lunes, 30 de julio de 2012

A tiros contra la tuberculosis


Las autoridades de Florida parecen al fin darse cuenta que hay tuberculosis en el estado.
El director de Salud Pública de Florida, John Armstrong, divulgó hoy los cambios que han realizado al sistema estatal de atención a la tuberculosis para reducir la tasa de la enfermedad en 50 por ciento durante los próximos ocho años.
Armstrong dio a conocer el plan en una conferencia telefónica después de que el pasado 2 de julio se cerrara el único hospital del estado especializado en esa enfermedad, lo que suscitó críticas luego de medios locales revelaran un brote de tuberculosis entre los indigentes de Jacksonville, al norte de Florida.
Las autoridades sanitarias de Florida afrontaron críticas por el cierre el pasado 2 de julio del centro médico especializado en esta enfermedad, en Lantana, en el condado de Palm Beach, al norte de Miami, y que fue aprobado por la Asamblea Legislativa.
Las críticas surgieron al publicarse un informe del 5 de abril de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) que indicaba que Florida habría registrado el mayor brote no contenido en los últimos 20 años, al detectarse la enfermedad en indigentes en el norte del estado.
El Departamento de Salud de Florida salió al paso asegurando que se habían puesto en marcha todas las medidas necesarias para contener este brote, incluyendo la activación de la Coalición de la Comunidad de Jacksonville contra la Tuberculosis.
Armstrong aseguró que el plan divulgado hoy no está relacionado con el reciente brote en Jacksonville.
Por otra parte, también el estado apeló hoy la decisión de una jueza de revocar una ley que limita a los médicos preguntar a sus pacientes si poseen armas de fuego, anunció el gobernador Rick Scott, que firmó ese marco legal en junio de 2011.
“El Departamento de Salud recurrió hoy la decisión de la corte federal de bloquear el cumplimiento de la Ley de Privacidad de los Propietarios de Armas”, informó el gobernador de Florida.
Un grupo de médicos y abogados presentaron una demanda contra la ley que prohíbe a los doctores registrar información relativa a la posesión de armas por parte de los pacientes y les limita el derecho a preguntarles si son propietarios de alguna, a menos que esa información sea relevante para la atención médica que prestan.
Los demandantes argumentaron que “restringir la capacidad de los médicos de practicar ese tipo de medicina preventiva resulta en un daño para los niños, adolescentes, adultos y ancianos”.
La jueza federal Marcia Cooke, de un tribunal de Miami, revocó la ley en junio pasado y falló a favor de los demandantes que afirmaron que el marco legal violaba su derecho a la libertad de expresión.
Cooke dijo que la ley era tan imprecisa que violaba los derechos de los médicos establecidos en la Primera Enmienda de la Constitución y agregó que las disposiciones sobre la privacidad “fallaron en suministrar a los médicos estándares a seguir”.
Sin embargo, al gobernador no parece preocuparle el gasto legal que implicará el proceso, todo ello para no molestar a organizaciones como la poderosa Asociación Nacional del Rifle, con sus cuatro millones de miembros y 30 millones de simpatizantes.
Esta organización no es simplemente una especie de “club de cazadores” que por años presidió el “vaquero” de Charlton Heston, sino una maquinaria de cabildeo que responde a los intereses y los millones que suministra esa industria del armamento personal, para que sus productos sigan vendiéndose sin límites, no importa a quien.
Scott y los legisladores ultraderechistas floridanos están empeñados en aprobar leyes que terminan siendo impugnadas en los tribunales.
No han sido los políticos ni abogados liberales quienes se han opuesto a la medida, sino instituciones tales como la Sociedad de Pediatría de Florida y la Academia de Médicos de Familia de Florida, así como otros grupos.
Sin embargo, la batalla conocida como “Docs vs. Glocks” está lejos de concluir. Quizá el gobernador piense que la mejor solución contra la tuberculosis es caerle a balazos.
Ilustración: montaje fotográfico.

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