En un análisis noticioso balanceado, el periodista Juan Tamayo afirmó que la muerte del opositor pacífico Oswaldo Payá había sido un accidente.
"Payá murió el 22 de julio en un polémico accidente", afirma el artículo, que parece servir de contrapartida a una oleada anterior de notas periodísticas que más bien reflejaban estados emocionales que un panorama informativo sobre lo ocurrido.
Si bien estas opiniones cargadas de emoción eran justificables en los familiares y colaboradores de Payá, el diario llegó hasta a publicar la opinión de Gorki Águila sobre el asunto. No voy a ser tan tonto de decir que Gorki Águila hace ruido y no música. Águila y su grupo, Porno para Ricardo, se han destacado por su carácter transgresor dentro de la isla. Pero esa transgresión es únicamente política, por lo demás, están bastante anticuados. El mérito de convertir el insulto en desahogo político se le puede reconocer, pero no sólo su calidad artística es cuestionable, por decir lo menos. Si difícil resultan de aceptar los valores musicales de la labor de Águila como compositor e intérprete, no cabe duda de que sus cualidades de analista político son nulas.
Por lo demás, el reportaje es también ridículo al tratar de destacar la labor opositora de Águila mediante la música, en lo cuales este es “acosado” por “una retahíla de vulgaridades en el estilo de las Brigadas de Respuesta Rápida, encargadas por el gobierno de acosar a los opositores”. Confieso que el párrafo promueve la carcajada. Porque si algo hace Águila es soltar vulgaridades. Eso suena a Granma a la inversa, y sin música de Gorki.
Así que el título Gorki Águila, muerte de Payá ‘burda manipulación del estado cubano’, de un reportaje sobre la visita del músico a Miami, es puro ridículo.
Ridículos también resultan estos tres párrafos del reportaje:
Aunque no se encontraba en Cuba cuando la muerte de Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero en un supuesto accidente de automóvil en Bayamo, en la región oriental de la isla, la califica como “un burdo asesinato y manipulación del Estado cubano”.
“Es un acto de desesperación y miedo hacia las actividades efectivas de Payá”, expresó el rockero de 43 años, cuya firma fue una de las recogidas por el fundador del Movimiento Cristiano Liberación para el Proyecto Varela, que pedía reformas políticas y democráticas en la isla.
“No sé cómo ellos piensan y no me interesa estar metido en sus cabezas a ese nivel”, dijo refiriéndose al gobierno, que en un comunicado emitido por el Ministerio del Interior atribuyó la causa del accidente al exceso de velocidad que llevaba el auto conducido por el político español Ángel Carromero Barrios. “Pero ellos [el gobierno] están agotando sus estrategias y al ver que el personaje en cuestión [Payá Sardiñas] no desiste, toman esas medidas grotescas”, añadió Gorki, expresando también sus dudas sobre la muerte de Laura Pollán.
El único interés que se desprende de lo anterior es complacer la galería anticastrista de Miami de la forma más inmediata y vulgar posible.
El análisis de Tamayo sobre la desaparición de Paya viene a compensar, en cierta medida, tanta tontería publicada con anterioridad de forma indiscriminada.