miércoles, 21 de enero de 2009

Una crónica desde La Habana


Esta es una crónica de la agencia AFP que refleja diversas opiniones de habaneros, los cuales por supuesto saben que están hablando con un corresponsal extranjero, pero ello no impide que el texto exprese hasta cierto punto la realidad de la calle.

RIGOBERTO DIAZ/AFP
LA HABANA


Amantes del ''made in USA'', pero con viejos rencores hacia el ''yanqui'' clavados en su historia, los cubanos recibieron el martes a Barack Obama como nuevo protagonista de la película de amor-odio entre la isla y Estados Unidos.
Sin ser transmitida por ninguno de los canales de la televisión local, que pasaba a esa hora programas musicales y viejas telenovelas, los cubanos oyeron apenas mencionar toma de posesión en Washington en el noticiero del mediodía. El diario oficial Granma no hizo referencia en su primera plana, pero le dedica la quinta página a un análisis.
Estados Unidos está, no obstante, más que presente en la vida de la isla, donde el deporte nacional es el béisbol, a la torta de cumpleaños se le dice ''cake'' y algunas tiendas se llaman ''Ten Cent'' (diez centavos).
Pero frente a la Sección de Intereses de Washington un cartel recuerda una frase de Fidel Castro: ''Señores imperialistas, no les tenemos absolutamente ningún miedo''.
''A mí lo que me interesa es que Obama quite las restricciones para que mi hermana pueda venir más seguido y nos mandé más plata. De esa fajazón (conflicto) estoy harta'', dijo una joven de 29 años, del barrio de Miramar.
Obama, undécimo inquilino de la Casa Blanca que enfrenta la revolución cubana en 50 años, prometió levantar las restricciones a las remesas y viajes a Cuba, y expresó disposición a dialogar con su gobierno.
''El tiempo es el que dirá, a lo mejor la cosa va a ir mejor con él. No me perdí un minuto de la ceremonia, para estar al día'', dijo Matilde, de 73 años, quien pudo verla en su casa del barrio Vedado a través de una señal ilegal de televisión que le llega desde Miami.
Más tarde, dice, no se perderá tampoco en la televisión local la Mesa Redonda, programa oficialista por excelencia para arremeter contra Washington, y que hoy (ayer martes) estará dedicado a la juramentación de Obama.
En la isla casi todos tienen un amigo o un familiar en Estados Unidos -donde viven más de un millón de cubanos-, y es constante la comparación con los estándares norteamericanos.
El ''american way of life'' no solo entra con la antena ilegal, sino también por la televisión regular -toda estatal-, que transmite series como CSI, Grey'sAnatomy, Doctor House y lo último de los filmes de Hollywood.
En los bailes juveniles no falta la música norteamericana. Hasta en su plática los cubanos regularmente apelan al inglés con palabras como ''brother'' o ''business''.
Barrios de La Habana, como Nuevo Vedado, fueron construidos con diseños de la arquitectura estadounidense, y un edificio tan emblemático como el Capitolio es una
réplica del de Washington.
Los capitales de Estados Unidos entraron a Cuba cuando era aún colonia de España; sus soldados en plena guerra de independencia, y la ocuparon dos años.
''En toda América Latina es así. Pero aquí es mayor el odio hacia Estados Unidos, porque lleva 50 años jodiéndonos la vida. La atracción es porque a todos nos gusta lo bueno'', asegura Marlon Pérez, de 17 años, uno del 70% de los 11 millones de cubanos nacidos bajo la revolución.
''Quieras o no, Estados Unidos es la meca del cine, del pop, el rock y todo eso
llega aquí en un santiamén'', añade Pérez, un estudiante ''fan'' de la banda de rock Good Charlotte.
Por las calles no es raro ver a jóvenes con camisetas o pañuelos en la cabeza de banderas norteamericanas, o con uniformes de los equipos de las Grandes Ligas de béisbol.
''Esos no tienen patria, le entregan su alma al diablo (...). Antes del triunfo de la revolución la gente que tenía dinero iba a Miami a comprar el último grito de la moda, todo esa cultura se nos fue metiendo por los ojos'', dice Roberto Cabrera, de 75 años, empleado de un estacionamiento de La Habana Vieja.
Pero Ramón Peña, carnicero de 32 años, cree que ''no hay que mezclar las cosas''.
''Es sencillamente una moda más'', aseguró el mulato, que vestía camiseta y gorra de los Yankees, el célebre equipo de béisbol de Nueva York.
Fotografía superior: Una mujer baila hoy, 20 de enero de 2009, en una calle de La Habana. Estados Unidos celebra el día de la investidura de Barack Obama como presidente número 44 en ese país y para Cuba será el número 10 que ve ascender desde el inicio del embargo económico impuesto a la isla (stringer/EFE).
Fotografía izquierda: cubanos suben a un auotbus, el 20 de enero de 2009 en La Habana (Cuba). Estados Unidos celebra el día de la, investidura de Barack Obama como presidentenúmero 44 en ese país y para Cuba será el número 10 que ve ascender desde el inicio del embargo económico impuesto a la isla (stringer/EFE).
Fotografía derecha: una mujer permanece en una tienda, el 20 de enero de 2009, en La Habana (Cuba). Estados Unidos celebra el día de la investidura de Barack Obama como presidente número 44 en ese país y para Cuba será el número 10 que ve ascender desde el inicio del embargo económico impuesto a la isla (Stringer/EFE).

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