¿Será abucheada Yoani Sánchez en Miami, al igual que ocurrió en Brasil pero por causas opuestas? De momento no creo que ocurra, pero una respuesta suya en el Parlamento brasileño desató comentarios encendidos en Miami y entre un sector de la oposición en Cuba
Sánchez habló en el Parlamento brasileño por invitación de un grupo de diputados que organizó una sesión en rechazo a una serie de manifestaciones y protestas que impidieron una de sus primeras actividades en el país sudamericano, según informa El Nuevo Herald.
En respuesta a una pregunta, Sánchez señaló:
“La cantidad de dinero que está gastando el gobierno de mi país en esa campaña de viajes por el mundo, espacios en la prensa internacional para la campaña de los cinco miembros del Ministerio del Interior, la cantidad de horas en las escuelas que se gastan en hablar de esas cinco personas, en aras de que eso termine, deberían liberarlos”, explicó Sánchez en respuesta a la pregunta de un diputado brasileño.
“Estoy preocupada por las arcas de mi país y preferiría que los liberaran y a ver si así ahorramos más porque hay más temas sobre el tapete”, agregó.
En Miami no se hicieron esperar las declaraciones de rechazo al comentario. Luego, Yoani Sánchez emitió un comentario en Facebook, y que aparece también en el artículo de El Nuevo Herald que dio origen al debate, que dice lo siguiente:
“En ningún momento pedí en Brasil la liberación de esos ‘cinco miembros de Ministerio del Interior’. Utilicé la ironía para decir que si los liberaban ahora mismo el país se ahorraría todos los millones que se gasta en su campaña que ya dura quince años. De ahí a ‘pedir la liberación’ va un trecho enorme. Si la ironía no funcionó bien, si el nerviosismo o las palabras usadas no dejaron claro el mensaje, ruego me disculpen. Mi posición sigue siendo que no son inocentes.
Abrazos desde Sao Paulo, Yoani Sánchez”.
Hasta aquí, no hay nada nuevo dentro de lo que caracteriza a cualquier declaración y repuesta en una sociedad democrática. Una figura pública emite una opinión, causa un revuelo y posteriormente aclara lo dicho primero. Esa aclaración, por supuesto, en muchos casos es también una rectificación, total o parcial.
Se puede argumentar que la falta de experiencia en la forma de conducirse en un mundo donde la confrontación por lo general no viene en la forma de amenaza policial sino de simple respuesta puede haber llevado a Sánchez a una expresión poco feliz. El argumento de los gastos del gobierno cubano en la campaña a favor de los espías es realmente desafortunado. Sin embargo, a figuras de gran experiencia en este terreno, como el actual presidente estadounidense, no se han visto libre de cometer en algún momento errores semejantes. Es de esperar, además, que lo ocurrido no haga que la bloguera se sienta en cierto sentido cohibida a partir de ahora. Ingenuidad y sinceridad son dos de sus mejores armas.
Lo que debe preocupar es que una respuesta se convierta en argumento o pretexto para una campaña en contra de Yoani Sánchez, cuando visite Miami. Omitir opiniones contrarias a lo expresado por ella, ahora o en el futuro, es completamente válido, pero tomar una frase o un comentario de momento para orquestar un ataque, simplemente porque la periodista independiente mantiene criterios que no son compartidos por un sector del exilio, como es el mantenimiento del embargo estadounidense, es otra cosa.
Por otra parte, hay algo que vale la pena resaltar en la ironía usada al referirse al caso de los cinco espías, con independencia de que el argumento económico no resultara el mejor. Lo que podría llamarse con retórica castrista como “la causa a favor de la liberación de los cinco héroes, bla, bla, bla…” es la última batalla de Fidel Castro. A estas alturas, se ha convertido en una especie de fanfarria antediluviana, de cuando el entonces Comandante en Jefe mandaba a sus placatanes a sembrar la furia por todo el mundo. Hoy persisten los vocingleros que reclaman la liberación de “Los Cinco”, pero en un ejercicio más de pompa que de circunstancia. Para la mayoría de los izquierdistas de todo el mundo, manifestarse a favor de la liberación de “Los Cinco” no es más que una fórmula fácil y una actividad ligera a favor de un antiimperialismo de brindis y viajes. Lo mejor entonces es no tomarse muy en serio cualquier pregunta al respecto.