“El legislador por el estado de la Florida, quien forma parte de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, advirtió sobre las intenciones de Pekín de expandir su influencia por América Latina”.
No solo es que Rivera se limita a repetir su retórica anticastrista vulgar, que parece constituye una receta infalible para llegar a Washington desde Miami, sino que la emisora gubernamental se ha buscado el congresista menos apropiado para que se divulguen sus comentarios.
De acuerdo a una información que publica hoy jueves El Nuevo Herald, la fiscal estatal de Miami-Dade, Katherine Fernández Rundle, separó a uno de sus mejores equipos fiscales de la investigación sobre el representante federal David Rivera, y le pidió al Departamento de Policía de la Florida que se pusiera al frente de la delicada investigación.
El equipo de la fiscalía estaba dirigido por dirigido por el veterano fiscal de casos de corrupción pública Richard Scruggs, fue retirado del caso de Rivera la semana pasada. Junto con Scruggs, Fernández Rundle también eliminó a la fiscal Christine Zahralban y a Robert Fielder, un veterano investigador de casos de corrupción y exdetective de la Policía de Miami.
La decisión de Fernández Rundle llega en un momento en que el alcance de la investigación sobre Rivera parecía estar expandiéndose a múltiples frentes, de acuerdo a lo publicado en El Nuevo Herald.
Los fiscales y los detectives comenzaron a investigar a Rivera, un republicano de Miami, semanas antes de que éste ganara su escaño en el Congreso en noviembre, después de servir ocho años como legislador estatal.
Los investigadores encontraron que el Canódromo de Flagler pagó $510.000 a Millennium Marketing, una empresa propiedad de la madre y la madrina de Rivera, como parte de un acuerdo para que Rivera manejara una campaña política en favor de las máquinas de juego en beneficio de las parimutuales.
Rivera negó durante largo tiempo haber recibido ningún ingreso de las carreras de galgos, y no hizo mención de Flagler o del acuerdo con Millennium en sus declaraciones financieras. Pero días antes de asumir el cargo en el Congreso, Rivera admitió haber recibido $132.000 en préstamos no declarados de Millennium, dinero que Rivera dice haber devuelto después de su elección
No es la única cuenta del congresista Rivera que no está clara, para decir lo menos.
Después de salirse el año pasado de una contienda senatorial en el estado para buscar un escaño en el Congreso federal, David Rivera separó decenas de miles de dólares de su cuenta inactiva de la campaña al Senado para darle “gracias” a partidarios de una lucha electoral que nunca intentó terminar.
Rivera le pagó el dinero a una compañía llamada ACH Fundraising Strategies, una empresa con sede en Miami fundada por la hija de una ayudante suya por largo tiempo. Rivera envió un cheque de $50.000 a ACH el 15 de julio de 2010, el día antes que la firma comenzara a funcionar como una empresa.
Esos dólares de la “campaña de gracias” enviados a ACH son revisados en la actualidad como parte de una investigación ampliada sobre las cuentas personales y de campaña del representante federal, que llevaba a cabo la policía de Miami-Dade y fiscales, y ahora a quedado en manos solo de la policía.
El legislador federal tiene una singular tendencia de vincular sus cuentas con parientes y allegados, desde la madre y abuelita hasta su madrina y ayudante, Rivera no parece mirar mucho más allá de su círculo más íntimo a la hora de destinar el dinero.
Lo menos que provoca este comportamiento es la sospecha. Pero la sospecha mayor surge ahora, cuando parece que el poder en Miami, republicano por vocación y batistiano por herencia, parede que ha decido cerrar filas en torno a Rivera. El Herald ha estado publicando excelente reportajes sobre el tema. Cabe la esperanza de que esta tendencia continúe.
Lo que resulta más difícil de entender es que una emisora que se paga con dinero de los contribuyentes seleccione a Rivera para divulgar sus comentarios de militancia anticastrista.
Se trata de una nueva confirmación de que Radio y Televisión Martí no han cambiado en lo más mínimo, y que no hay nada más parecido a la vieja administración que la nueva. Que ambas estaciones solo sirven de trofeo o premio oportuno para las organizaciones o los legisladores de turno, según sea el poder de influencia que mantienen, ya sea un gobierno republicano o demócrata.
Fotografía: el legislador estatal David Rivera.