
''En la televisión, cuando el noticiero está en el aire, hemos visto que el nivel de atención de la gente baja. Lo que la gente quiere es algo más breve y más al grano, una dinámica diferente de lo que se ofrece ahora'', dice Pedro Roig, director de la Oficina de Transmisiones a Cuba, entidad que tiene a su cargo Radio Y TV Martí, en una información aparecida hoy en El Nuevo Herald.
Lo que habría que preguntarle a Roig es: ¿En qué estudio o sondeo fundamenta ese dato? Porque TV Martí no se ve en Cuba. Eso acaba de ser confirmado por un informe del Departamento de Estado sobre las operaciones de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba, realizado en 2007, durante la presidencia de George W. Bush.
Durante años, quienes abogan a favor del mantenimiento de ambas emisoras, han argumentado que los sondeos que muestran la baja audiencia de la emisora radial, y que también informan el hecho de que la señal de televisión no se recibe, no resultan confiables, ya que en Cuba la población tiene miedo a decir que ve o escucha las emisoras estadounidenses.
Sin embargo, puede dudarse de la confiabilidad de algunos de estos sondeos, pero precisamente en un sentido contrario: que las cifras son aún más bajas.
Esta línea de razonamiento parte de un hecho simple. Uno de los instrumentos que utiliza el gobierno de Estados Unidos para obtener información sobre la audiencia de las emisoras es un cuestionario que se hace a quienes buscan una visa para viajar a Estados Unidos. Aparte el hecho de que no es lo más adecuado —desde el punto de vista ético y profesional— aplicar un cuestionario en esas condiciones, el falseamiento de las respuestas estaría dado por el interés de los interrogados en presentarse con una imagen favorable a Estados Unidos, no lo contrario. Por favor, no es la inmigración cubana quien hace el cuestionario.
Aunque lo más importante es el hecho de que no se trata del único medio para conocer la recepción de Radio y TV Martí.
La sede diplomática norteamericana en La Habana cuenta con personas en 15 lugares en todo el país. Los resultados respecto a TV Martí son que nunca o muy pocas veces se ve.
Me parece que tras este informe resulta muy difícil afirmar que el gobierno norteamericano no lo sabe o que hay dudas sobre la recepción de TV Martí.
¿Qué sentido tienen los planes de cambiar una programación que de cualquier manera no se ve?
TV Martí es la única emisora de televisión del mundo que tiene 19 de existencia sin contar con una audiencia discernible.
La programación de esta emisora, que durante los dos últimos años se ha podido ver en Miami gracias a la generosidad del gobierno del ex presidente Bush con el dinero de los contribuyentes, en particular para sus fines electorales, es mala, anticuada, chabacana y llena de tergiversaciones y prejuicios. Pero antes de un análisis sobre la programación, hay que preguntarse por la utilidad de seguir invirtiendo dinero en un proyecto sin resultado visible. De lo contrario, es la discusión sobre cuál gasolina echarle a un automóvil sin motor.
Fotografía: Pedro Roig, director de la Oficina de Transmisiones a Cuba, entidad que tiene a su cargo Radio Y TV Martí.
4 comentarios:
Excelente analisis
Chico, ven aca; y quien disfruta de TV Marti en Cuba?
Pepe Marino: La oficina de interes.
Claro que para verla recurren al satelite,por los canales de miami que pueden accesar ellos no el cubano de a pie.
En resumen,los contribuyentes dedicamos parte importante de nuestros taxes a sufragar los gastos que genera una televisora que solo ven los diplomaticos e invitados en la oficina de intereses de EEUU en la Habana.Claro esta solo cuando esten muy aburridos(no me imagino a ningun americano dedicando su tiempo libre a este desastre televisivo).
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