Nunca
hay límites para la ultraderecha de esta nación, y menos para los exiliados
cubanos que la imitan y apoyan.
Según
Victor Morton, en The Washington Times:
“La campaña de Obama aparentemente no miró hacia atrás en la historia cuando
seleccionó su nuevo eslogan, Forward (adelante),
una palabra estrechamente asociada con el marxismo europeo”.
El
articulista añade que muchas de las publicaciones comunistas y radicales y entidades
a través de los siglos XIX y XX tenían
como nombre ¡Adelante!
“El
nombre Adelante tiene un significado especial en la terminología política
socialista. Con frecuencia se ha utilizado como un nombre de socialistas,
comunistas y otros periódicos y publicaciones izquierdistas”, añade.
Más
adelante agrega que han existido al menos dos publicaciones de la izquierda
radical bajo el nombre de “Vorwaerts” (adelante en alemán). Uno de ellos era el
diario del partido socialdemócrata de Alemania, cuyos autores incluían a
Friedrich Engels y León Trotsky. El otro fue una publicación quincenal de la
Liga Comunista, que apareció en 1844, y donde colaboraban Carlos Marx, Federico
Engels y Mikhail Bakunin. Para contribuir en algo a esa relación, puedo agregar
que igual nombre tiene el periódico del Partido Comunista de Portugal.
Escritos idiotas en los periódicos no es nada nuevo. Lo peor son
los lectores idiotas.
Sin embargo, la aparición de este artículo en la blogosfera
exiliada, que lo ha tomado como ejemplo de las torcidas intenciones del actual
presidente estadounidense, al tiempo que ha hecho lo posible por divulgar la
“denuncia”, dejan poca esperanza.
Así que de ahora en adelante tengo que andarme con cuidado. Con
la mala fama que tengo en este pueblo, si alguien toca a la puerta de mi apartamento
y lo invito a pasar debo limitarme a una seña; si coincido con una persona en
la entrada de un elevador y le cedo el paso, optar por una conveniente
retirada, y por nada del mundo mencionar un avanti
ni siquiera en broma. Las petulancias y chistes son también castigados. Hay que
cuidarse del comité de defensa republicana, los censores ultraconservadores y
los policías del idioma.
Por cierto, se dice que las últimas palabras, pronunciadas por
Mas Canosa antes de morir fueron: “Adelante, adelante, adelante”. Por años la
prensa de Miami las ha repetido. ¿Alguna duda ahora sobre la ideología del
líder del exilio?
Ante el argumento de que exagero no hago más que remitir a la
votación primaria del Partido Republicano del martes 8 de mayo en Indiana,
donde el senador Richard G. Lugar perdió frente a un aspirante de su propio
partido que cuenta con el apoyo del Tea Party. Lugar, un senador de seis
términos en el Congreso federal, siempre había ganado las elecciones con un
aprobación del 60 por ciento. Su derrota envía un claro mensaje a los políticos
moderados de ambos partidos: estas serán unas elecciones donde los extremos
amenazan con jugar un papel decisivo.
Para los republicanos, el peligro es enorme. En unas primarias
dominadas por el voto más conservador y ultraderechista, cómo va ahora el
virtual candidato, Mitt Ronmey poder conquistar ese sector electoral
independiente y situado al centro del panorama político nacional, que se considera
indispensable ganar para lograr la presidencia de este país. Porque hasta ahora
quienes hicieron la campaña por la candidatura republicana trataron de
complacer, con impudicia total, a un electorado blanco, de más de cincuenta
años y que vive en los suburbios, el cual por supuesto no representa ni
remotamente a la actual población norteamericana. De poco sirve el paseo
ocasional con un político carismático como el senador Marco Rubio, bueno para
las recaudaciones de fondos entre sus afines pero no para mucho más. Si esta es
la carta de Romney para ganarse el voto hispano, no ha hecho más que escoger el
as equivocado.
Al mismo tiempo, los demócratas tampoco la tienen fácil, y han
iniciado la campaña por la reelección de Obama con un tono pasado de moda: no
se puede seguir vendiendo la esperanza. Eso estuvo bien en el pasado, y en
buena medida sirvió para conquistar el triunfo. La administración actual no
puede, y no debe, representar esperanza alguna, sino ser la realidad. Hasta
ahora, el Presidente no ha demostrado el liderazgo suficiente en el terreno
económico y de política nacional (algo que, por otra parte, no le ha faltado en
la arena internacional, la lucha contra el narcotráfico y la inmigración
ilegal, aunque los republicanos hagan hasta lo imposible por no reconocerlo).
Si Obama quiere gobernar durante un segundo período, debe no
solo prometer, sino demostrar, que es capaz de enfrentar a fondo los graves
problemas económicos por los que atraviesa este país, y no limitarse a medidas
keynesianas que recuerdan a la aplicación de curitas para tratar un cáncer.
Debe también evitar la trampa de las “guerras culturales” y pasar a un segundo
plano el tema como los matrimonios gays.
Al final será la economía quien de nuevo decidirá el futuro de esta nación.
Solo hay que esperar que aquí no se repita el error de los españoles, que
cambiaron un gobierno mediocre por uno realmente malo.
Para el exilio ultra derechista de Miami,
esta contienda será realmente candente, en el afán de conservar el poder
político alcanzado. No hay duda que hará todo lo posible para lograr este
objetivo, aunque no diga “Adelante”, y se limite a, otra vez, dar un paso
atrás.
Soldados portugueses leyendo el órgano oficial del Partido Comunista de Porugal, Avante. Foto de Rui Ferreira.