Me parece excelente la decisión de Dayron
Robles, de renunciar a la selección cubana y competir a título personal o a
nombre de un club elegido por él.
Robles se quejó en varias ocasiones de
las malas condiciones de entrenamiento que tenía en la isla y de la poca
atención que le brindaban las autoridades deportivas, así que lo mejor que hizo
fue mandar al carajo al país —a la patria para los nacionalistas— que en última
instancia se traduce en quitarte a arriba al imbécil de turno, sea gobernante,
ministro o funcionario, que se empeña en gobernar tu vida.
Por supuesto que en el capitalismo también
existen imbéciles de turno (muchos), pero ya por lo menos ha demostrado una
independencia que hace unos años ni se podía soñar en Cuba.
1 comentario:
Creo que te equivocas al plantear que este señor ha demostrado una independencia que hace años ni se podía soñar en Cuba. ¿Entonces los miles de deportistas que han seguido el mismo rumbo, después de hacerse grandes deportistas bajo las malas condiciones de entrenamiento existentes en Cuba no han demostrado la misma independencia desde tiempos inmemoriales?
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