
Convertir un hecho en noticia, y destacarlo como tal, en ocasiones dice más sobre Estados Unidos, Miami y la prensa que la cuestión específica que da origen a la información.
Hoy aparece en The Miami Herald y El Nuevo Herald una nota informativa sobre dos presentaciones de un libro de un periodista norteamericano en la Feria del Libro de Buenos Aires.
En lo que el autor de la información considera como un pequeño pero provocativo paso de avance en la ofensiva de acercamiento hacia Latinoamérica, que lleva a cabo Washington, la embajada de este país celebro dos encuentros ―por supuesto que pagados con dinero de los contribuyentes estadounidenses, como cualquier otro tipo de actividad diplomática— en que se presentó y discutió un libro dedicado a analizar el valor iconográfico de la figura de Ernesto Che Guevara.
La portavoz de la embajada dijo que simplemente se trataba de promover la libertad de expresión.
Tiene razón la portavoz, pero yo agregaría que la importancia otorgada al hecho sólo es una muestra del grado de absurdo a que llegó la política norteamericana durante los ocho difíciles años de la presidencia de George W. Bush.
El libro en cuestión no es un panfleto revolucionario ni nada por el estilo. Che's Afterlife: The Legacy of an Image persigue a través del mundo y la historia los vericuetos de la propiedad intelectual y los detalles iconográficos de la imagen captada por el lente de Alberto Korda, quien fuera en Cuba fotógrafo de modelos y modas antes del triunfo de la revolución. De acuerdo a la nota de Publishers Weekly, el autor, Michael Casey, jefe de la oficina en Buenos Aires de los servicios cablegráficos del Dow Jones, no menosprecia los detalles biográficos, pero se centra en el Che como una marca, y sugiere que el poder y persistencia de ésta radica en su capacidad de ser cualquier cosa para cualquiera.
Que la presentación de un libro de esta naturaleza sea catalogada casi como un coqueteo con Latinoamérica, sólo puede entenderse como una resaca tras los ocho años de gobierno macarthista de Bush. Espero que ésta dure poco, para bien de la prensa y los lectores.
1 comentario:
Dejenme a mi comandante querido tranquilo y vayan haciendo cola para aprender de el
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