La noticia capta la atención en un primer
momento. Tiene algo de singular. Incluso el lector comienza a especular. Pero
luego sigue leyendo y se da cuenta que la locura, la burla del gobierno de los hermanos Castro, en Cuba no tiene
limites, y que tampoco hay nadie dispuesto detenerla.
Raúl Castro, hizo un llamado a su ejecutivo
para no dejarse vencer por el “pesimismo” y enfrentar las adversidades con “resistencia”,
en una reunión del consejo de ministros que analizó temas de la economía
cubana.
Ya el hecho de que el gobernante de Cuba
tenga que hacer una advertencia contra el pesimismo en el consejo de ministros
resulta insólito.
En la época de Fidel Castro un llamado de
este tipo podría oírse en la Plaza de la Revolución, durante un discurso o una
arenga pública. Esa especie de llamada al orden quedaba para hacérsela al
pueblo, no a los colaboradores más cercanos.
Eso de admitir, al menos la posibilidad,
de que sus ministros no tuvieran el espíritu en alto —la “moral combatiente”, llena de ilusiones en
el futuro— no entraba en la agenda de Fidel Castro. Antes los destituía, se los
quitaba de en medio, no volvía a oír de ellos, y mucho menos verlos.
Raúl Castro invierte los términos.
Advierte primero a los que tiene más cerca, para no tomarse el trabajo de tener
que decírselo a toda la población. Ya los otros (los advertidos) lo harán por él.
Ahora viene lo que hasta ayer resultaba
aun más inaudito: el periódico Granma
lo publica.
“No
nos contaminemos de pesimismo. Si trabajamos bien, todo tiene solución”, afirmó
Castro en la sesión de ministros celebrada el pasado viernes en La Habana,
informa Granma.
No hay que ser experto para conocer la
razón que origina esta información: el fantasma de Hugo Chávez recorre la isla.
Esta es la parte rara y fea de la
noticia. Ahora viene lo insólito:
Granma
indicó que el mismo día de esa junta, el
gobernante Castro invitó a sus ministros y a los miembros del Consejo de Estado
y de la cúpula del Partido Comunista de Cuba a presenciar una obra teatral
infantil por cuyo contenido consideró parte de su “preparación política y
cultural”.
Según el diario, Castro advirtió que la
obra Y sin embargo se mueve, de la
compañía La Colmenita, convida a “buscar siempre la verdad, a creer en los
sueños, a no claudicar aunque otros insten a ello, a defender con valentía
nuestros puntos de vista a pesar de no coincidir con la [sic] de otros”.
Uno se pregunta si el cinismo de Raúl
Castro ha llegado a un grado tal que se burla de su equipo de Gobierno, y los
considera simples marionetas; si es que los pocos años en el gobierno diario de
la isla lo han convertido en una réplica de menor tamaño de su hermano; si
simplemente ha decidido tirar a relajo lo que, según él, es su último período
de mandato.
Así que a cantar y disfrutar con La
Colmenita:
Alánimo, alánimo, la fuente (de petróleo)
se rompió.