En ocasiones aparecen disparates en la
prensa del exilio que me hacen reír toda la noche. Este se encuentra en un
artículo de Olga Connor, publicado en El
Nuevo Herald:
“El autor [Orlando Gutiérrez] respondió a
todo ello explicando que Ana Carbonell es un ejemplo del nacionalismo cubano y
el patriotismo norteamericano. Ella ha sido participante activa en la política
estadounidense, como Jefa de Despacho del Congresista Lincoln Díaz-Balart, y
consiguió que Mitt Romney ganara las primarias en el sur de la Florida. Ella ha
tenido su antecesor en la persona de Antonio Guiteras, quien era
norteamericano, pero patriota cubano, contó Gutiérrez”.
(El uso exagerado de las mayúsculas es,
por supuesto, de la autora del párrafo citado.)
Nada tienen en común un político con un
pensamiento y una actuación de izquierda radical como Guiteras y una cabildera
asociada al republicanismo de derecha y ultraderecha como Carbonell. La comparación
no le hace justicia a ninguno de los dos, con independencia de ideología.
Además del hecho de que la trayectoria de Guiteras para la historia de Cuba
está a miles de años luz de la labor de Carbonell. Por si ello fuera poco, Guiteras y su grupo de
acción, Joven Cuba, serían catalogados hoy terroristas, al igual que el 26 de
Julio y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo. Carbonell —con independencia
del acuerdo que se pueda tener o no con sus puntos de vista— se desempeña de
forma pacífica y lucrativa en la política local, nacional y pueblerina. Se debe
añadir que la proyección ideológica de Guiteras era “antiimperialista” o
contraria a “los intereses de Estados Unidos”. Así que, a la luz de los
postulados del sector del exilio que representan tanto Gutiérrez como
Díaz-Balart como Navarro, éste se encuentra en las antípodas de lo que en el
párrafo citado se considera el “patriotismo norteamericano”. Por otra parte, Guiteras
fue asesinado por orden de Fulgencio Batista, dictador cubano con grandes
afinidades con la familia Díaz-Balart. Carbonell fue por muchos años la jefa de
despacho del exlegislador Lincoln Díaz-Balart. Todo esto sin contar con el hecho de
que, aunque nació en Estados Unidos, desde niño Antonio Guiteras vivió en Cuba,
mientras que la carrera profesional de Carbonell se ha realizado en Estados
Unidos. Nada, que a la hora de buscar un “antecesor” de Carbonell, hubiera sido
preferible cualquier otro ejemplo.
Que alguien exprese ese desacierto ya es
un exceso, pero que esto se diga en una universidad y venga otro atrás, lo recoja y lo publique, trasciende la
burla para entrar en el sainete.