El arresto temporal del dueño mayoritario del canal venezolano de noticias Globovisión, quien ha asumido una actitud muy crítica hacia el gobierno de Hugo Chávez, es una cruda advertencia del mandatario a quienes se atreven a alzar la voz en su contra.
Si se limitara a eso: un arresto temporal, una incomodidad, un susto, no estaríamos viendo nada nuevo en Latinoamérica. Al igual que dictadores anteriores -la mayoría vestidos de militares o arropados con la ideología de la derecha- Chávez no estaría comportándose de manera muy distinta a la practicada en una vieja tradición de amenaza a los periodistas y el apretar y aflojar en la censura de acuerdo a las circunstancias. Pero hay más, mucho más.
Primero los hechos. Agentes de la inteligencia militar detuvieron a Guillermo Zuloaga el jueves, en el aeropuerto del estado de Falcón, Venezuela, cuando pretendía viajar a la isla caribeña de Bonaire para unas vacaciones de Semana Santa. Fue puesto en libertad horas más tarde, tras comparecer en una corte, de acuerdo a una información de la AP.
El canal Globovisión es el único que mantiene una línea crítica hacia el mandatario venezolano tras el cierre en el 2007 del canal de cable RCTV.
Zuloaga fue detenido como parte de una pesquisa sobre supuestas declaraciones ``ofensivas'' que hizo contra el presidente venezolano durante una reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), efectuada el fin de semana en la isla caribeña de Aruba, afirmó la fiscal general Luisa Ortega.
En una emocionada crónica, el periodista Rui Ferreira, del diario español El Mundo, narra como en la reunión de la SIP Zuloaga se ``defendió de las viejas acusaciones de una supuesta participación en el golpe de estado que los militares llevaron a cabo contra Chávez en el 2002, en cuya lista de culpables el mandatario lo ha involucrado desde entonces''.
El empresario dijo que no hay pruebas de su participación porque ``no se puede probar lo que no existe'', agrega Ferreira, quien menciona que el objetivo de Zuloaga fue denunciar que los periodistas de las emisoras favorables a Chávez no se encontraban en la reunión de la SIP para informar, sino para crear ``hechos políticos'': la misión era conseguir la frase que sirviera para incriminarlo, llevarlo a la cárcel. Lo lograron en buena medida.
Varios mandatarios latinoamericanos están empeñados en una campaña contra la prensa, que no sólo transita por la vía tradicional de la intimidación y censura, practicada por los caudillos, y que a veces se acerca a la represión burda, típica de los regímenes totalitarios, sino que también recurre a diversas prácticas capitalistas, desde la adquisición de la mayoría de las acciones de una empresa -en su caso mediante la utilización de recursos públicos- hasta la edificación de máquinas privadas de propaganda, colocadas en manos de testaferros.
Uno de los argumentos más socorridos, para justificar este empeño, por parte de los gobernantes latinoamericanos, es mencionar las deficiencias y desigualdades de los medios de prensa privados.
Si bien es cierta la existencia de limitaciones en los medios privados, éstas no se combaten con el cierre, el acoso y el no otorgamiento de las licencias correspondientes. Tampoco es negativa la existencia de canales públicos de televisión y radio. Todo lo contrario. Siempre que no se subordinen a los intereses políticos de un determinado gobierno, que en la práctica se reduce a lo que beneficia a un gobernante y su camarilla.
En última instancia, cabe la sospecha de que a lo que aspiran estos gobernantes latinoamericanos es a ejercer un control absoluto sobre la prensa, al estilo del gobierno cubano. A la utilización de la información para una herramienta más para mantenerse en el poder, y a justificar la manipulación de la noticia como un principio idelógico y no como un mal intencionado fin político. La desinformación convertida en un derecho de Estado. El tratar de impedir que los ciudadanos puedan sacar sus propias conclusiones. La conspiración cotidiana opuesta a un pensamiento independiente.
No es que la tergiversación y la censura se practiquen sólo en la Caracas de Chávez o en la Cuba de Castro. En muchas ocasiones, en Miami la labor de ``informar'' a la población se limita a un ejercicio en apariencia compasivo: se dice sólo que ésta quiere escuchar, ver y leer. Tal tarea es propia de adulones y no de periodistas.
Lo que se hace en Cuba -bajo la premisa de que sólo sale a la luz pública lo que permite la censura- se practica en Miami, con distintos criterios pero iguales fines, bajo el amparo y beneplácito de corporaciones y políticos.
Esto ocurre con mayor fuerza dentro de la comunidad cubana. No hay que olvidar que los medios masivos aquí cumplen también una función catártica: es difícil aceptar todos los sinsabores y frustraciones de un exilio, sin un refugio emocional.
Sólo que en una sociedad democrática, por las razones más diversas, hay una mayor potencialidad para abrir canales alternativos de información, mientras que en las sociedades cerradas, como la cubana y la que quiere implantar Chávez en Venezuela, se dedican los mayores empeños a cerrar estos canales. Aquí radica una de las diferencias fundamentales entre La Habana y Miami. Lástima que Caracas no aspire a un mejor destino: alejarse de la situación de la prensa en ambas ciudades.
Si se limitara a eso: un arresto temporal, una incomodidad, un susto, no estaríamos viendo nada nuevo en Latinoamérica. Al igual que dictadores anteriores -la mayoría vestidos de militares o arropados con la ideología de la derecha- Chávez no estaría comportándose de manera muy distinta a la practicada en una vieja tradición de amenaza a los periodistas y el apretar y aflojar en la censura de acuerdo a las circunstancias. Pero hay más, mucho más.
Primero los hechos. Agentes de la inteligencia militar detuvieron a Guillermo Zuloaga el jueves, en el aeropuerto del estado de Falcón, Venezuela, cuando pretendía viajar a la isla caribeña de Bonaire para unas vacaciones de Semana Santa. Fue puesto en libertad horas más tarde, tras comparecer en una corte, de acuerdo a una información de la AP.
El canal Globovisión es el único que mantiene una línea crítica hacia el mandatario venezolano tras el cierre en el 2007 del canal de cable RCTV.
Zuloaga fue detenido como parte de una pesquisa sobre supuestas declaraciones ``ofensivas'' que hizo contra el presidente venezolano durante una reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), efectuada el fin de semana en la isla caribeña de Aruba, afirmó la fiscal general Luisa Ortega.
En una emocionada crónica, el periodista Rui Ferreira, del diario español El Mundo, narra como en la reunión de la SIP Zuloaga se ``defendió de las viejas acusaciones de una supuesta participación en el golpe de estado que los militares llevaron a cabo contra Chávez en el 2002, en cuya lista de culpables el mandatario lo ha involucrado desde entonces''.
El empresario dijo que no hay pruebas de su participación porque ``no se puede probar lo que no existe'', agrega Ferreira, quien menciona que el objetivo de Zuloaga fue denunciar que los periodistas de las emisoras favorables a Chávez no se encontraban en la reunión de la SIP para informar, sino para crear ``hechos políticos'': la misión era conseguir la frase que sirviera para incriminarlo, llevarlo a la cárcel. Lo lograron en buena medida.
Varios mandatarios latinoamericanos están empeñados en una campaña contra la prensa, que no sólo transita por la vía tradicional de la intimidación y censura, practicada por los caudillos, y que a veces se acerca a la represión burda, típica de los regímenes totalitarios, sino que también recurre a diversas prácticas capitalistas, desde la adquisición de la mayoría de las acciones de una empresa -en su caso mediante la utilización de recursos públicos- hasta la edificación de máquinas privadas de propaganda, colocadas en manos de testaferros.
Uno de los argumentos más socorridos, para justificar este empeño, por parte de los gobernantes latinoamericanos, es mencionar las deficiencias y desigualdades de los medios de prensa privados.
Si bien es cierta la existencia de limitaciones en los medios privados, éstas no se combaten con el cierre, el acoso y el no otorgamiento de las licencias correspondientes. Tampoco es negativa la existencia de canales públicos de televisión y radio. Todo lo contrario. Siempre que no se subordinen a los intereses políticos de un determinado gobierno, que en la práctica se reduce a lo que beneficia a un gobernante y su camarilla.
En última instancia, cabe la sospecha de que a lo que aspiran estos gobernantes latinoamericanos es a ejercer un control absoluto sobre la prensa, al estilo del gobierno cubano. A la utilización de la información para una herramienta más para mantenerse en el poder, y a justificar la manipulación de la noticia como un principio idelógico y no como un mal intencionado fin político. La desinformación convertida en un derecho de Estado. El tratar de impedir que los ciudadanos puedan sacar sus propias conclusiones. La conspiración cotidiana opuesta a un pensamiento independiente.
No es que la tergiversación y la censura se practiquen sólo en la Caracas de Chávez o en la Cuba de Castro. En muchas ocasiones, en Miami la labor de ``informar'' a la población se limita a un ejercicio en apariencia compasivo: se dice sólo que ésta quiere escuchar, ver y leer. Tal tarea es propia de adulones y no de periodistas.
Lo que se hace en Cuba -bajo la premisa de que sólo sale a la luz pública lo que permite la censura- se practica en Miami, con distintos criterios pero iguales fines, bajo el amparo y beneplácito de corporaciones y políticos.
Esto ocurre con mayor fuerza dentro de la comunidad cubana. No hay que olvidar que los medios masivos aquí cumplen también una función catártica: es difícil aceptar todos los sinsabores y frustraciones de un exilio, sin un refugio emocional.
Sólo que en una sociedad democrática, por las razones más diversas, hay una mayor potencialidad para abrir canales alternativos de información, mientras que en las sociedades cerradas, como la cubana y la que quiere implantar Chávez en Venezuela, se dedican los mayores empeños a cerrar estos canales. Aquí radica una de las diferencias fundamentales entre La Habana y Miami. Lástima que Caracas no aspire a un mejor destino: alejarse de la situación de la prensa en ambas ciudades.
8 comentarios:
Buena suerte.Deduzco tienes sobradas razones para detenerte en asuntos con tan estrecha relacion,como los que has "tocado"ultimamente.
Que lastima que alguien con tus cualidades,este del lado equivocado de la historia.Marineros somos y en la mar andamos.
Ojala y te prepares de tal forma que cuando te traicionen(puedes estar seguro que lo haran.No eres el primero y para tu consuelo tampoco seras el ultimo)el dolor sea minimo.
Olvide decirte algo.En los inicios de los 90,trabajando yo en ICRT,tuve la oportunidad de preguntarle a un director de seriales de la tv cubana:Por que no se aprovecha la telenovela cubana(en ese tiempo se pasaba una brasilera y una cubana,con mucho mayor aceptacion para la extranjera) para tratar temas de actualidad,todo lo critico posible,para propiciar el debate?
Ese Sr me respondio:No me lo permiten.
Esa fue una de las cosas que critique abiertamente,pues pienso que el debate bien conducido favorece el crecimiento intelectual y la movilidad de las relaciones.A mi juicio dos factores que afectan la democracia,bajo cualquier sistema.
La diferencia con lo que estas realizando tu radica en que la alternativa que utilizo aquel fue el analisis historico mientras tu estas alimentando la retorica.
Saludos
Esto si es grave, pero no lo he visto todavía comentar por nadie,Honduras, también existe....
La Organización No Gubernamental “Periodistas por la Verdad” rechazó la indiferencia con la cual la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reacciona frente los múltiples asesinatos cometidos en Honduras.
Estos homicidios se producen contra profesionales de la comunicación social. Sólo durante el mes de marzo, Honduras ha registrado cinco homicidios de periodistas.
Un comunicado de esta organización denunció que la CIDH ha callado ante la monstruosa ola de crímenes contra periodistas en esta nación centroamericana, sometida hasta el día de hoy a un gobierno inconstitucional que nació de un golpe militar maquillado bajo una máscara legalista.
La ONG sostuvo que los periodistas Bayardo Mairena y Manuel Juárez son las víctimas más recientes del intento de hacer desaparecer la verdad de la realidad hondureña.
También da a conocer que desde el pasado primero de marzo han sido asesinados a tiros en Honduras al menos cinco periodistas.
“Joseph Ochoa abrió la cuenta fatal ese día, ultimado en un atentado en Tegucigalpa. El 11 de marzo mataron a David Meza, periodista de Radio El Patio y corresponsal de Radio América y del noticiario de televisión Abriendo Brecha, ambos de Tegucigalpa. El día 15 fue asesinado Nahum Palacios, de Radio Tocoa. Y ahora le llegó el turno a Mairena y Juárez”, reza el comunicado.
Periodistas por la Verdad condena el silencio cómplice que guarda la CIDH frente a este panorama desolador. “La CIDH prefiere, en vez de la defensa de la vida humana y del ejercicio, sin riesgo de muerte, de nuestra profesión; sumarse al coro de aquellos que dictaminan que el libre ejercicio de la libertad de expresión está exento de la responsabilidad por lo que se dice”.
El organismo sostiene que la CIDH prefiere servir como ficha de la campaña mediática orquestada internacionalmente contra Venezuela.
Igualmente, repudia que quiera convertir en un “caso de libertad de expresión” la comisión de los delitos de difusión de información falsa y vilipendios contra el presidente de la República pregonados, por parte del presidente del canal privado Globovisión, Guillermo Zuloaga, en la reciente reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa celebrada en Aruba.
Gracias por mencionar el caso de Honduras. Lo que tengo entendido es que en este país los atentados a periodistas han ocurrido tanto a comunicadores a favor del lamentable golpe de Estado como en contra. Hay una periodista, que en su momento se manifestó a favor de Micheletti, que ha sufrido al menos dos atentados. Voy a buscar más información, pero recuerdo que el sábado leí un cable al respecto. No sé si ha sido publicado. Perdón por no ser más preciso en estos momentos.
Por supuesto, que "acallar" al mensajero, es practica habitual, en ningún momento del comunicado anterior, se dice si son pro o contra el gobierno golpista, eso lo das tu por supuesto... gracias por el interés, se que es sincero
Armengol, claro que no puedes ser más preciso, por cuanto tu precisión y tu mentalidad siempre estará al lado de la pobre periodista que se manifestó a favor de Micheletti que ha sufrido, oh, la pobre, al meos dos atentados. ¿Y los que se manifestaron en contra de Micheletti y ya no viven? ¿Vas a tomar nota de ello? ¿Vas a hablar de ellos o vas a continuar en tu defensa de los detractores de Chávez? Eso parece que deja más dividendos.
Armengol,es bueno buscar los datos.
Pero lo que llama la atencion es la cantidad de articulos,horas de tv,marchas,etc que se le dedica a
"la problematica venezolana y cubana,por situaciones de laboratorio,mientras hay lugares realmente criticos,como el caso de Honduras y el hallazgo de la fosa comun en Colombia que apenas se mencionan.
Cuantas marchas se han hecho para
criticar el golpe de Honduras?Mas bien les dieron un "homenaje" a los golpistas con la visita de los "tres flamantes congresistas"
del sur de Florida.
Cuantas marchas se haran,con la covertura mediatica correspondiente
para denunciar las violaciones a los derechos humanos que se han producido desde el golpe militar?
Por que sera que la SIP se opone a la ley que se discute en Ecuador en relacion a que la prensa rinda cuenta a la sociedad, evidentemente la impunidad que existe actualmente para orquestar campanas por parte de la gran prensa es increible, hasta la mismisima CNN y su exelente periodista Patricia Janiot tienen que bailar al son de la melodia de los poderosos, sino revisen la entrevista, demasiado incisiva para su estilo, que le hizo Patricia a Insulza, practicamente no lo dejaba responder sus propias preguntas. Pero en fin nada es eterno en este mundo.
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