Me dice el pintor y escritor Nicolás Lara, caminando por el Parque Central de Nueva York, que el historiador y ensayista Rafael Rojas tiene un blog, Libros del crepúsculo, ―en que reseña de libros de filosofía, historia y literatura, entre otros temas― y que hay un comentario sobre el que el escritor español Miguel Barroso dedica al ''caso Marquitos''. Enterarse de un blog de Rojas y en el Parque Central es una doble buena noticia.
Por lo que plantea Rojas, y también de acuerdo a los comentarios de Jorge Ferrer, Un asunto sensible es un libro bien escrito y de lectura apasionante, pero ambos señalan un cierto desequilibrio en las entrevistas.
Plantea Rojas, respecto a la obra de Barroso: ''Sólo podría señalársele algún desequilibrio en las entrevistas y testimonios, ya que la versión de los hechos de personalidades del Directorio y el 26 de Julio no está tan bien plasmada como la de Ordoqui, García Buchaca y sus familiares ¿Por qué no entrevistó –o no pudo entrevistar- Barroso a Faure Chomón, Guillermo Jiménez o Alfredo Guevara, tres protagonistas vivos de aquella historia de crímenes y traiciones? El misterio parece revelado, pero faltan algunos detalles''.
Por su parte, Ferrer comenta: ''Parece evidente que hubo reticencias desde el lado del Directorio a dejarse entrevistar. Creo percibirla en la breve entrevista a Guillermo Jiménez -ojo: pp. 299-300- y las respuestas secas, ríspidas. Y eché de menos que Barroso no las explicitara en detalle''.
A esa falta de detalles quisiera agregar otro. Hace unas semanas, comentaba con Delia Sánchez, hija de Aureliano Sánchez Arango y participante en la lucha contra Batista, que en Madrid me había enterado de que estaba al salir un libro sobre Marcos Armando Rodríguez. Ella no sabía nada. Fue precisamente Delia Sánchez quien le consiguió a Marquitos el asilo en la Embajada de Brasil en La Habana, tras los sucesos de Humbodlt 7, sin por supuesto tener la menor sospecha de la posibilidad de que se tratara de un traidor.
Por su participación en la lucha revolucionaria, y por su amistad con muchos de los protagonistas de los hechos que continúan con vida, creo que el testimonio o al menos una entrevista con Sánchez resultaba necesaria. Me arriesgo a hablar de un libro, que aclaro no he leído, lo cual haré a la primera oportunidad, porque en lo escrito por Rojas y Ferrer hay hasta cierto punto una confirmación de mis temores, y porque creo que se trata de un tema importante, que nunca ha sido tratado, por diversas razones, con la profundidad que merece.
Por lo demás, si Utiles después de muertos, de Carlos Manuel Pellecer, ''forma parte importantísima del resultado de la historia tal como la investigó y cuenta Barroso'', tal como dice Ferrer, adelanto que mis temores van aún más en aumento. El libro de Pellecer no lo considero una fuente confiable, porque sus versiones de diversos hechos no solo es prejuiciada, sino imprecisa y errada en muchas ocasiones.
Para leer el blog de Rafael Rojas, pulse aquí.
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