
Un buen artículo en Clarín sobre los gobiernos de izquierda en Latinoamérica y los problemas que enfrentan, tanto de índole práctica como en sus fundamentos ideológicos, si es posible hablar de una sustentación teórica articulada de los mandatarios, algo que el trabajo deja claro se limita a una apuesta para el desarrollo —con logros y fracasos— en la mayoría de los casos.
Dicen los autores de ¿Una nueva izquierda?, Bruno Fornillo y Pablo Stefanoni, los autores del artículo publicado en el diario de Buenos Aires:
''Un militar nacionalista en Venezuela, un indígena aimara en Bolivia, un ex obrero metalúrgico en Brasil, una mujer divorciada y agnóstica en Chile y otra impulsada por su esposo en Argentina, un ex obispo en Paraguay, un economista keynesiano en Ecuador o un oncólogo moralmente conservador en Uruguay... las izquierdas sudamericanas constituyen un mapa para armar. La relación entre los discursos y las prácticas, el complejo balance entre continuidades y rupturas, y la diversidad de actores y realidades nacionales en el variopinto mosaico de las izquierdas sudamericanas introduce no pocas dificultades a la hora del análisis, a prueba de conclusiones impulsivas o de clichés que –como maleable término 'populismo'– agotan la discusión antes de abrirla''.
Más adelante agregan: ''¿Qué bases empíricas y teóricas tiene el actual giro 'posneoliberal'? ¿Hasta qué punto la renovada retórica socialista se sustenta en un nuevo modelo de desarrollo? ¿De la experiencia latinoamericana están surgiendo elementos novedosos para imaginar un socialismo diferente al del siglo XX''?
Y en otro párrafo: ''Con todo, la idea de revolución 'cultural', 'ciudadana' o 'bolivariana'– ha vuelto a la escena en unos procesos que serpentean entre un fuerte presidencialismo y la apuesta por formas de participación popular más o menos institucionalizadas. Sin embargo, pese a que la actual crisis mundial y la cantidad de gobiernos de izquierda en Sudamérica alimenta las voces más optimistas, a la izquierda 'socialista del siglo XXI' no le resulta fácil reconstruir su identidad luego del fracaso del llamado socialismo real con dosis de ineficacia, falta de libertades y cinismo institucionalizado que lo hicieron implosionar''.
La referencia a Cuba, sin embargo, es superficial:
''Los actuales países socialistas no ayudan mucho: el referente más próximo, Cuba, parece mirar con más entusiasmo el Doi Moi (renovación) vietnamita –que considera a la economía mercantil 'una conquista de la humanidad y no un mero atributo exclusivo del capitalismo'– que a la incierta reinvención del socialismo. Y son los propios cubanos, conscientes del agotamiento del modelo de 'economía de comando' de tipo soviético, quienes les dicen a Evo y Chávez: "no hagan lo que nosotros hicimos''.
Es cierto que La Habana —y en particular Fidel Castro, para decir las cosas por su nombre― aconseja no repetir su modelo. Pero esto lo ha hecho siempre, más por razones tácticas que por principio político y muchos menos ideológico. En cuanto a que la isla mira con entusiasmo al modelo vietnamita es parte de una visión estereotipada repetida hasta el cansancio, pero que no por ello ha ganado en veracidad. De momento, el gobierno cubano —Raúl Castro, para también aquí llamar las cosas por su nombre― no sólo no define tendencia alguna de cambio o ajuste de sistema, sino que esta empañada en dar a entender que no la busca fuera de sus costas.
Sin embargo, este detalle muy específico no hace que el trabajo en su conjunto merezca una lectura, por su alcance y síntesis, además de discutir brevemente tres libros que tratan sobre el tema, y que con sus diferencias, aciertos y desaciertos vale la pena leer: El sueño de Bolívar , de Marc Saint-Upéry, y La nueva izquierda , de José Natanson, y Las disyuntivas de la izquierda , de Claudio Katz.
Para ver el artículo de Clarín, pinche aquí.
Fotografía: el presidente de Bolivia, Evo Morales.
5 comentarios:
Bueno como tipico analisis burgues de una realidad compleja, no se le puede pedir mucho a Clarin, es obvio que en un proceso tan complejo, con tantas realidades existan una serie de matices, pero el articulo, sin sorpresas esta lleno de Cliches.
En todo caso me muero de la risa cuando veo a estos chicos tibios rezando para que Correa sea menos decisivo que lo que es. Si no me creen, dos datos, sus palabras en Cuba y el hecho de no pagar la deuda externa!
El resto son meros suenos burgueses que ruegan al cielo que estos governantes actuen como los antiguos social democratas de antes, o sea puro bla bla.
Mikhail
Perdón, ¿donde reclama la nota que Correa sea menos "revolucionario"?
¿No será el mayor cliché de todos llamar socialdemócratas a quienes tienen alguna crítica?
Perdón, no será el mayor cliché de todos llamar socialdemócrata a cualquiera que critique -incluso constructivamente- los procesos actuales? o vamos a construir nuevos líderes sagrados?
Tranquilo amigo anonimo:) me refiero a la inputacion de que Correa es meramente un economista Keynesiano, lo que es patentemente falso y limitante absolutamente, no se de donde sacaste eso de "lideres sagrados" Al decir Keynesiano tratan de decir "reformista" ojala que eso quede mas claro. En todo caso cualquier Keynesiano es mejor que un neoliberal.
Mikhail
si, si solo que Correa no abandona la dolarización por más que el amigo lo considere todo un bolchevique
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