miércoles, 2 de enero de 2013

Los “preparacionistas” de hoy y el cine de ayer



El pasado viernes 21 de diciembre de 2012, la fecha en que supuestamente se iba a terminar el mundo según una “profecía” maya, la cadena de televisión TCM dedicó la mayor pare de su programación diaria a películas sobre el tema de lo que ocurría a los pocos sobrevivientes (uno, tres, cinco, de acuerdo a los diferentes filmes) tras una hecatombe mundial.
Este fue una especie de subgénero cinematográfico que floreció entre la década de 1959 y la primera mitad de los años 60, y por lo general se limitó a películas clase B, hechas con un bajo presupuesto, aunque en algunos casos con actores conocidos. Vincent Price, Harry Belafonte, Mel Ferrer, Ray Milland y un adolescente Frankie Avalon, entre otros, actuaron en ellas. Serían las cintas cuyo tema es el preludio de la hecatombe nuclear, o en las que ésta se impide, las que contarían con importantes realizadores: Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb (1964), de Stanley Kubrick, y Fail-Safe (1964), de Sidney Lumet.
On the Beach (1959), de Stanley Kramer, y con Gregory Peck, Ava Gardner, Fred Astaire y Anthony Perkins es quizá la cinta, de este tipo y en los años 50, con un reparto más notable. La película no fue presentada el viernes 21.
Más allá de un argumento alarmista, y el intento de ofrecer ilusión y esperanza en una atmósfera pesimistas, las películas de un día o semanas después de la destrucción nuclear no tienen mucho que brindar. Una de ellas,  The World, the Flesh, and the Devil (1959), con Belafonte, tiene la curiosidad de enfocar fundamentalmente el tema del racismo, aunque solo logra resultados mediocres, tanto desde el punto de vista dramático como de desarrollo de la trama.
Aunque no se refiere a un ataque nuclear, sino a una epidemia mortal provocada por un virus desconocido, The Last Man on Earth (1964) cuenta con un guión inteligente y una buena actuación de Vincent Price, pero los méritos en buena medida se los debe a la obra literaria en que se sustenta. Basada en la novela I Am Legend, de Richard Matheson, quien también es el autor de The Shrinking Man, adaptada al cine como The Incredible Shrinking Man (1957), la película tuvo un remake en 2007, y en esta ocasión con el título original de la novela, la actuación de Will Smith, un amplio presupuesto, pobres resultados cinematográficos y sustanciales ganancias. Por otra parte, el tema que desarrolla la novela original y se traslada a las dos películas ⎯una plaga que ataca a toda una nación, un protagonista inmune y enfermos que de víctimas se convierten en victimarios, que actúan irracionalmente y se empeñan en destruir cualquier vestigio de excepcionalidad repercutirá años más tarde en el Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago.
Pero la película que mejor representa el pensamiento y la acción de los “preparacionistas”, dentro de las exhibidas en TCM el 21 diciembre, es Panic in Year Zero (1962), dirigida y actuada por Ray Milland. Desde el punto de vista ideológico, lo que caracteriza al filme no es la atmósfera decadente, la desesperación y pérdida de valores que se impondrían sobre el planeta tras un ataque nuclear masivo, sino la apuesta en que, para seguir con vida, los sobrevivientes deben adoptar una filosofía de individualismo y violencia. De ser filmada ahora, Panic in Year Zero contaría con el beneplácito  de la Asociación Nacional del Rifle, la ex aspirante a la candidatura presidencial republicana y congresista Michele Bachmann y el movimiento Tea Party.

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