
Un buen artículo en The New York Times acerca de la discusión en marcha sobre la readmisión de Cuba en la Organización de Estados Americanos (OEA).
A un nivel elemental, plantea el Times, da la impresión de un debate estéril: Cuba ha dicho una y otra vez, y en alta voz, que no quiere volver a la organización. Pero a un nivel más profundo la reunión ha servido como una demostración del resurgimiento político de las fuerzas de izquierda en Latinoamérica, que han tomado el caso cubano para presionar a Estados Unidos.
El encuentro también ha servido para enfatizar los retos que el presidente Barack Obama enfrenta, a la hora de intentar que viejos enemigos del sistema norteamericano se adapten al plan de Washington. Mientras unos pocos líderes latinoamericanos elogiaron las nuevas propuestas del mandatario estadounidense respecto a La Habana, sus pasos cautelosos al parecer sólo han servido para redoblar las llamadas de ir mucho más allá y más rápido.
En resumidas cuentas, el debate sobre Cuba ha servido para que nuevos y viejos líderes izquierdistas asuman una posición frente a Estados Unidos. En ocasiones resulta difícil de decir si ellos están dirigiendo sus quejas sólo a la exclusión de Cuba o también a otros resentimientos contra Washington.
Mientras esto ocurre, algunos analistas se preguntan por qué este debate está acaparando tanto la atención de la organización, mientras hay aspectos muy importantes, como la crisis económica que afecta la región, que permanecen sin analizarse.
Para leer el artículo de The New York Times, pulse aquí.
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