The Way We Were . Es simplemente llamar las cosas por su nombre. Pese a todo, Fidel Castro es aún un personaje por desenmascarar.
© 1996 The Miami Herald.

jueves, 24 de agosto de 2006

EL PELIGRO DEL DENGUE


UNA EPIDEMIA DE dengue en estos momentos es lo que menos deben desear las autoridades cubanas. Las autoridades sanitarias cubanas están desarrollando una campaña de ''dimensiones extraordinaria'' contra el mosquito Aedes Aegypti, transmisor del dengue, pero no confirman ni niegan la existencia de casos de esa enfermedad.
Fumigación con aviones y aspersores manuales, recolección de basuras y escombros, y una fuerte campaña en los medios de comunicación gubernamentales se lleva a cabo estos días, informó la AFP.
No se sabe a ciencia cierta si la supuesta epidemia está muy extendida. Medios de prensa fuera de la Isla han hablado de una veintena de muertos y decenas de hospitalizados en diferentes provincias del país a causa de un brote de dengue que las autoridades se niegan a reconocer y que habría surgido hace varias semanas, según informó el periódico encuentro en la red.
El diario Granma ha llamado a intensificar la ''ofensiva'' en cada casa, y señaló que el municipio Plaza, el más céntrico de la capital cubana, sólo cuentan con 157 de 404 empleados necesarios para la campaña.
"A pesar del intenso programa de control y erradicación del principal vector, el mosquito Aedes Aegypti, que se aplica en Cuba desde hace más de 20 años, el país no ha estado exento de la reintroducción del virus del dengue'', dijo recientemente un grupo de reconocidos especialistas locales.
Por otra parte, en la prensa independiente se ha afirmado que hay descontento entre la población hacia los venezolanos que vienen a curarse a la Isla, a los que los cubanos culpan de la epidemia.
Lo que nadie puede aún asegurar es si esta epidemia puede llegar a una crisis sanitaria, y posiblemente política.

FUERA DEL JUEGO


¿PARA QUIENES SERAN los famosos $80 millones contemplados en el informe de la Comisión de Asistencia para una Cuba Libre? Hace menos de un mes no se dudaba que el dinero se quedaría principalmente en Miami, entre las organizaciones del exilio, y que algo se filtraría a la disidencia en Cuba. Ahora no es posible estar tan seguro.
Washington dio un giro de 180 grados en la primera semana tras el traspaso temporal del poder en la Isla. Y a partir de ese momento ha continuado moviéndose en una dirección que se aleja cada vez más de los intereses del llamado “exilio histórico”.
Cuando se conoció que Fidel Castro cedía transitoriamente el mando a su hermano Raúl diversos grupos de exiliados y los congresistas cubanoamericanos comenzaron a llamar a un levantamiento cívico y militar en Cuba.
En la Isla Oswaldo Payá dijo que el mensaje del gobierno de Estados Unidos debía enfatizar que no hay intenciones de intervenir militarmente y que Washington no representa una amenaza para La Habana. Pidió además el evitar situaciones que pudieran “perjudicar la paz social en Cuba”.
A los pocos días la secretaria de Estado, Condoleezza Rice declaró: “No vamos a hacer nada para atizar una sensación de crisis o una sensación de inestabilidad en Cuba”.
El presidente George W. Bush fue más allá al decirle a los exiliados que se abstuvieran de participar en los asuntos políticos de la Isla hasta tanto no se produjera un cambio.
La política de la Casa Blanca ha demostrado guardar una mayor afinidad con lo planteado por Payá y buena parte de la disidencia interna, mientras ha hecho poco caso a las voces que pedían acción desde Miami. Incluso envió al senador Mel Martínez para decirle a los exiliados que se armaran de paciencia.
Ahora el secretario de Estado adjunto para América Latina, Thomas Shannon, acaba de declarar en una rueda de prensa que si el gobierno cubano realiza “una apertura política y una transición a la democracia” la administración realizaría consultas con el Congreso para un posible levantamiento del embargo.
El ofrecimiento es una clara indicación de que Washington ha optado por la zanahoria y no por el garrote y parte de un juego político que no tiene garantizado el triunfo. Es más, puede afirmarse que ha fracasado en ocasiones anteriores.
Lo que me interesa analizar no es el futuro de un proceso de negociación que aparentemente no se ha iniciado (¿o ya comenzó?). Lo importante a destacar ahora es que debe quedarle claro al “exilio histórico” que lo han dejado fuera del juego.
Si Washington está dispuesto a negociar el levantamiento del embargo a cambio de una “apertura política” y un proceso de “transición” quiere decir que a estas alturas considera que la Ley Helms-Burton es obsoleta y debe ser suprimida o reformulada.
Nadie debe sorprenderse por esto. No se trata de una idea formulada a último minuto ni de una declaración momentánea. Desde meses atrás han surgido indicios —algunos de ellos en declaraciones del representante Lincoln Díaz-Balart y otros por boca del senador Martínez— de que eran necesarios cambios en esta ley.
El profesor Joaquín Roy lo formuló con precisión en un artículo publicado el martes 22 en este periódico, titulado El embargo, una asignatura pendiente. Roy señala que la ”Helms-Burton no se incluye insólitamente en como parte de la legislación del embargo” que aparece en el sitio en la web de la Comisión de Asistencia para una Cuba Libre. Agrega que este hecho “es significativo, ya que Helms-Burton es la estricta codificación del embargo, al transforma lo que estaba sujeto al libre albedrío del Presidente desde los 60 en ley federal”.

Lo que otorga una importancia fundamental este hecho, corroborado ahora por las declaraciones de Shannon, es que lo único vigente dentro de la célebre ley es el Título II.
Este título establece la necesidad de la desaparición de los hermanos Castro del gobierno, el restablecimiento de un sistema político aceptable para EEUU y la devolución de las propiedades expropiadas.
Resulta evidente que el subsecretario de Estado no está contemplando todas estas condiciones cuando sugiere la posibilidad de utilizar el levantamiento —o al menos el alivio— del embargo como un incentivo para el establecimiento de un proceso paulatino de democratización en la Isla.
Basta recordar las palabras de Bush, advirtiéndole al exilio de que primero había que permitirle a los cubanos de la Isla determinar su propia forma de gobierno y luego sería el momento en que los “cubanoamericanos podrán plantear los temas de confiscación de propiedades”.
Esto quiere decir que la actual administración no contempla entre sus prioridades respecto a Cuba las indemnizaciones. Al tiempo que se trata de una estrategia adecuada, que le quita al régimen un argumento propagandístico usado hasta la saciedad para infundir el temor hacia el cambio en la población, también pone un dique de contención a los viejos planes de reclamo de muchos exiliados. No quiere esto decir que todo el mundo en la comunidad exiliada está detrás de “que le devuelvan su casita”, pero no se puede negar que en el tema se mantiene latente en Miami.
Shannon fue más allá, al reconocer que no están listas las condiciones para la transición porque, entre otras cuestiones, Cuba afronta numerosos retos económicos, en particular en torno a la vivienda y la infraestructura.
Estas palabras son el reverso de la estrategia seguida durante muchos años por diversos gobiernos norteamericanos, en especial la actual administración: estrangular económicamente al gobierno de la Isla para obligarlo al cambio.
Está por verse si sólo estamos en presencia de un intercambio verbal de posiciones, donde ambos contendientes juegan a presentar opciones hipotéticas para ver la respuesta del contrario. Lo que no hay duda es que el “exilio histórico” queda fuera de este juego.

miércoles, 23 de agosto de 2006

RAUL ES BUENO, RAUL ES MALO


MIENTRAS ALGUNOS SECTORES del exilio se empeñan en enfatizar ''lo malo que es Raúl Castro'', el ganadero floridano John Parke Wright IV elogió hoy miércoles las virtudes empresariales del mandatario provisional de Cuba, y consideró que el conocimiento que tiene Raúl de los negocios debería ser ''motivo de optimismo'' en su país.
Parke, muy cercano a Ramón Castro, hermano mayor de Raúl y del gobernante Fidel Castro, indicó a la agencia de noticias Efe que los ''hombres de negocios en EEUU deberían saber que el nuevo líder es un buen hombre de negocios y eso debería ser un motivo de optimismo''.
''Raúl Castro) parece un hombre práctico, duro trabajador, buen gestor, claro, tranquilo, creo que es un buen gestor y un buen hombre de negocios'', insistió Parke, al quien recibió Ramón Castro el pasado sábado a su llegada al aeropuerto de La Habana.
Parece que se abre un nuevo campo de batalla, en que aún no se sabe qué va a pesar más al final, si los votos y el dinero de los empresarios o el poderoso ''exilio vertical'' del sur de la Florida.

DEMAGOGOS EN CAMPAÑA


DESDE HACE MUCHO tiempo se confunden aquí en Miami las actitudes y las “buenas intenciones” sobre el futuro de Cuba con los manejos de la política local. En muchos casos las consecuencias han sido funestas para la ciudad: demagogos y corruptos han ganado prominencia y participación en las decisiones locales, amparados en la bandera de la libertad de la Isla.
Hasta el momento de ser enjuiciados, y en ocasiones hasta después de haber sido declarados culpables, estos funcionarios corruptos han gozado del apoyo de un electorado demasiado ingenuo, o que se niega a escuchar cualquier razonamiento o ver prueba alguna de los delitos cometidos. Por regla general, el argumento más socorrido de estos “patriotas” de la delincuencia ha sido que quienes los critican son agentes de Castro.
Muy a menudo se fabrica en Miami un problema o una crisis para darle una oportunidad a destacados instigadores de la opinión pública, quienes utilizan la situación para impedir que salga a la luz pública la incompetencia de funcionarios electos y de aspirantes políticos, y así promover su imagen como si fueran paladines de los valores de la comunidad exiliada.
Nada mejor en esos momentos que contar con una campaña en la que el político pueda demostrar que él es un verdadero intransigente, un probado conservador o un guardián fiel de los valores republicanos. En muchas partes el escuchar algunas de estas declaraciones de fe bastarían para convencer a cualquiera de votar por el candidato contrario, o de hacer todo lo posible para que no vuelva a salir un elegido tan troglodita, pero en Miami parece que nos gusta permanecer en la edad de las cavernas.
Por lo común estos funcionarios del mal (gobierno) cuentan con el apoyo de quienes, fracasados en sus aspiraciones de alcanzar el poder en Cuba, sueñan con que otros realicen su trabajo y se dedican a la cacería de brujas, amparados en la inmadurez y la frustración desarrollados en un exilio demasiado largo y la ilusión de poder que da un micrófono.
Tanto estos políticos como los líderes de opinión que los secundan no hacen otra cosa que envenenar la imagen que como comunidad presentamos a nuestros vecinos y el resto del mundo, en muchos casos mientras ellos se enriquecen.
Quienes pretenden utilizar las simpatías étnicas para ocultar lo mal hecho por los políticos de origen cubano se comportan igual que el régimen de La Habana, que acude a los conceptos de nacionalismo y soberanía para justificar la inmovilidad del sistema imperante en la Isla.
En ambos casos hay un apoyo en un factor emocional, con vistas a ocultar una realidad que nos afecta. Nos dejamos seducir por una jerarquía invertida, que sobrevalora nuestra esencia no por sus méritos sino como una pantalla que nos impide ver, o al menos divulgar, nuestros errores. En ambos casos, hay un desprecio común a la inteligencia del ciudadano.
Estamos de lleno en un nuevo período electoral, este ejercicio democrático que se repite como una esperanza, pero también como una rutina, que a veces se convierte en un circo y una feria de vanidades, sin dejar espacio en las urnas al sentido común y la inteligencia. Ojalá este año sea distinto, y la demagogia y la estulticia no ganen de nuevo. Yo particularmente no tengo muchas esperanzas.

martes, 22 de agosto de 2006

LA BALSA EN EL ESPEJO


ADEMAS DE LA materialización de un anhelo y un cambio total de vida, el emigrar define no sólo al individuo sino a su nación de origen. Pero en el caso específico de los cubanos, a través de los años ha ocurrido una transformación paulatina, amplia y profunda al mismo tiempo, de la forma en que vemos a quienes llegan de la Isla.
De observados a observadores hemos traspasado una mirada tras otra hasta contar hoy más que con la diáspora de un pueblo con algo cercano a los fragmentos de una explosión dilatada en el tiempo, en los cuales un cubano que llegó a Miami en los primeros años tras la llegada de Castro al poder guarda pocos puntos de contacto con otro que sólo conoció la sociedad establecida luego del primero de enero de 1959 y hace poco tiempo que vive en esta ciudad.
En vez de destacar estas diferencias, algo repetido hasta el cansancio, vale la pena analizar brevemente el cambio en la representación del inmigrante, una simbología que ha evolucionado del mito del héroe-balsero a la denuncia del contrabando humano, de la epopeya de enfrentar la Corriente del Golfo en débiles embarcaciones -o en muchos casos incluso en simulacros de embarcaciones- a los guardafronteras persiguiendo las lanchas rápidas. Y aunque la tragedia no deja de estar presente, la entrada ilegal de cubanos ha perdido su justificación política, vista ahora en el mejor de los casos como un drama familiar y condenada por muchos que por los medios más diversos siguieron un camino similar.
Irse de Cuba de forma ilegal en la mayor parte de los casos ya no es contemplado como un desafío a las leyes del régimen castrista ni se considera un escape de la tiranía; es sencillamente una violación de las fronteras de Estados Unidos, un asunto familiar y un delito.
Sólo un cambio tan notable de percepción sobre el inmigrante cubano (la palabra balsero abandonada ante la presencia o la ausencia de embarcaciones más poderosas utilizadas para la fuga) explica que las nuevas medidas migratorias se consideran sólo en uno de sus aspectos, como normas cuyo principal objetivo es poner fin al contrabando humano, y no se hiciera mención a otra característica que conllevan: cerrar una vía de escape a la situación imperante en la Isla. En la famosa ecuación “pies secos/pies mojados”, empapar a todos los que aspiran a inmigrar ilegalmente, tratar por todos los medios de que nadie se pueda secar en la arena de las playas del sur de la Florida.
Este esfuerzo para poner fin a la inmigración ilegal y acabar con el contrabando humano responde no sólo a los intereses fronterizos y de estabilidad nacional de Estados Unidos, así como a la necesidad de frenar una actividad delictiva. sino que también avanza en la elaboración de una política migratoria respecto a Cuba de cara al futuro, cuando llegue el día en los cubanos perdamos gran parte de nuestros privilegios a la hora de inmigrar debido a un cambio político en la Isla. No más el proclamar la llegada a “tierras de libertad” como salvoconducto de entrada.
Las medidas continúan el camino ya iniciado a mediados de la década de 1990, en que al tiempo que se estableció la devolución de los cubanos, y se convirtió a la fuga en un doble escape, de las autoridades norteamericanas en alta mar además de las cubanas en mar y tierra, se empezó a observar el fenómeno migratorio, por parte de los propios exiliados cubanos, de forma similar al existente en otras naciones —México, Haití, Latinoamérica en general—, al considerar a los recién llegados, y al considerarse éstos también en muchos casos, como inmigrantes económicos.
Sin embargo, las nuevas medidas vuelven a mezclar la política, e incluso la demagogia, con las cuestiones puramente migratorias, al tiempo que ignoran que la situación en la Isla no ha cambiado en lo más mínimo, lo que sigue justificando la fuga.
Es más, estas normas tratan más bien de enfrentar el hecho de que muchos cubanos optan por la existencia del régimen como una vía que permite —e incluso facilita— el irse del país: no Castro, no visa. Al aumentar el número de visas dedicadas a la reunificación familiar, se establece que de ahora en adelante cada vez más serán beneficiados quienes cuentan con el providencial pariente en Miami u otras partes de EEUU.

Sin embargo, esta actitud de tratar el proceso migratorio bajo una óptica familiar, y por lo tanto despolitizada, contrasta con el intento desestabilizador que representa el alentar la deserción de los médicos cubanos que cumplen misiones en el exterior. Si bien está el interés encomiable de aliviar la injusticia que representa la norma castrista de negarle la salida a los médicos —sus estudios gratuitos caen dentro de los “logros de la revolución” y no deben ser utilizados como una forma de chantaje— al mismo tiempo se establece un criterio selectivo que La Habana no dejará de catalogar de estímulo a la “fuga de cerebros”, además del hecho de que se prioriza el abandono de la Isla de los ciudadanos que durante más tiempo han mantenido la “integración revolucionaria” necesaria al logro de una carrera universitaria.
Señalar este último aspecto requiere de una aclaración: nadie debe ser condenado por participar en un proceso en el cual se le ha exigido el cumplimiento de normas y deberes políticos asociados a los estudios superiores. Igualar oposición o apatía hacia el régimen con bajo nivel de escolaridad es no sólo desconocer la realidad cubana sino comportarse como un demagogo o estúpido. Pero este enfoque pragmático no debe presentarse bajo un disfraz ideológico: al preferir la inmigración de profesionales cubano EEUU no hace más que aplicarle a la Isla los mismos criterios que utiliza respecto a India y otros países con relación a los especialistas en computación. Sólo que aquí pretende obtener una ganancia doble: recibir personal calificado y dirigir el ataque, desde el punto de vista político, hacia uno de los pilares de la estrategia castrista. Desde ambos aspectos, el político y el económico, Washington está actuando de acuerdo a sus intereses nacionales, lo único que aquí se le plantea es ponerlos en claro.
Por último debe señalarse que hay un aspecto dentro de las nuevas medias que es injusto y discriminatorio hacia quienes intentan escapar de la Isla por una vía marítima no autorizada. “Cualquier cubano que intente entrar ilegalmente a EEUU [y sea capturado] perderá el derecho a recibir los beneficios comprendidos [en los casos de reunificación familiar]”. Aquí los cubanos salen peor parados que otros que intentan entrar ilegalmente al país. No hay duda que Washington quiere menos a los “pies mojados” cubanos que a los “espaldas mojadas” mexicanos.
Durante muchos años la política migratoria ha sido utilizada como un instrumento político, por parte de EEUU y Cuba. Ello ha beneficiado a muchos cubanos, pero no sin pagar un precio por ello. La Habana y Washington siempre han ofrecido diversas respuestas frente al fenómeno de los inmigrantes cubanos. Dos países disímiles unidos por un problema común, mientras miles de desesperados continúan buscando un destino mejor.

lunes, 21 de agosto de 2006

LOS CUBANOS EN MIAMI


CUANDO EN 1959 comenzó a producirse la diáspora política a consecuencias de la llegada de Fidel Castro al poder en Cuba, Miami pareció a los cubanos el lugar más apropiado para refugiarse.
Personas vinculadas al antiguo régimen, o con grandes intereses económicos en Cuba, los primeros exiliados conocían a Miami porque era donde todos los años pasaban sus vacaciones o iban sus hijos a estudiar. Pensaron que su permanencia en Estados Unidos sería por corto tiempo, y al principio no se preocuparon por conocer el idioma, las leyes del país a que hablan arribado, o cómo trabajar o hacer fortuna en éste.
Pronto los acontecimientos políticos los hicieron modificar ese punto de vista. Así comenzó una historia y una leyenda, que ya se extiende a treinta y cuatro años, y en donde Miami pasó a convertirse de sitio de veraneo ocasional en una ciudad moderna, al mismo tiempo en que se transformaba en la "capital del exilio cubano", un hecho que ha definido la vida en ésta durante las tres últimas décadas.
¿Es verdad que a Miami la hicieron los cubanos?
Si un visitante recorre la Calle Ocho en el sector sur occidental de la ciudad, o escucha una de las emisoras de radio cubanas, se encuentra con este comentario habitual: "A Miami la hicimos los cubanos, esto antes era un pantano y algunos hoteles de madera en Miami Beach, que sólo abrían en la temporada de verano".
Sin embargo, los habitantes de procedencia negra o anglosajona manifiestan una opinión contraria, y tienen criterios para sustentarla.
Al hacer un recuerdo de las personas que tuvieron una participación destacada en la creación de Miami, surgen entre otros los nombres de Henry Flagler (que trajo el ferrocarril a Miami), Carl Fisher (creador de Miami Beach) y Julia Tuttle (promotora de los primeros negocios); ninguno de ellos era cubano, y no existe en Miami un cubano que puede colocarse junto a estas figuras pioneras del desarrollo de la ciudad.
Pero cuando ese mismo visitante recorre las calles encuentra que Miami se caracteriza por poseer grandes edificios construidos con capital cubano, por contratistas cubanos y en base a planos diseñados por arquitectos cubanos, en donde funcionan negocios multimillonarios en manos de empresarios cubanos. Y junto a los negocios y comercios grandes y pequeños, hay funcionarios y expertos cubanos en puestos claves y de dirección de los servicios policiales, administrativos, educacionales y de salud.
Si bien podría tacharse de exagerados a quienes dicen que los cubanos hicieron Miami, no puede dejar de reconocerse que fueron éstos quienes le otorgaron la inicial característica latina a la ciudad, una característica que los últimos años ha ido expandiéndose y transformándose, convirtiéndose más y más en un ámbito latinoamericano y no simplemente cubano.
¿Son los cubanos exiliados o inmigrantes?
Pero esta caracterización de Miami como una especie de ciudad tropical, no sólo por la existencia de un clima cálido durante todo el ano sino por la preponderancia de un ambiente latino, no despertaría tanto recelo y extrañeza entre el resto de los habitantes de EEUU sino fuera porque la ciudad también refleja el aspecto que mejor caracteriza a los cubanos de Miami: su negativa a ser encasillados como una minoría más.
Para un norteamericano blanco o negro, la presencia de restaurantes típicos cubanos no es motivo de disgusto sino todo lo contrario. La comida cubana es del agrado de los norteamericanos y ha recibido incluso la atención de The New York Times. Otros elementos que caracterizan exteriormente la presencia cubana en la ciudad, como las "botánicas" (tiendas que venden artículos propios de las ceremonias de la religión afrocubana), las bodegas (tiendas de comestibles) y las funerarias y los cementerios, sólo contribuyen a darle "diversidad" o "sabor hispano" a la ciudad.
Estos factores superficiales no son causas de conflicto e incomprensión entre los cubanos y los anglosajones. Lo que sí llama poderosamente la atención con relación al cubano es que éste no parece mostrar ninguna inclinación hacia una asimilación dentro de la nación norteamericana, a convertirse en parte del melting pot (mezcla de razas) en que debe integrarse cualquier grupo migratorio que llega a formar parte del país.

Varias características diferencian a los cubanos de otras minorías, entre ellas:
• La mayoría de los cubanos son miembros del Partido Republicano y no del Demócrata (el partido de la minoría negra y latina). Sus preferencias políticas están dadas en base a criterios de política internacional y no con relación a políticas locales.
• Durante los primeros años de la diáspora, algunos cubanos lograron destacarse en el mundo de los negocios sin tomar en consideración la barrera del idioma. Esto dio nacimiento a un mito y tanto en Cuba como en otras partes Miami está considerado el único lugar en los Estados Unidos donde un empresario puede convertirse en millonario conociendo sólo dos palabras en inglés: yes y no. A diferencia de otros grupos inmigrantes, que se afanan en conocer el idioma del país para salir adelante, o se ven limitados a realizar sólo trabajos manuales y mal remunerados, los cubanos en Miami han logrado crear una infraestructura económica en que la gestión empresarial y los negocios se desarrollan sólo en español.
• Los cubanos tienen sus criterios propios en cuanto a la libertad de expresión y los derechos ciudadanos, y en algunos casos no se rigen por las normas democráticas que caracterizan a la nación norteamericana. Un cantante que actúa en la Cuba gobernada por Castro sabe que tiene cerrada la plaza de Miami. La intransigencia política caracteriza a buena parte del exilio cubano.
Para el cubano medio, que ha vivido durante veinte o treinta años en Miami, que ha desarrollado su carrera laboral o profesional en esa ciudad y criado a sus hijos, la disyuntiva entre ser un exiliado o un inmigrante no parece preocuparle. Es posible que sea ciudadano norteamericano (porque se niega a viajar al extranjero con un pasaporte emitido por el gobierno de Castro, o debido a que la ciudadanía norteamericana le facilita oportutunidades económicas y beneficios sociales, o por simpatía hacia EEUU), pero no por ello ha dejado de sentirse cubano. \
Es por ello que actúa como si poseyera múltiples caras o personalidades. En algunas ocasiones se comporta como un exiliado, manifestándose contra el régimen existente en la isla; en otras tendrá el comportamiento más o menos típico del miembro de una minoría, votando en favor o en contra de determinado proyecto o impuesto.
Pero, en la mayoría de los casos será sólo un cubano. Un ciudadano sin patria real, viviendo en una ciudad extraña, mientras disfruta de la misma comida que conoció en casa de sus padres cuando era pequeño y escuchando programas radiales y televisivos similares a los que existían en Cuba antes de 1959. Pese a sus éxitos laborales y en poder criar y educar a una familia, no dejará de sentirse desarraigado: no pertenece a EEUU ni a la Cuba donde gobierna Castro. Para él la patria es sólo una realidad emocional, producto de la fantasía y la nostalgia.
¿Continuarán los cubanos en Miami?
El futuro dirá si resolverán algunas vez los cubanos esta contradicción, y podrán librarse del desarraigo espiritual, esa otra cara del cubano que en muchas ocasiones el triunfo económico impide vislumbrar. Para los anglosajones y el propio gobierno norteamericano, la solución a este conflicto es cuestión de tiempo. Los hijos y los nietos de los inmigrantes cubanos son norteamericanos, su comida básica son las hamburguesas, su idioma es el inglés y su educación ha sido adquirida en EEUU. Son cubanoamericanos por denominación étnica, pero fundamentalmente americanos en cuanto a su forma de pensar y actuar.
¿Significará el fin del régimen castrista un regreso masivo de cubanos a la isla? Hasta ahora, todo parece apuntar en una dirección opuesta. Se prevé que el cambio en Cuba podría producir un éxodo masivo a Estados Unidos. Las difíciles condiciones que han imperado en la Isla y la normalización de relaciones con Washington servirán para que muchos cubano intenten inmigrar a EEUU.
Por otra parte, para muchos cubanos residentes en Miami el regreso a la patria será parcial y escalonado. No parece posible que familias cubanas establecidas en EEUU, con los hijos estudiando en ese país y empleos fijos y bien remunerados se arriesguen a un cambio tan brusco en el primer momento. Además de figuras políticas, inversionistas y profesionales, gran parte de la población cubana que regresará a la isla estará constituida por personas retiradas en EEUU, que podrán disfrutar de los beneficios de retiro norteamericano y al mismo tiempo residir en su país de origen durante los últimos años de su vida.
Pero el fin del régimen de Castro significará una redefinición para la comunidad cubana residente en Miami. Las motivaciones políticas para vivir fuera de Cuba desaparecerán o al menos se trasformarán. Los vínculos entre Cuba y EEUU serán más estrechos que nunca, e indudablemente buena parte de estos vínculos se canalizarán a través de Miami. Cubanos empresarios o profesionales, que han vivido en Miami durante muchos años extenderán sus esferas de trabajo a Cuba, o se trasladarán a la isla para laborar, pero seguramente mantendrán su hogar miamense, y viajarán a esa ciudad durante el fin de semana. En todo caso, la presencia cubana se mantendrá en el Miami del futuro, enriquecida y transformada por los acontecimientos que se avecinan.

sábado, 19 de agosto de 2006

UN ERROR DE PESO


WASHINGTON TIENE UN historial de torpezas considerable en su trato con el régimen castrista, pero no hay duda que la declaración en que llama a Raúl una versión “light” de Fidel establece un nuevo récord. A menos que sea una cortina de humo.
Se sabrá en pocos días, porque si algo caracteriza a la política norteamericana respecto a Cuba es por una parte la rigidez y por la otra los tanteos.
En la actualidad los puntos claves del interés de Washington en la Isla apenas necesitan los dedos de una mano: estabilidad política en la nación caribeña, inmigración y exilio controlados y que La Habana no sea una amenaza real para Estados Unidos en cuanto al terrorismo y el narcotráfico. Este país ha actuado en los diversos momentos en que alguno de estos puntos han traspasado la línea en que comienza a convertirse en un problema. Mientras tanto, el resto es retórica, medidas que se sabe resultan poco eficaces, pero mantienen una esperanza en el sector de la comunidad exiliada cuyos votos electorales cuentan, y dejar pasar el tiempo.
Es precisamente este último punto —el dejarlo todo en manos del tiempo— el que Raúl Castro acaba de recordarle a los norteamericanos que no es una buena estrategia, o al menos que no es la única estrategia disponible.
La entrevista aparecida en el periódico Granma es otro ejemplo de servilismo periodístico. Pero como ocurre siempre en ese diario, nada importan las preguntas y poco sirven la mayoría de las respuestas. Lo que tiene valor son los temas escogidos. Y Raúl escogió hablar de muy pocas cosas. Eso es lo que vale la pena analizar.
En primer lugar, esta entrevista a 18 días del traspaso temporal de poderes demuestra que existe una gran posibilidad de que éste se extienda más allá de la fecha prevista hasta el momento: el 2 de diciembre.
El ministro de las Fuerzas Armadas dice que Fidel se recupera “gradual y favorablemente”, pero no da más detalles. Al mismo tiempo deja claro que los planes para la sucesión estaban establecidos, que sólo fue necesario activarlos y se vuelve a mencionar la posibilidad de que el Comandante en Jefe muera. Hace referencia a su forma de actuar discreta y enfatiza que seguirá esa práctica.
Este detalle personal —el único de la entrevista más allá de los agradecimientos de rigor hacia quienes se han preocupado por la salud de su hermano— tiene una singular importancia. El mandatario en funciones no dice nada nuevo, hace una referencia como de pasada sobre su carácter, pero al mismo tiempo está advirtiendo al pueblo cubano de que no se debe confundir discreción con falta de acción. Es más, está señalando que de ahora en adelante vamos a ver un tipo de mandato diferente por completo al que venía ejerciendo el Comandante en Jefe.
Otro aspecto a destacar es lo limitado del discurso de Raúl: está hablando para dos públicos exclusivamente, el de Estados Unidos (la administración norteamericana y el exilio) y el de la Isla.
Para quienes viven en Cuba queda claro que en los próximos meses no verán la más mínima posibilidad de una apertura democrática, quizá incluso ocurra todo lo contrario. Por lo pronto continuarán las movilizaciones militares, no como una respuesta a una amenaza real (el mismo reconoce que se trata de una acción preventiva y que lo demás es “retórica”) sino como un ejercicio de control. Al pueblo hay que mantenerlo “entretenido” y para un militar no hay un entretenimiento mejor que un entrenamiento: poner a la gente a marchar y a cavar trincheras.
Esta práctica le sirve además para matar dos pájaros de un tiro: convierte cualquier intento de resistencia pacífica, y retraimiento en un acto de deslealtad militar y deja claro que el país está regido por un gobierno militar: la vida cotidiana convertida en una sucesión escalonada de maniobras bélicas.
Respecto a Estados Unidos establece un discurso de apariencia moderada, en que vuelve a referirse a la disposición del gobierno cubano de negociar con Washington. No agrega nada nuevo ni ofrece un primer paso, pero enfatiza esta actitud con un lenguaje desprovisto de referencias ideológicas. Ni la más mínima huella del vocabulario de su hermano.
Si con Washington Raúl quiere mostrar que es una persona práctica que no suele “exagerar peligros”, con el exilio opta por ignorarlo: no hay referencias a la “mafia de Miami” ni comentarios sobre “planes terroristas” desarrollados por las organizaciones de esta ciudad.
Una vez más vuelve a aparecer el hombre práctico, al referirse a lo que podría considerarse el único “logro” del exilio desde que se supo de la enfermedad de Castro.
Frente al incremento de los recursos dedicados a las transmisiones de Radio y TV Martí, responde que “en definitiva están gastando sumas millonarias de dinero del contribuyente norteamericano para lograr el mismo resultado de siempre: una televisión que no se ve”. Creo que a la larga este argumento podría resultar más efectivo, entre los ciudadanos y congresistas norteamericanos, que las clásicas respuestas airadas de Fidel.
Se apresuró el Departamento de Estado al considerar a Raúl una versión “light” de su hermano. No es posible predecir aún si estamos en los comienzos de otro castrismo o asistimos a un paréntesis del conocido. En todo caso Raúl puede resultar un gobernante con el que se puede negociar, sólo que la negociación no va resultar nada fácil y es mejor no tomárselo a la ligera.


viernes, 18 de agosto de 2006

La banalidad del mal decir


Miguel Saavedra, empecinado como siempre en la banalidad del mal escribir y peor pronunciar, amenaza con un acto este sábado. Buen momento para recordar algo que escribí sobre él hace algún tiempo:



El titiritero

IMAGINE POR UN MOMENTO: ¿un oso bailarín por las calles de la Pequeña Habana? ¿Unas strippers audaces o inocentes cheerleaders? Nada de eso necesita Miguel Saavedra para captar la atención de las cámaras.
Siempre presente con su reducido grupo de agitadores, Saavedra es un personaje que nos representa para bien y para mal. ¿Por qué la comisión de la ciudad no se ha reunido y bautizado una calle con su nombre? Se lo merece. Si en una época resultó imposible hablar de La Habana sin mencionar al Caballero de París, hoy ocurre lo mismo con él y Miami. Finalmente hemos logrado tener un apellido ilustre que simboliza nuestro peor destino. Falta el Cervantes, porque este otro Saavedra no se detiene ante la dificultad de un párrafo, la sumisión ortográfica y el apego a la palabra, pero no importa. Los objetivos de este nuevo hidalgo son más amplios: no hay protesta innecesaria que lo encuentre impasible. Donde la gritería impere, donde la estupidez amenace, allí estará Saavedra: el manifestante errante.
Pertenecer a la breve troupe de Vigilia Mambisa no es un destino carnavalesco. Uno no puede dejar de admirar el espíritu de este grupo de infatigables voceadores. Basta que aparezca una cámara en el horizonte, para que renazcan los rostros maltratados por los años, para que las gargantas se entusiasmen. Su organización nos recuerda la necesidad de la libre expresión. Nadie mejor que él para poner a prueba nuestra sinceridad ante el principio de que cualquier voz tiene el derecho a proclamar lo que piensa quien la emite, aunque resulte un eufemismo hablar de pensamiento en este caso.
El problema con Saavedra es que no creo que sus acciones estén guiadas por igual criterio libertario. Durante años, las variadas manifestaciones organizadas por Vigilia Mambisa han sido la expresión más vulgar de las diversas campañas atemorizadoras llevadas a cabo en esta ciudad. Cosa curiosa. El principal objetivo de la mayoría de estas campañas han sido los artistas: pintores y músicos fundamentalmente. ¿Por qué preocupa tanto el arte a este hombre poco ilustrado? No es simplemente un empeño personal. Si lo fuera, sus opiniones y actos no merecerían un comentario. Pero Saavedra se ha convertido en una figura pública. No hay exposición, concierto o puesta en escena que involucre la participación o el vínculo con artistas procedentes de Cuba en que no esté presente. Su rostro aparece en las pantallas y su nombre en la prensa local y nacional. Nadie se detiene en sus palabras, pero ningún periodista pasa por alto sus gestos a la hora de informar sobre los diversos actos culturales de esta ciudad, los que con frecuencia hacen titulares.
Saavedra no representa una posición más en el debate de ideas que se lleva a cabo todos los días, tampoco una de las tantas opiniones propias de un exilio diverso: es una caricatura, la imagen estereotipada siempre al auxilio de cualquiera que quiera presentarnos como una comunidad ignorante, irracional y torpe. En este sentido le hace daño al exilio, aunque pretenda todo lo contrario. Es por ello que vale la pena criticarlo: por la utilización que se hace en el exterior de las labores de una organización y un hombre que apenas logran reunir una veintena de seguidores, cuando la generosidad sustituye a la aritmética a la hora de contar.
¿Por qué ese empeño contra los artistas procedentes de Cuba? La respuesta es sencilla. Economía de medios y amplia cobertura. No es que estos artistas estén libres de culpa, es que Vigilia Mambisa convierte al debate cultural y la disparidad de criterios en escándalo callejero. El afán de protagonismo, el interés en ''robar cámara'', tergiversa una confrontación saludable.
Hay quienes consideran que no vale la pena detenerse en las labores de un grupo cuyas actividades apenas producen comentarios risibles e indiferencia: la carencia de seguidores es la mejor justificación de la existencia de Vigilia Mambisa. Pero no hay que considerar inofensiva a una organización que en las pasadas elecciones presidenciales se destacó por su labor intimidatoria durante el recuento de votos en el sur de la Florida. Si Vigilia Mambisa no ha logrado convertirse en una fuerza organizadora capaz de lanzar una turba peligrosa a la libertad ciudadana es porque vivimos en una sociedad democrática, no por la falta de interés de sus miembros. La diferencia entre las manifestaciones que realiza esta agrupación y los actos de repudio ejecutados por el régimen de Fidel Castro se debe al poder que le confiere a los segundos un estado totalitario. Nada los aparta en el apego a la irracionalidad, la intolerancia y la simplicidad de los medios.
Saavedra es un hábil titiritero siempre dispuesto a mostrar su espectáculo. A veces actúa por cuenta propia, otras no es más que un simple títere de intereses mayores, como ocurrió durante el recuento electoral. Tiene todo su derecho. Pero no debe ser ignorado. Es la mejor manera de proteger la misma libertad que le permite mostrarse, irritado y vehemente, ante el fotógrafo de turno.

Publicado el viernes 12 de septiembre de 2003.

Aclaración

JANISSET RIVERO, SECRETARIA nacional adjunta del Directorio Democrático Cubano, afirma en una carta publicada en este diario que mi artículo Miami pone las frases, Cuba las cárceles [Perspectiva, 31 de julio] expresa ideas erróneas sobre una campaña de apoyo al llamado de no cooperación con la dictadura castrista.
Rivero apoya sus argumentos con cifras: ''Desde 1997 se publica el informe Pasos a la libertad, recopilación anual que contabiliza acciones de resistencia cívica en Cuba. De acuerdo a este informe, entre 1997 y el 2005 las acciones de resistencia cívica en Cuba han aumentado de 44 a 3,322.''
Conozco estas cifras. De hecho el sábado 15 de julio escribí un comentario en este blog en que hice referencia a ellas: ''El Directorio Democrático Cubano, una organización con sede en Miami que recibe fondos del gobierno norteamericano, informa cada año de las actividades de la oposición. Su último informe muestra un incremento del 36 por ciento de los actos de oposición, entre el 2003 y el 2004. Sin embargo, el informe describe una disminución en la ''intensidad'' de estas actividades, ya que la mayoría -1,701 o el 94 por ciento- son vigilias en las casas realizadas a nombre de los presos políticos, protestas llevadas a cabo por los mismos prisioneros y actividades similares. Al mismo tiempo, los actos de confrontación más directa con el gobierno declinaron un 74 por ciento entre el 2002 y el 2004. Las vigilias privadas constituyen más del 1,300 de estas acciones. El informe documenta 26 por semanas, por lo general de ''entre cuatro y seis'' personas reunidas en Cabaiguán, ''10 activistas'' en Caibarién,''entre 15 y 20 activistas'' en Nueva Gerona, etc.''
Mi información se fundamentó en un
análisis de los dos informes de la Comisión de Asistencia a una Cuba Libre (CAFC), realizado por el académico Phil Peters, vice presidente y director del Programa Cuba del Instituto Lexington.

jueves, 17 de agosto de 2006

LA OTRA DISIDENCIA


HAY OTRA DISIDENCIA en Cuba y los hermanos Castro siempre lo ha tenido muy presente. No son hombres y mujeres valientes. No desafían el poder, porque forman parte del mismo. No gritan verdades, ya que se ocultan en la mentira. Ni siquiera se mueven en las sombras. Habitan en el engaño.
Son los miles de funcionarios menores -y algunos no tan menores- que desde hace años desean un cambio. Ahora están en la mirilla y ellos lo saben. Años atrás Raúl Castro estableció un sistema de acusaciones anónimas, en que todo trabajador, empleado y vecino se inspira para relatar injusticias y se desahoga por medio de la venganza.
Esos anónimos llegaron a convertirse en una fuente de terror para cualquier administrador o funcionario. Luego vino la batida contra la "corrupción'' y emperzaron a rodar cabezas. Este momento de quietud bajo presión, definido por la enfermedad de Fidel, no durará mucho. Es muy difícil que estos funcionarios se atrevan a mover la primera ficha. Esto no los salvará de que les pasen la cuenta.

Pregunta


PREGUNTA A LOS colegas de Granma: ¿Por qué no actualizan las cartas de los lectores en su edición en Internet? Hace más de un mes que veo este encabezamiento y el texto correspondiente: ''Siempre apoyo a los colores patrios y lo defiendo donde quiera que esté''.

Una estrategia de comunicación efectiva



EL 8 DE este mes y bajo el título Manipulación simple y efectiva comenté en este blog la capacidad del diario Granma para manipular la opinión, incluso la de los informadores y residentes en Miami.
Dije entonces:
''Con el tiempo estas ediciones pasarán a ser ejemplos de manipulación informativa, ejemplares por su efectividad con tan pocos recursos.
Por supuesto que Granma no está informando. Pero ese no es su objetivo. No estamos ante un periódico normal y no hay nada ético ni moral y ni siquiera periodístico en lo que están haciendo.
Hecha esta salvedad indispensable, podemos apreciar sin prejuicios como este diario ha manejado una sola noticia (el traspaso temporal de Fidel a Raúl) sin agregar nada e ir guiando las especulaciones...
Que toda esta manipulación sea simple no quita que hasta el momento haya resultado efectiva''.
Hoy hallo reafirmada esta tesis en una información aparecida en el periódico digital encuentro en la red.
La estrategia de comunicación del gobierno cubano frente a la crisis de salud de Fidel Castro ha sido hasta el momento efectiva, opinaron analistas esta semana, informó Reuters, publica encuentro.
Aunque han abundado los rumores, no parece que se hayan producido filtraciones sobre el real estado de salud de Castro. La información certera que se ha conocido ha sido divulgada a través de los canales oficiales.
Observadores dicen que la estrategia de Castro, un hombre obsesionado por las noticias, es siempre la misma: confundir al enemigo, tranquilizar al pueblo y sacar partido del factor sorpresa.

La comezón del exilio revisitada

A veces en el exilio a uno le entra una especie de comezón, natural y al mismo tiempo extraña: comienza a manifestar un anticastrismo elemen...