El gobierno cubano reclama el derecho que
tienen sus ciudadanos a prostituirse. La cínica respuesta contrasta con lo que,
durante décadas, la propaganda de ese mismo régimen repitió hasta el cansancio,
y cuyos ecos aún se escuchan ocasionalmente por los simpatizantes de los
hermanos Castro que aún quedan en el mismo.
Cuba debería asumir que en el país existe
la explotación sexual y la prostitución y que éstas tienen causas económicas,
por lo que tendría que tratar de erradicar las causas que derivan en la
explotación femenina, según urgió hoy lunes el Comité por la Eliminación de la
Violencia contra las Mujeres de la ONU.
El Comité tiene por objetivo velar por
que los Estados miembros de la Convención sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Violencia contra las Mujeres —de
la que Cuba es parte— acaben con la discriminación política, económica, social,
cultural y civil contra las féminas.
“El Comité está profundamente preocupado
porque el Estado Parte no reconoce la existencia de la explotación de la
prostitución”, rezan las conclusiones sobre el país caribeño hechas públicas
hoy.
“Además, el Comité está también
preocupado por la falta de esfuerzos para evitar la explotación de la
prostitución y acabar con sus causas estructurales, así como la falta de
protección y servicios disponibles para las víctimas de esa explotación”.
Es por ello, que el Comité urge al Estado
cubano a que haga todo lo necesario para acabar con las causas estructurales de
la prostitución y el tráfico, que velen por que las mujeres y las niñas no sea
estigmatizadas, y se aseguren que éstas accedan a programas de rehabilitación y
asistencia básica como refugios.
Esta advertencia del Comité aparece tras
la respuesta aportada por el Gobierno isleño durante el análisis de su caso, en
el que aseguró que “el fenómeno de la prostitución no tiene causas
estructurales en Cuba, ya que fueron eliminadas tras el triunfo de la
Revolución”.
Las autoridades cubanas contestaron al
Comité que la prostitución en Cuba “constituye una elección personal de las
mujeres y hombres que buscan en el ejercicio de la prostitución una vía para
acceder a determinados bienes de consumo que propicien un nivel de vida
superior al del resto de la población trabajadora, y en algunos casos emigrar
al exterior”.
Cuba no promueve oficialmente la
prostitución, tampoco niega la existencia de prostitutas en la isla. Sin
embargo, su enfoque al respecto es hipócrita y mal intencionado. Con la llegada
al poder, Fidel Castro convirtió en bandera que su revolución significaba el fin
de lo que llamó el ``burdel del Caribe''. Pero en un giro sin absolución
histórica, el país se ha transformado en un centro de corrupción y vicio
desconocido con anterioridad, donde la explotación sexual infantil es su
aspecto más aterrador.
El diario británico Sunday Mirror publicó en 2002 un reportaje en que el jordano Aktham
Zuhair Salem Madanat dijo a los periodistas tener una casa en Cuba, mostró un
pasaporte con nueve visas cubanas estampadas en su pasaporte y añadió haber
viajado13 veces a la isla.. Madanat alardeó que podía traer mujeres y niñas de
Cuba. Siete en total. Cuatro con edades entre 16, 21 y 22; otra entre 26 y 27,
y dos mucho más jóvenes: una de apenas 11 años. Campesinas desesperadas por
abandonar la isla a causa de la pobreza.
“Le doy $200 a los padres y son suyas”,
fueron las palabras de Madanat, según la cita del Sunday Mirror. Los familiares tenían la esperanza de que las
jóvenes se casaran, encontraran algún hombre rico o al menos pudieran mandarle
algunos dólares.


Rumores más o menos, hasta ahora los
casos de abuso sexual infantil en Cuba se referían fundamentalmente a
visitantes europeos. La imagen del turismo canadiense era por lo general de un
matrimonio de retirados, al estilo de los que venían a Miami Beach décadas
atrás, antes de que la zona se volviera incosteable para ellos, que viajaba a
Cuba para disfrutar del sol y la playa a bajo precio. El informe de la RPMC cambia por completo esa imagen.
En semanas recientes se ha reportado una
presencia policial mayor y más severa contra las prostitutas en Cuba. De
acuerdo a habitantes de La Habana, los agentes han confinado a las prostitutas
a callejones y las calles aledañas a los lugares turísticos que suelen
frecuentar.
Según las informaciones, la policía
arrestó a algunas de las mujeres, obligó a otras a tomar el tren de regreso a
sus provincias y advirtió a otras más que se mantuvieran alejadas de las áreas
más visibles, lo mismo que han hecho durante sus muchas ofensivas anteriores
contra el tráfico sexual de La Habana.
Apelar al argumento de que la
prostitución en Cuba es “voluntaria” no solo resulta cínico, sino ajeno a la
ideología que el sistema imperante aún dice sustentar.
Durante décadas, el gobierno cubano
afirmó que la prostitución era uno de los “males del pasado” erradicado tras el
triunfo revolucionario.
“En nuestro país, la prostitución se
erradicó hace muchos años. En nuestro país, todas esas tristes y horribles
cosas de una sociedad explotadora, ya no existen”, afirmó Fidel Castro el 30 de
noviembre de 1971. Años más tarde, en otro discurso, acudió al insólito recurso
educativo y sanitario al reconocer el problema en la isla: "nuestras
prostitutas son las más sanas e instruidas del mundo....". Fue casi una
invitación al sexo seguro, con enseñanza incluida.
Nada hay de académico, y mucho menos está
ausente el peligro, en lo que se refiere a la prostitución en Cuba, al igual
que ocurre en otras países. Más allá de lo anecdótico, el hecho es que existe
un deterioro de todo tipo en el país que propicia e incita este tipo de
conducta. Desconocer el problema, como hacen las autoridades cubanas, no es más
que una forma torcida de reconocer que ellas son responsables del mismo.