El viernes 25 de este mes, el diario Granma publicó un artículo sobre la
invasión estadounidense a Granada, al cumplirse 30 años del hecho.
Con el título Granada
pagó por la derrota en Vietnam, el texto intenta analizar la coyuntura internacional
que llevó a lo ocurrido y los problemas que en aquel momento, según la autora,
Dalia González Delgado, enfrentaba Washington.
A partir de ello, se ofrece una
comparación con situación actual, tanto en Estados Unidos como en el resto del
mundo.
Lo “curioso” del trabajo es que no tiene
ni una sola palabra en que se mencione la participación de las tropas cubanas
en los acontecimientos.
Así, luego de treinta años, caen el olvido
más completo todos los cubanos enviados a la pequeña isla caribeña por el entonces
gobernante Fidel Castro —en especial los “700 constructores-soldados”
encargados de hacer un aeropuerto internacional— de los cuales 638 fueron
capturados; 86 se rindieron y otros, entre ellos el jefe de las tropas,
buscaron asilo en la embajada soviética.
Pero lo que es más importante: tampoco se
mencionan los 25 que murieron durante la operación (por ejemplo, el funcionario
del Partido Comunista de Cuba Carlos Díaz, que fue uno de los enviados por
Fidel Castro para organizar la resistencia), lo que hacen que sigan condenados
al olvido por unos hechos ajenos a su
responsabilidad y no haberse inmolados de una forma estúpida, como era el deseo
de Castro.
Por supuesto que no hay referencia alguna
al coronel Pedro Tortoló Comas, que también fue enviado por Castro, para
ponerse al frente de las tropas, quien luego fuera degradado, enviado como
soldado raso a Angola y luego se ha dicho que en los últimos años se dedica al
oficio de taxista en La Habana. Como tampoco hay mención alguna del entonces
embajador, Julián Torres Rizo, que al parecer es ahora guía turístico en la
capital.
El hecho es más singular aún si se tiene
en cuenta que en los más de cincuenta años de enfrentamientos entre el gobierno
de Cuba y el estadounidense, fue la invasión de Granada el único momento en que
las fuerzas cubanas y norteamericanas han tenido un encuentro bélico frontal.
Todo ello para, una vez más, desechar cualquier
esperanza de un periodismo serio en Cuba, siquiera en el tratamiento de los
hechos históricos.
Triste destino para todos los cubanos que
participaron en ese, otro de los tantos delirios de grandeza de Fidel Castro.