
Según el blog Herejías y Caipirinhas, Teresa Frontado, hasta ahora a cargo de la página web de El Nuevo Herald, acaba de ser nombrada subdirectora de la publicación a cargo de las operaciones online y producción.
“Teresa has been responsible for digital innovation in the newsroom, customizing training in areas such as SEO, Social Media and Blogging to the specific needs of reporters and copy editor”, destaca el mensaje enviado por Manny García, director y gerente general de la publicación.
No comprendo bien la oración anterior. Frontado no ha hecho absolutamente nada por los blogs en El Nuevo Herald. Es más, si algo caracteriza a El Nuevo Herald es la ausencia de blogs hechos por sus reporteros y editores.
En la actualidad El Nuevo Herald tiene solo dos blog, uno hecho por Mucha de la Torre y otro por Isabel C. Morales. Ninguna de las dos forma parte del staff de El Nuevo Herald.
De la Torre es una señora que desde antes de que Frontado comenzara a trabajar en el periódico escribe un blog erótico y sin vinculación periodística con el diario. El de Morales es una página que lleva meses sin actualizarse.
A diferencia de The Miami Herald, que sí cuenta con una serie de blogs escritos por sus periodistas, el tema de los blogs es algo que El Nuevo Herald siempre ha preferido pasar por alto.
No es un problema actual, sino algo que el diario nunca ha enfrentado.
En una época el diario tuvo dos buenos blogs. Herejías y Caipirinhas y Cuaderno de Cuba. Ambos se desarrollaron sin el apoyo de la dirección del periódico entonces. Todo lo contrario. Crecieron bajo el reproche constante de Humberto Castelló, director de la publicación en aquella época, y la envidia generalizada porque con sus modestos medios los dos blogs ofrecían un panorama informativo que el periódico era incapaz de brindar con todos sus recursos.
Era la época del inicio de los blogs y ambos supieron aprovechar el momento. Yoani Sánchez ha declarado que Cuaderno de Cuba fue una de sus fuentes de inspiración para crear Generación Y.
Frontado no tuvo nada que ver, de una forma directa, con la ausencia de estos blogs, que siguen existiendo, de la plataforma digital de El Nuevo Herald. Pero sí y mucho con la desidia general que contribuyó a su pérdida, al menos en el caso de Cuaderno de Cuba.
Después de que estos y otros blogs dejaron de aparecer en El Nuevo Herald, no han surgido otros que los sustituyan. Cabe entonces la pregunta de si hay méritos en lograr que la versión online de una publicación supuestamente importante carezca de blogs.