jueves, 8 de octubre de 2009

140 años de arte cubano

A continuación, una nota sobre el libro Cuba, Art and History from 1868 to Today, de Nathalie Bondil, curadora de la exposición presentada en el Museo de Bellas Artes de Montreal en 2008.

LYDIA GIL/EFE
DENVER
Examinar la historia de un país a través de su arte abre puertas interpretativas a los retos y transformaciones que enfrenta un pueblo, iluminando detalles que a menudo quedan excluidos de la historiografía tradicional.
Cuba, Art and History from 1868 to Today examina los desarrollos históricos más significativos en la isla desde 1868 hasta nuestros días mediante diversas formas de arte, incluyendo fotografía, pintura, afiche, dibujo e instalaciones.
Exquisitamente ilustrado, el volumen fue concebido inicialmente como catálogo para la exhibición del mismo nombre que se instaló en el Museo de Bellas Artes de Montreal el año pasado, con la colaboración del Museo Nacional de Bellas Artes y la Fototeca de Cuba.
Nathalie Bondil, directora del museo en Montreal y curadora de la exhibición, recoge en esta edición ensayos de un selecto grupo internacional de expertos en arte cubano que acompañan las distintas secciones del libro y destacan los nexos entre el arte y la historia cubana en los periodos correspondientes.
Según Moraima Clavijo Colom del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, la muestra que nutre el volumen corresponde al estudio cronológico más abarcador del arte cubano hasta la fecha.
El volumen opera bajo el mismo beneficio que le otorgara la localidad de Montreal a la exhibición: un espacio neutral desde donde se pueden apreciar las múltiples variables del panorama político cubano del siglo XX.
Las cinco secciones del libro destacan momentos definitorios en la historia del país ilustrados con arte representativo de la época.
La primera expone arte que busca expresar la esencia nacional (1868-1927) y está acompañada por ensayos sobre fotografía, paisajismo y sociedad cubana de la época.
La segunda se enfoca en el arte nuevo, la vanguardia y la recreación de la identidad (1927-1938) mientras que la tercera aborda el tema de la cubanidad y el desarrollo de un estilo cubano (1938-1959).
En esta última se destaca el arte de Wilfredo Lam en un ensayo de Roberto Cobas Amate donde expone el carácter innovador y el sincretismo de su obra.
Las últimas secciones están dedicadas al arte revolucionario (1959-1979) y al individuo dentro del marco revolucionario (1980-2007).
A lo largo del libro se perciben diversidad y contraste como elementos organizadores y quizás definitorios del arte cubano.
Aquí se evidencia la influencia europea, africana y americana en un arte que responde a un individualismo tajante a veces moderado por ideologías dominantes en su momento histórico.
En la última sección, Gerardo Mosquera narra el desarrollo de un arte nuevo en Cuba desde que un pequeño grupo de artistas buscara a fines de los setenta, exhibir un arte que difería bastante de la estética favorecida por las autoridades cubanas.
Según Mosquera, el grupo no logra su objetivo hasta la década del ochenta con las exhibiciones Pintura fresca y Volumen uno que lograron renovar no sólo las artes visuales sino el panorama cultural en general.
Mosquera añade que los artistas de esta generación rompieron con modelos sumisos y abrieron un espacio de libertad creativa que continúa hasta hoy.
En este nuevo espacio nace un arte crítico, a veces complejo pero también humorístico y a veces cínico que no vacilaba en criticar el panorama cultural, social y político de la isla.
Esta sección también se detiene en el arte del llamado ''período especial'' cuando, según Antonio Eligio Fernández, se concibió un arte ingenioso y elocuente que lidiaba con uno de los tiempos más difíciles en la historia cubana.
(CUBA, Art and History from 1868 to Today. Nathalie Bondil, Ed. Prestel. 424 páginas.). EFE.
Fotografía: mural presentado en el Salón de Mayo en La Habana, en 1967, que formó parte de la exhibición en Montreal (Montreal Museum of Fine Arts/Courtesy).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y porque se admiten los revolucionarios en el arte y la ciencia y en la vida no?

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