En una nueva muestra de que Washington no
quiere convertir en una nueva confrontación con La Habana el incidente del
barco norcoreano, el Departamento de Estado aseguró hoy jueves que lo ocurrido no será
tratado como un asunto bilateral con Cuba, sino en el análisis de la
posibilidad de que se hayan violado sanciones del Consejo de Seguridad de la
ONU contra Corea del Norte.
“No vemos esto como un asunto entre
Estados Unidos y Cuba, sino que estamos centrados en que puede haber una
violación potencial de sanciones del Consejo de Seguridad a Corea del Norte”,
dijo hoy una portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, en una
conferencia de prensa.
No obstante, el Gobierno de Estados
Unidos mantiene su intención de conversar pronto con Cuba sobre el asunto del buque
norcoreano Chong Chon Gang, retenido desde el lunes en Panamá, al descubrirse
en una inspección una carga no declarada y oculta bajo toneladas de azúcar de
armamento procedente de Cuba.
El Gobierno cubano ha reconocido que el
armamento le pertenece pero ha destacado que está “obsoleto” y era enviado a
Corea del Norte para su reparación.
La revelación de que la carga no
declarada era armamento “obsoleto” ha indignado a varios miembros del Congreso
estadounidense, como el senador republicano Marco Rubio, que envió el miércoles
una carta al secretario de Estado, John Kerry, en la que pedía anular la
flexibilización de las restricciones de viajes y remesas a Cuba y dejar de
emitir visas a sus funcionarios.
La actitud de Rubio evidencia la
tendencia característica de los legisladores cubanoamericanos en lo que se
refiere a cualquier asunto que tiene que ver con la isla, más acorde a los
sentimientos de sus electores y simpatizantes dentro del exilio cubano, que a
una perspectiva nacional.
En este caso en particular, llama la
atención el tratar de aprovechar el hecho para insistir en una marcha atrás, a
la época del expresidente George W. Bush, en lo que se refiere a los viajes y
las remesas a Cuba. La mayoría de los residentes de origen cubano en el sur de la
Florida están de acuerdo con esa mayor flexibilización, y el aumento de los
viajes a la isla lo ha demostrado. El senador Rubio lo que busca es complacer
al grupo de exiliados que cae en lo que se denomina “el exilio histórico”, que
es donde se encuentra su base fundamental de electores.
Harf no quiso hacer hoy comentarios sobre
la carta, pero señaló que “en términos generales”, la relación estadounidense
con Cuba “consiste en trabajar con ellos en asuntos que están en el interés de
seguridad nacional” de EEUU, “como en las conversaciones sobre migración de
ayer”.
En el asunto del barco norcoreano,
Estados Unidos está centrado en determinar si hubo una violación de sanciones
de Corea del Norte, algo que sería “increíblemente preocupante”, subrayó Harf.
Si bien la portavoz no indicó cuándo está
previsto que se produzca la conversación sobre el caso entre EEUU y Cuba,
fuentes del Departamento de Estado han indicado a Efe que esperarán a que el
proceso de inspección del barco en Panamá esté algo más avanzado antes de
contactar con La Habana sobre el asunto.
Según Harf, se espera que ese proceso de
inspección “sea largo”.
Estados Unidos se comprometió el
miércoles a enviar equipos y personal a Panamá para ayudar en la inspección,
aunque por el momento se desconoce cuándo llegará esa asistencia al país
centroamericano.
Tanto el senador Rubio como su compañero
demócrata Bob Menéndez han pedido al Gobierno del presidente estadounidense,
Barack Obama, que plantee su preocupación por el incidente en el Consejo de Seguridad
de la ONU, pero Harf evitó hoy responder a esos llamados.
La portavoz subrayó únicamente que EEUU “tiene un papel que representar” dentro del mecanismo de la ONU que evalúa el
cumplimiento de las sanciones del Consejo de Seguridad contra Corea del Norte,
al que ha recurrido el Gobierno de Panamá.