Con la renuncia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, la comunidad exiliada cubana en esa ciudad, en especial su núcleo más de derechas y activo en las actividades anticastristas, pierde un fuerte aliado regional.
Aguirre sorprendió el lunes a la escena política española con su dimisión por motivos personales, aunque admitió que el cáncer del que se sobrepuso el año pasado influyó en su decisión.
"He llegado a la conclusión de que este es el momento adecuado para dejarlo", dijo en una rueda de prensa convocada por sorpresa la política madrileña de 60 años tras toda una vida dedicada a la política.
Una de las actividades más recientes en la que participó Aguirre, en lo que respecta a la lucha contra el régimen castrista, fue su asistencia junto a disidentes cubanos a un funeral realizado en honor al opositor cubano Oswaldo Payá fallecido a consecuencia de un accidente de tráfico en la provincia oriental de Granma.
El funeral tuvo lugar en la iglesia de San Fermín de los Navarros, en la capital española, y al mismo acudió el hermano del fallecido, Carlos Payá, el presidente de la Fundación Hispano Cubana en Madrid, Guillermo Cortázar y el secretario general del Partido Popular Europeo, Antonio López Istúriz, entre otros. Aguirre expresó entonces sus condolencias a la familia de Payá y a todos los cubanos que "luchan por la democracia" y ha añadido que "como española y como amiga de Cuba" es una pérdida "muy lamentable".
Aunque ni la participación de la comunidad anticastrista en Madrid, ni la relación del gobierno regional con los exiliados, admite comparación con lo que ocurre en Miami. Aguirre siempre se ha destacado por sus expresiones y presencia en actividades contra el régimen de La Habana. En este sentido su convicciones y carácter la han convertido en más de una ocasión en blanco de ataques verbales y por escrito por parte del régimen de la isla.
El último eslabón de esta militancia anticastrista, hasta el momento, fue el viaje a Cuba de Ángel Carromero, un cachorro emergente del Partido Popular apadrinado por José María Aznar y Aguirre que viajó a Cuba y se ha visto acusado de ser el responsable del accidente de tránsito que causó la muerte de Payá y Harold Cepero.
Salvo alguna que otra mención ocasional, Aguirre ha guardado silencio sobre el caso Carromero.
La cuestión aquí, lo que no se habla en Miami, es que el viaje de Carromero no fue un hecho aislado. El accidente, y sí sería necesaria una investigación independiente para conocer mejor lo ocurrido ⎯algo imposible en estos momentos⎯ ha sido enfocado fundamentalmente desde el ángulo de la muerte de Payá, pero tiene otro aspecto que merece una mejor atención: la existencia de un plan en que miembros jóvenes del PP han estado visitando a la Isla para establecer contactos con la oposición pacífica.
Poner fin a estas visitas es el principal objetivo del Gobierno de La Habana. Al igual que lograron descarriar la estrategia diseñada durante la época del ex presidente George W. Bush de cambio de régimen con la prisión de Alan Gross, la prisión de Carromero cumple igual objetivo para España.
No solo su filiación política, sino los tutores y padrinos de Carromero en Madrid apuntan en esa dirección. Además de Aznar y Aguirre, el principal tutor del joven español es Pablo Casado, a su vez pupilo DE Aznar y ahora asesor en la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, del ex mandatario español. Casado también realizó su viaje a Cuba y ha escrito al respecto.
Si a esto se añade que Carromero llevaba 4,000 euros para ser entregados a Payá, y que en la actualidad Casado es un diputado, las condiciones están más que creadas para convertir el juicio contra Carromero en escándalo político. A lo cual se agrega el antecedente del viaje frustrado de Jorge Moragas a La Habana, en 2004 cuando las autoridades no le dejaron entrar en Cuba junto a dos parlamentarios holandeses. En aquel momento Moragas era simplemente responsable de Relaciones Internacionales del PP, pero hoy es el director de Gabinete de Rajoy. En la agenda entonces de Moragas, también estaba incluido un encuentro con Payá.
El limitar el juicio a Carromero al delito de tráfico parece haber sido el objetivo fundamental de los esfuerzos del gobierno español. Parece que lo está logrado, según las últimas declaraciones del secretario de Estado para la Unión Europea, Iñigo Méndez de Vigo, y del canciller español, José Manuel García Margallo. En tal sentido apunta también el anuncio de la celebración del juicio público el 5 de octubre en la provincia Granma. Por cierto, anuncio divulgado el lunes, el mismo día de la renuncia de Aguirre.
El 1 de enero de 2009, en su mensaje de Fin de Año como presidenta de la Comunidad de Madrid, Aguirre tuvo un recuerdo especial para los ciudadanos de Cuba, "que viven sin libertad bajo la dictadura castristas desde hace 50 años".
La respuesta de La Habana no se hizo esperar, el 16 de enero de 2009 El diario oficial Granma escaló un nuevo peldaño en los ataques contra ella y la catalogó de "principal cabecilla en la capital española de la mafia y los terroristas cubanoamericanos asentados en la ciudad estadounidense de Miami". Ya para entonces Aguirre ha mostrado su apoyo a una manifestación contra el régimen castrista el 1 de febrero en Madrid.
El gobierno socialista se vio entonces obligado a responder a los insultos provenientes del Gobierno de la Isla, y el director para Iberoamérica, Juan Carlos Sánchez, transmitió al embajador cubano que España considera "inapropiado" el comunicado de la embajada y pide "respeto institucional" para la presidenta regional.
Aguirre no se limitó a declarar su apoyo, sino participó en la manifestación del 1 de febrero..
De tendencia neoliberal, lenguaje descarnado por momento y tendencia al populismo, Aguirre no solo ha sido una opositora al régimen de La Habana, sino que comparte los puntos de vista del exilio de ultraderecha de Miami, algo que por otra parte no es más que una congruencia ideológica: se ha declarado partidaria del movimiento Tea Party.
En una visita a esta ciudad, en abril de 2006 se reunió con varios anticastristas en el Instituto para los Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami. Allí pronunció lo que se considera el discurso más duro realizado durante su visita. Tachó de "insoportable escándalo" que la isla caribeña fuera dirigida por un dictador, lo que supone un "trágico anacronismo". "Como madrileña, española y amante de Cuba, desde mi inequívoco compromiso con la libertad siempre podrán contar con mi adhesión y apoyo a una Cuba libre y democrática", concluyó Aguirre ante una veintena de cubanos que le ovacionaron.
"El Miami europeo": leer
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