
Al cumplirse cinco años de la muerte de Guillermo Cabrera Infante en Londres, su viuda anuncia la aparición de la por tanto tiempo esperada Cuerpos Divinos, la novela en la que se acumula ``todo el dolor'' del autor, según Miriam Gómez.
Mucho más que dolor debe encerrar este libro inacabado, que se desarrolla en la capital cubana, entre 1958 y 1962, y termina con dos líneas desde ahora memorables, que recuerdan al Hemingway de París era una fiesta:
``Fue aquélla la mejor época de nuestra vida.
--Sí --le dije--. Es muy posible que fuera la mejor''.
Para resumir en pocas palabras la obra de Cabrera Infante, lo mejor es no acudir a la preceptiva sino a Roberto Cantoral, y con el tono y la inflexión exacta de Lucho Gatica, pedir al reloj que no marque las horas ``porque tu barca tiene que partir, a navegar por otros mares de locuras, cuida que no naufrague mi vivir''.
Eso fue lo que hizo durante toda su vida el escritor cubano: navegar literaria y literalmente por otros mares de locura, luchando contra el tiempo y el naufragio, a bordo de su barca que es a veces la literatura, a veces Cuba y siempre La Habana. De esa travesía fueron quedando diversas tablas de salvación, en libros, artículos y entrevistas singulares.
A partir de la publicación en 1963 de Un oficio del siglo XX, la narrativa de Cabrera Infante se desarrolla en base a similitudes que el autor busca como verdaderas obsesiones, pero que a la vez expresa en una serie de variaciones únicas desde el punto de vista formal.
Una y otra vez, Cabrera Infante regresa a los mismos temas, de forma similar y diversa. Primero desde su labor de crítico cinematográfico, luego como novelista y cuentista, y ya en el exilio publicando un conjunto de libros que conforman una memoria nacional y definen un estilo ejemplar.
Durante muchos años, Cabrera Infante no fue sólo el mejor escritor cubano, sino que representó la voz más poderosa entre los intelectuales anticastristas. En ese campo, constituía el enemigo más odiado por el régimen de La Habana. Aunque siempre mantuvo una barrera entre sus textos políticos y literarios, la separación no impide que sea indispensable referirse a ambos aspectos de su labor, en una fusión entre el hombre y la obra que siempre le ganó admiradores y detractores.
Desde el momento en que comenzó a publicar sus crónicas de cine en la revista Carteles, en 1953, se colocó al frente de la vanguardia creadora de una nación con una tradición literaria y artística de gran riqueza, que a la vez estaba profundamente dividida entre lo culto y lo popular. Hizo trizas esta división artificiosa y demostró que la escritura más elaborada y compleja podía ser al mismo tiempo entretenida y llena de humor.
La unión indisoluble entre lo culto y lo popular, presente desde el inicio en sus crónicas de cine, logra su definición mejor en su novela Tres Tristes Tigres. Al tiempo que la narrativa apela a los recursos más avanzados de la literatura mundial del momento, conquista al lector desde las primeras páginas. Este se identifica con los personajes, añora o descubre una época y lee página tras página por encima de la fragmentación y las dificultades propias de la obra.
La novela recrea una época desconocida para la mayoría de la población cubana que reside en la isla. Se trata de un libro huérfano de público en la patria de su autor, que persiste en la búsqueda de su lector natural.
Tras la publicación de los Tigres, vinieron dos libros de artículos y ensayos donde el juego verbal alcanzó su cima: O (1975) y Exorcismos de esti(l)o (1976). Luego, en 1979, aparece La Habana para un Infante difunto. En esta nueva novela, la experimentación con la forma cede ante una estructura narrativa fragmentada en capítulos, que siguen un orden cronológico. El recuento podría extenderse a otras obras, pero aquí sólo interesa recalcar lo que constituye la narrativa mayor del autor. Delito por bailar el chachacha y La ninfa inconstante se suman más bien como capítulos a las novelas anteriores.
Si bien los TTT destacan por abrir nuevas vías a la literatura cubana --y por crear una poética propia--, La Habana es una obra de perfección, donde el interés fundamental es desarrollar al máximo los recursos que su autor domina con maestría. Puede señalarse en este sentido que la segunda novela de Cabrera Infante es mejor que la primera, aunque de menor influencia innovadora. Toda esta visión podría quedar alterada ahora, con la aparición de Cuerpos divinos, un libro esperado con una ansiedad acumulada durante décadas.
a labor de narrador y crítico la desarrolló Cabrera Infante a contrapelo de la que por muchos años figuró como la actitud natural y ``correcta'' del intelectual progresista hacia la revolución cubana: el apoyo o al menos el silencio. El fue todo lo contrario: comenzó a denunciar al régimen cubano sin detenerse en las consecuencias que ello implicaba para la divulgación de su obra.
Sin embargo, los libros de Cabrera Infante se multiplicaron en las más diversas traducciones. Hoy es un escritor al que es necesario volver una y otra vez, y un autor que vivió en dos islas, pero siempre soñó con una ciudad única: La Habana.
Es posible que Cuerpos divinos sea la culminación --aunque sea parcial-- de ese sueño a veces convertido en pesadilla.
3 comentarios:
Desde que Zoe Valdez se ha dedicado a atacar a Yoani Sanchez con saña y alevosia me abstube de leer su blog para hacer como el avestruz que no mira para no pasar el susto. Preferi meter la cabeza en la tierra para no caer en la tentacion de tomar partido y verme criticando a una luchadora que ha hecho historia con su constante labor patriotica en Francia. Desgraciadamente Zoe la ha emprendido de tal forma contra Yoani que es imposible ya no enterarse de su ridicula labor divisionista y su odio incomprensible contra la bloguera. Creo que a esta altura ya es inmoral no salirle al paso a esta labor de doble agente….. si doble agente pues de nada sirve que hoy haga manifestaciones ante la embajada cubana en Francia o que reuna intelectuales franceses en una galeria para venderles cuadros mientras los ilustra sobre el castrofascismo si al mismo tiempo se dedica a destruir la imagen de uno de los pilares de la lucha anticastrista dentro de Cuba hoy dia……. Zoe con su actitud irracional esta contribuyendo al debilitamiento de la proteccion que el apoyo internacional da a Yoani y el movimiento blogger en Cuba y se convierte asi en instrumento del castrismo trabajando contra la seguridad, libertad e integridad fisica de Yoani, su esposo e hijo……… Creo que es hora de que demos todos una exortacion publica a que cesen estos actos divisionistas e incomprensibles por parte de Zoe Valdez ….. haciendo esta exortacion no le hacemos ningun daño a Zoe, mientras que si no la hacemos le infrigimos un gran daño a la ya fragil situacion de Yoani y los blogers cubanos que ultimamente tambien vienen siendo objeto del ataque de Valdez
Saludos
Estimado Armengol
tu comentario es excelente
yo amo a Cain y ...te aseguro que no soy Gay
gracias por tu articulo
Es muy habitual entre la derecha esconder la cabeza bajo la arena, evitar cualquier voz disidente y seguir repitiéndoos los mismos mensajes hasta que terminais creyéndolos a pies juntillas.
Hay que leer otros blogs y otras fuentes, no siempre los mismos medios de comunicación ultraderechistas. Debéis daros cuenta que hablar de "tiranía comunista" suena trasnochado y anticuado. Muchos demócratas progresistas seguimos cerrando filas con Cuba y con Castro, y despreciamos a Yoani y a las Damas de Blanco, porque la oposición al Gobierno Cubano no resulta creible ni para el más anticuado conservardor recalcitrante. Si quereis que vuestro mensaje cale, al menos cambiad vuetras formas.
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