
DESDE QUE CON su agudo sentido práctico Mary Hemingway no dudó por un momento que las obras inéditas de su fallecido esposo y las pinturas, depositadas en la bóveda del Banco Nacional, valían mucho más que la casa en la que había sido feliz e infeliz a ratos y casi siempre simultáneamente, y donó Finca Vigía al Estado cubano, el gobierno de la Isla mantuvo el lugar con etapas alternadas de atención y abandono, que junto al paso del tiempo terminaron por hacer necesario un extenso proceso de restauración.
Esta restauración no ha estado libre de controversia, no precisamente por el carácter y la fama del escritor, sino por el hecho de que Cuba convirtió al proceso en un asunto de Estado.

Jim McGovern, viajaron a Cuba en septiembre de 2002 para lograr un acuerdo que permitiera una adecuada conservación de los documentos de Hemingway que se hallan en el lugar, así como su biblioteca, y al mismo tiempo ponerlos a disposición de los académicos.
En el año 2004 se firmó un convenio entre el Consejo Nacional de Patrimonio de Cuba y el Consejo de Investigaciones Sociales de Estados Unidos, para llevar a cabo el “Proyecto Hemingway”, para la conservación y restauración del legado literario del escritor que está en Finca Vigia, en su mayoría cartas y notas personales.
El gobierno cubano acaba de anunciar que la restauración de la casa está concluida en su mayor parte, en lo que respecta a las instalaciones que están a la vista del público, y que las obras se han llevado a cabo con fondos proporcionados por el Estado cubano, ya que a pesar de las intenciones de colaboración financiera de las intituciones estadounidenses, para apoyar las obras, no ha sido posible el otorgamiento del dinero debido a las normas establecidas por el Departamento del Tesoro a consecuencia del embargo de Estados Unidos al régimen de La Habana.
Cuba dice que ha invertido más de un millón de dólares en la reconstrucción o unos cuatro mil millones en pesos cubanos.

En el lugar hay cartas del director de cine Howard Hawks, las actrices Ingrid Bergman y Marlene Dietrich y el magnate de prensa William Randolph Hearst Jr., de Patrick Hemingway, hijo del escritor, y de Grace Hall Hemingway, su madre. También hay cartas de Adriana Ivancich, la joven condesa italia que fue el último amor del escritor y que sirvió de modelo para la heroína de Más allá del río y entre los árboles, Martha Gelhorn, su segunda esposa, entre otras.
Pero para leer estos documentos y otros no hay que ir a Cuba. Aparecen en Hemingway en Cuba, del escritor cubanos exiliado Norberto Fuentes. Hay edición del libro en inglés y español.
3 comentarios:
visite unos años atras la casa museo y estaba arreglada pero con necesidad de retoques , felicito la idea de arreglarla pq el nombre del papa esta muy ligado a cuba
Adios a las guerras!
Un escritor que vivió intensamente.
España y lo hispano fue su debilidad.
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