Unico por consagrarse a un personaje de ficción, incluso aquí en Miami algunos recuerdan y celebran el famoso Bloomsday.
El 16 de junio de 1999, conversaba con Ramón Mestre -en esa fecha director de Opiniones de El Nuevo Herald- sobre el tema al cual dedicarle la sección Hoy en Dia, entonces a su cargo. Mestre decidió escribir sobre el Bloomsday. Medio en broma y medio en serio fraguamos un plan para que la idea no fuera rechazada por el publisher y ''milagrosamente'' funcionó.
Diez años más tarde, sólo puedo preguntarme cuántos en este periódico saben de la existencia del Bloomsday.
A continuación, lo que esa tarde escribió Ramón:
Hoy los admiradores del escritor irlandés James Joyce se entregan a un ritual entrañable. Celebrando el llamado Bloomsday, ''el día de Bloom'', le rinden homenaje al Ulysses de Joyce.
La celebración recibe el nombre de Leopold Bloom, el protagonista hebreo de esta odisea contemporánea, junto con Stephen Dedalus, un escritor auto-exiliado en Francia que regresa a su país para asistir a los funerales de su madre.
La inmensa obra es compleja, innovadora, a ratos impenetrable, pero jamás aburre. Toda su acción transcurre un día como hoy de 1904 en Dublín, Irlanda.
¿A qué se debe el hecho de que hoy en todo el mundo se organicen lecturas del Ulysses y comelatas irlandesas en honor de Joyce? (Se organizan, inclusive, aquí en el Gran Miami, en la librería Books and Books y el John Martyn's pub de Coral Gables).
No es porque la obra haya sido seleccionada como la mejor novela anglo-americana del Siglo XX, pues Bloomsday empezó a conmemorarse mucho antes de la confección de las listas que distinguen al Ulysses.
Tal vez se deba a que este libro difícil convierte a quienes consiguen leerlo en devotos de por vida, que descubren en ese 16 de junio de 1904 paralelos insospechados entre sus vidas ordinarias y las aventuras del primer Ulíses, el héroe de la caída de Troya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario