El Nuevo Herald debe tener cuidado con titulares como el que tiene la noticia principal de su edición online: todavía pueden producir algún infarto en ciertos reductos de la Calle 8. Por supuesto que los líderes a que se refiere la nota son los que están a cargo de las negociaciones presupuestales, pero nada garantiza que alguien aquí considere que la mención es a los ´´líderes´´ del patio. Porque entonces, nuestros ´´líderes´´ nos habrían fallado. De nuevo.
Aunque la información es lo suficientemente zalamera como para intentar cubrir el fracaso local con cierta bravuconería y dejar bien parados a ´´nuestros líderes´´.
Una muestra: ´´Pero si el entendimiento Rogers-Reid fracasa, la mayoría republicana de la Cámara de Representantes podría presionar a favor de su propia versión de la iniciativa de gastos, que retendría aún el lenguaje sobre Cuba´´. O esta otra, en que señala que no se sabe cómo los cuatro cubanoamericanos impulsores de la medida en la Cámara ´´votarían sobre ella. Entre los tres republicanos y el demócrata se encuentra la representante Ileana Ros-Lehtinen, la poderosa presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes´´.
Pese al fervor de ´´nuestros líderes´´ y los buenos deseos en secundarlos de ciertos reporteros locales, la medida estaba destinada a no prosperar más allá de cierto punto. Hay que reconocer que bastante lejos llegó. Pero relativamente. Ninguna medida que no ascienda de la penúltima línea del penúltimo párrafo en una información de The New York Times alcanza su destino, si éste se convierte en un destino difícil.
La definición ocurrió cuando el presidente Barack Obama dijo que vetaría la ley si esta incluía una restricción de los viajes a Cuba. El mensaje era claro, para legisladores republicanos y sobre todo demócratas. Estos últimos sabían que no podían ceder en un punto que colocaría al Presidente en la difícil situación de emitir un veto. Y los primeros ya estaban enterados de cuán comprometido estaba ese aspecto.
Por lo demás, nada más fácil de echar a un lado. Cierta compensación para lavar la cara de nadie, como es el desestimar una medida de la representante Jo Ann Emerson que hubiera flexibilizado ampliamente un requerimiento de que Cuba pague en efectivo y por adelantado por sus importaciones desde EEUU, que es el tipo de medida que presentan los legisladores para beneficiar a sus estados. En este caso, Emerson lleva años en el empeño de liberalizar los mecanismos de compra del gobierno cubano a los granjeros estadounidenses. Llama la atención que esta republicana por Missouri se preocupe por el bienestar de sus contribuyentes, mientras los legisladores cubanoamericanos solo se mantienen empeñados en satisfacer emocionalmente a un grupo de votantes y a los intereses de un sector del exilio poderoso económicamente, pero caduco en ideas y fracasado en sus tácticas para derrotar el gobierno de los hermanos Castro.
1 comentario:
Alejandro, anda caminando sobre arenas movedizas! Me imagino que sus opiniones no son del agrado de muchos de "nuestros" dilectos "patriotas"!
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