Algunas modelos portaban brazaletes puntiagudos y armaduras para el cuerpo. Otras tenían la cabeza cubierta con velos, pero con los hombros y algunos tatuajes a la vista.
Los hombres portaban ropas islámicas largas, pero también mostraron pantaloncillos y camisetas con lentejuelas, informó la AP.
La mezcla de diseño y ropa lista para usarse no habría sido extraordinaria en Milán o Nueva York, pero en Karachi muchos diseñadores hicieron referencia a la revuelta reflejando las contradicciones y tensiones que afectan a su país.
La muestra tuvo que ser pospuesta en dos ocasiones por temores sobre la seguridad y ante la incertidumbre acerca de realizar un acto de este tipo durante una ofensiva militar en el noroeste del país. Pero a pesar de esto busca enseñar al mundo que en Pakistán hay más cosas que violencia y espera impulsar una industria que da trabajo a miles de personas, según los organizadores.
Muchos de los modelos, diseñadores y amantes de la moda presentes en la Semana de la Moda dijeron que la reunión era un golpe simbólico al Talibán y a su visión de la sociedad en la que las mujeres están confinadas a las casas y deben vestirse con un traje que las cubre de los pies a la cabeza, conocido como burka.
Los desfiles se realizarán en Karachi, la ciudad más grande del país y la más cosmopolita. La sede de la semana de la moda es un hotel de cinco estrellas junto al consulado estadounidense, que fue atacado por milicianos islamistas en el 2002. El lugar se encuentra a dos horas de vuelo del noroeste del país, donde residen la mayoría de los rebeldes al-Qaida y el Talibán, y de donde se cree han surgido los ataques que arrasaron el país el mes pasado.
Fotografía: modelo con una creación del diseñador pakistaní Deepak Perwani, durante la Semana de la Moda en Karachi, Pakistán (Fareed Khan/AP).
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