jueves, 2 de mayo de 2013

Prensa Latina y el Parlamento venezolano: tergiversación y mentira




Nada hubo ayer miércoles, en los diarios oficialistas Granma y Juventud Rebelde, sobre la agresión a parlamentarios opositores en Venezuela. Sin embargo, sí existe una nota de Prensa Latina, que es un modelo de tergiversación y engaño. Con el título Gobierno venezolano rechaza actos de violencia en el Parlamento, dice la nota de Prensa Latina (texto en cursivas):                         
Caracas, 2 may (PL) El Gobierno venezolano expresó hoy pesar por actos violentos ocurridos el martes en la Asamblea Nacional, tras difundir imágenes donde se observa la actitud hostil de parlamentarios de la bancada opositora, que conllevó a la suspensión de la sesión ordinaria.
Al hablar de “actos violentos” y mencionar la “actitud hostil de parlamentarios de la bancada opositora”, el cable de Prensa Latina quiere dar a entender que se produjo una trifulca, “que conllevó a suspender la sesión ordinaria”. No se habla de agresión a los legisladores opositores, de golpes incluso a legisladoras, de violencia y de sangre por parte de los chavistas. La intención queda clara desde este primer párrafo: presentar a quienes critican a Maduro como unos revoltosos.
En una cadena nacional de radio y televisión, convocada por el presidente de la República, Nicolás Maduro, se mostró a legisladores opositores blandiendo carteles, soplando silbatos y vuvuzelas (artefactos sonoros escandalosos) con el fin de sabotear la sesión plenaria.
Aquí se omite que existen videos que muestran a los chavistas dando golpes y patadas, así como el origen de la disputa, que el presidente de la Asamblea, Diosdado Maduro, le niega el uso de la palabra a la bancada opositora: un acto de arrogancia y despotismo.
En ese sentido, se pudo apreciar que esos diputados, los cuales desconocen la legitimidad del Gobierno a raíz de la postura de la oposición de no reconocer su derrota en los comicios presidenciales del 14 de abril, llamaron a disolver la Asamblea mediante el despliegue de una pancarta en la que se leía “Golpe al parlamento”.
Más allá de la redacción cayuca, el párrafo tergiversa los hechos: lo que los opositores hacen es denunciar el “golpe al parlamento” dado por Cabello y los chavistas, que son los que realmente han disuelto a la asamblea al no permitir el derecho de hablar a los opositores.
Las imágenes muestran incluso a un parlamentario opositor utilizando un casco de motorizado como gesto de provocación y a otro lanzando pesadas sillas contra legisladores socialistas.
De nuevo la intención es presentar a los opositores como agresores, cuando realmente ocurrió todo lo contrario y hay videos que lo demuestran. Lo que el chavismo no ha podido producir es la imagen de un legislador oficialista ensangrentado o magullado, mientras que sí hay de los opositores Julio Borges y María Corina Machado.
Más adelante, el video exhibe el modo en que opositores subieron al estrado principal del hemiciclo con la meta de agredir al presidente del Parlamento, Diosdado Cabello.
Esto simplemente no es cierto. Aquí se pasa de la tergiversación a la mentira.
Frente a esta situación, el Gobierno de Venezuela ratificó “su pesar por estos hechos en el seno del Legislativo y hace votos por que este poder público autónomo pueda en aplicación del Reglamento de interior y de debate superar estas circunstancias”.
Los venezolanos amamos la paz y repudiamos la apelación a la violencia, agregó el Ejecutivo durante la Cadena Nacional.
Este párrafo se limita a dar la versión del Gobierno. Esto es algo común en cualquier información periodística y es correcto recoger estar versión, aunque nos parezca hipócrita. Sin embargo, lo lamentable aquí es que solo se ofrezca la visión oficial, sin una palabra para expresar lo que tienen que decir los opositores, y no precisamente porque falten testimonios de ello.
Pese al llamado al diálogo realizado este miércoles por la bancada socialista, los diputados opositores se ausentaron del encuentro, convocado con vistas a garantizar el normal funcionamiento del órgano legislativo.
Aquí de nuevo se trata —de forma bastante burda, por cierto— de presentar a los opositores como violentos y agresores, que no quieren el diálogo.
¿Qué sentido tiene esta información de Prensa Latina, salvo justificar un sueldo, un temor y una institución que por décadas ha carecido de valor entre los medios informativos? Bueno, podría tener uno muy bueno: divulgar este cable en Caracas y en todo el país, para que los venezolanos sepan lo que les espera con una prensa controlada por un gobierno como el que los hermanos Castro han impuesto a Cuba, un régimen que Maduro imita cada día más.


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