domingo, 14 de abril de 2013

Una donación importante e ignorada en Miami



Parece que esta noticia no tiene importancia para las pocas páginas supuestamente dedicadas a la cultura, y específicamente al arte, en la prensa de Miami. Nadie le ha dedicado un artículo, ni siquiera unas palabras en la cuenta de Twitter. Aquí todo se pierde entre la ignorancia y la estulticia.
La noticia, sin embargo, existe y es grande y es importante: una de las donaciones más significativas que ha recibido el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York (MET) en su historia. Leonard Lauder le ha dado a la  institución su colección de arte cubista que se compone de 78 cuadros, dibujos y esculturas. Entre las obras se encuentran 33 Picassos, 17 Braques, 14 Légers y 14 trabajos de Juan Gris, todas ellas valoradas en unos 1,000 millones de dólares.
Con esta donación, el MET se convierte en sitio de referencia a la hora de conocer y estudiar un movimiento artístico que, por otra parte, no contaba con una representación adecuada en sus salas. De ahora en adelante, no bastará con la visita obligada al Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), cuando se quiera conocer y apreciar el cubismo, ni tampoco al Centro Pompidou en París. También hay que ir al MET.
Fuentes del museo han anunciado que se proyecta abrir un centro de investigaciones sobre el cubismo, también gracias a una donación de unos 22 millones de dólares, que también será apoyada por Lauder.
Cuando se conocen noticias así uno recuerda al ensayista y crítico de arte Carlos M. Luis, que falleció recientemente, y al que no se le escapaban estas informaciones. Otro motivo para, quienes les interesa el tema en Miami, lamenten su muerte.
Personajes jamesianos
Los Lauder son caracterizados en un artículo del diario español El País como “los Kennedy de la industria cosmética”. En una referencia mas literaria, son los millonarios que uno encuentra en las novelas de Henry James, a los que se puede envidiar y raramente se odian, sobre todo si a uno le interesa la cultura. Los museos y la historia de Nueva York están llenos de sus nombres y por lo general son judíos. Esa mezcla entre dedicación, habilidad comercial y de empresa, que permiten una acumulación de capital que, en especial a partir de una segunda generación,  permiten un refinamiento y un conocimiento cultural privilegiado (en esto, también, los ricos se pueden dar el lujo de ser diferentes), inmunes a la sátira de Woody Allen, otro judío neoyorquino.
Mientras Leonard Lauder acaba de hacer esta donación al MET, su hermano menor, Ronald, quizá más ambicioso en lo político y lo social, hizo algo distinto: fundó un museo.
Ronald Lauder compró su primer cuadro de Egon Schiele a los 13 años, con el dinero de su bar mitzvah. En 2006 pagó 135 millones de dólares por una pintura de Gustav Klimt, Retrato de Adele Bloch-Bauer, que desbancó al Muchacho con flauta de Picasso como la pieza más cara hasta el momento. La obra se encuentra en una institución fundada por el millonario en 2001, la Neue Gallery, un museo dedicado al arte alemán y austriaco de principios del siglo XX, y al que vale la pena visitar no solo para ver las piezas de arte, no muy abundantes pero muy bien escogidas —en resumidas cuentas, ver el Klimt bien vale el viaje— sino para disfrutar de una auténtica comida vienesa tanto en su restaurante de la planta baja como en la cafetería del sótano, y en especial de la famosa pastelería del país (vaya con tiempo, casi siempre hay que esperar en fila durante 45 minutos u hora y media).
Josephine Esther Metzer, conocida en todos el mundo como Estée Lauder, era hija de emigrantes de Europa del Este, se crió en Queens y comenzó vendiendo cremas caseras hechas por su tío en los años cuarenta del pasado siglo. Creó un imperio en la industria de los cosméticos. Sus hijos se han destacado fundamentalmente como mecenas y coleccionistas de arte.
Con su donación al MET, que la revista  Forbes ,supone cosnstituye el 13,5% de su fortuna, Leonard Lauder no ha hecho más que seguir una tradición iniciada por su madre, claro que con mayor refinamiento: Estée Lauder se caracterizó por ser la primera en ofrecer muestras gratuitas de sus productos.

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