Los sistemas de control ciudadano de Cuba
se extienden por Latinoamérica. Un artículo de Adriana Rivera en El
Nacional de Caracas afirma que las empresas estatales de Cuba no sólo
participan en la elaboración de la nueva cédula venezolana, sino que también
han sido contratadas en Argentina y Bolivia para diseñar sistemas electrónicos
de identificación.
Los críticos temen que sea la plataforma
perfecta para la expansión de los servicios de inteligencia de la isla y hasta
el fundador de Wikileaks ha formulado sus objeciones, señala Rivera.
La conclusión es que funcionarios cubanos
manejan datos de identidad de millones de ciudadanos de la región.
Un contrato con Venezuela fue el
trampolín que utilizó Cuba para comenzar a vender servicios de identificación a
gobiernos latinoamericanos afines con el proyecto político del fallecido
presidente Hugo Chávez. El acuerdo comercial de $172 millones,
suscrito en 2007 para la provisión de la cédula electrónica venezolana, le
abrió las puertas a empresas estatales de la isla para participar como
intermediarios y proveedores en el mercado de documentos de identidad con
chips, el cual está dominado por un selecto grupo de países en cuya cima se
encuentran Alemania, Países Bajos, Francia, Finlandia, China y Estados Unidos,
de acuerdo a la información de El
Nacional.
Por medio de decretos presidenciales,
Argentina y Bolivia también pusieron en manos de Cuba el diseño y manejo de
nuevos sistemas de identificación electrónica. Funcionarios de la isla ahora
están involucrados con servicios gubernamentales que contienen datos sensibles
de más de 80 millones de ciudadanos en Latinoamérica.
Las compañías cubanas dedicadas a la
exportación de productos informáticos dependen algunas del Ministerio de Informática
y Comunicaciones, que primero estuvo a cargo bajo de Ramiro Valdés —el
organizador de las fuerzas represivas cubanas y por muchos años al frente del
Ministerio del Interior de la isla— y ahora de Medardo Díaz. Otras compañías
están adscritas directamente al Ministerio de Interior, encabezado por el
general Abelardo Colomé Ibarra. La conclusión es que, en ambos casos, las
agencias de inteligencia cubana, espionaje y contraespionaje, controlan los
datos de los ciudadanos latinoamericanos, que obtienen gracias a la complicidad
de algunos gobiernos del área. Por supuesto que la información en manos del
régimen de La Habana va mucho más allá de la necesaria para la preservación del
orden y la seguridad ciudadana. Además, ¿en dónde queda la tan cacareada soberanía
de esos países, que ponen a disposición de extranjeros los datos de sus
ciudadanos?
“Estas compañías forman parte de una
estrategia cubana para extender sus redes de inteligencia en la región. Son en
realidad una fachada del G2 que les permite tener control de los sistemas de
emisión de documentos de identidad con lo cual pueden otorgárselos a cualquiera”,
señala Anthony Daquin, exasesor del Ministerio del Interior de Venezuela y
quien tuvo participación en los procesos de selección de los proveedores para
la cédula y pasaporte electrónicos, de acuerdo a la información de El
Nacional.
Tanto Argentina como Bolivia han seguido
la ruta establecida por Chávez, de confiar a La Habana los medios para el
control a la ciudadanía
Cristina Fernández de Kirchner,
presidenta de Argentina, celebró la cooperación cubana en el desarrollo del
Sistema Federal de Identificación Biométrica para la Seguridad (Sibios), un
proyecto que pretende recabar los datos filiatorios, rasgos físicos distintivos
y huellas digitales de los 40 millones de argentinos. “Queremos agradecer
especialmente a la República de Cuba la colaboración para desarrollar este
sistema, este software de muy bajo costo, que va a permitir, en tiempo real,
conocer y saber quién es la persona que está ante un personal de seguridad o en
cualquier otro lado”, dijo en un acto en la Casa Rosada, el 7 de noviembre de
2011.
Fernández creó Sibios por medio del
decreto 1766/2011 como apoyo para la investigación de delitos y en funciones
preventivas de seguridad. Los datos biométricos de la población serán
incorporados en un chip en el pasaporte y podrán ser utilizados y cruzados por
la Policía Federal, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval, la Policía de
Seguridad Aeroportuaria, el Registro Nacional de las Personas y la Dirección
Nacional de Migraciones.
Ha habido detractores destacados del
sistema. “Argentina tiene el régimen de vigilancia más agresivo de todos los
Estados latinoamericanos de tamaño mediano”, alertó Julian Assange, fundador de
Wikileaks, al portal de noticias argentino Infobae a principios de julio.
El nuevo sistema, por haber sido aprobado
vía decreto, no fue discutido por el Congreso de ese país. Voceros
gubernamentales han justificado la colaboración de la isla. “En la región
latinoamericana, Cuba es el único país que aplica la identificación biométrica
de los ciudadanos”, dijeron fuentes del Ministerio de Interior al diario
oficialista Página 12, que reseñó la
alocución de la presidenta. Pero la modernización de los documentos de
identidad en la isla es aún un proyecto —muy parecido al venezolano— y se
espera que comience el segundo semestre de este año. Por ahora, en ese país se
usan carnets de identidad de cartón, con los nombres escritos a mano, agrega la
información de El
Nacional.
Por otra parte, también en Bolivia ha
resultado significativa la presencia de La Habana en la recolección de
información ciudadana. Los técnicos cubanos aparecieron en ese país en 2009,
año en el que ese país estrenó un censo electoral con datos biométricos, que
incluía las huellas y señas físicas de los ciudadanos. El 8 de abril de ese
año, el presidente Evo Morales emitió el Decreto Supremo 068, que autorizó la
contratación directa —por un monto de 1.47 millones de dólares— de las empresas
cubanas Datys y Acited-Impresos de Seguridad para proveer los equipos y
programas informáticos que expiden los pasaportes de lectura mecánica y para
suministrar al Estado 350,000 libretas para el documento corriente, el oficial
y el diplomático, siempre de acuerdo a la información aparecida en El
Nacional.
Más adelante, en 2010 y 2011, otros
decretos de Morales pusieron en manos de Datys la instalación de equipos para
la captura de registros biométricos y la base de datos en 9 sedes
departamentales y en 16 oficinas consulares bolivianas en países como España,
Argentina, Chile, Brasil, Estados Unidos, Italia, Francia, Inglaterra y Japón.
“Los técnicos me explican que a partir de ahora las personas que entren al país
estarán registrados y serán controlados todos sus movimientos en Bolivia”,
explicó complacido Morales cuando presentó el sistema cubano en el Palacio de
Gobierno, el 23 de octubre del año pasado.