La noticia del año en Cuba durante el
2013 es que aumentó la dependencia económica de la isla con el exilio.
Se puede argumentar que esto no es nuevo,
pero llama la atención que mientras La Habana necesita cada vez más a Miami en
lo económico, en lo político y social crece
un sentimiento generalizado de disolución de fronteras, donde la ideología no
ha sido relegada al cuarto trasero sino botada por la ventana, en ambos
extremos del Estrecho de la Florida.
El exilio en general, y esta ciudad en
particular, se han convertido en fuente de abastecimiento, donde al cliente se
le hace creer que tiene la razón por el simple expediente de no preguntarle lo
que quiere. Aquí uno se limita a pagar las cuentas.
Cada día que pasa salen más cubanos de la
isla. Los cambios económicos no han detenido ese éxodo, que se ha incrementado
tras la reforma migratoria.
Sin embargo, a diferencia de otras
épocas, esta salida masiva no se traduce en ruptura sino en un desplazamiento
temporal.
Los cubanos realizaron más de 250,000
viajes al exterior durante los primeros 10 meses de la reforma migratoria. Una
cifra superior, en un 35%, a la de 2012 .
Entre el 14 de enero, cuando entró en
vigor la reforma, y el 30 de noviembre “se registran 257,518 viajes” de cubanos
al exterior, dijo el coronel Lamberto Fraga, segundo jefe de la dirección de
Inmigración y Extranjería.
Los viajes los hicieron 184,787 personas,
lo que indica que algunas han salido en más de una ocasión.
Los datos de viajes no representan
salidas definitivas. Se calcula que el 58 por ciento de los que viajaron ya
regresó al país.
Del total de viajeros, un 36% (66,510)
viajó a Estados Unidos y aproximadamente un 64% (118,277) lo hizo a otro país,
entre ellos Panamá, México, España y Ecuador.
Sin embargo, esta cifra no indica que el
destino final de muchos de estos viajeros no sea Estados Unidos, sino que al
carecer de visa estadounidense, se ven obligados a realizar un recorrido más
largo.
Un buen ejemplo en este sentido lo
constituye México.
El número de cubanos interceptados en
México, mientras trataban de llegar a la frontera con Estados Unidos, se ha duplicado
en los meses transcurridos desde que entró en vigencia la reforma migratoria.
La intercepción de cubanos indocumentados
en México alcanzó las 2,300 detenciones desde enero hasta agosto de año,
comparada con 994 durante el mismo periodo en 2012, según el Ministerio del
Interior mexicano.
Las cifras no incluyen a quienes pudieron
llegar a la frontera y no fueron detectados.
Así que a la forma tradicional en que se
había manifestado la inmigración cubana, las salidas definitivas, ahora se ha
unido este flujo migratorio que busca escapar de la mala situación económica, política
y social imperante en la isla, pero que no “rompe” con el sistema.
Estos datos indican un movimiento que
refleja una entrada creciente de dinero en la isla, que representa un aspecto vital
para la economía nacional.
En una reunión del Consejo de Ministros
previa al cierre de las sesiones anuales de la Asamblea Nacional del Poder
Popular, el vicepresidente Adel Yzquierdo dijo que una de las causas
fundamentales por las cuales no se cumplió el plan de crecimiento económico fue
debido a que no se logró el objetivo en la captación de divisas.
Lo que no es más que decir que la
economía no mejora lo necesario. Olvídese de la moneda que emite el país —sea
una o dos— porque no es siquiera papel mojado. La divisa es lo que cuenta.
Ahora bien, si los cubanos han podido
viajar más no es sólo que han salido al exterior, sino que han vuelto al país
con artículos y divisas. Por lo tanto, este aumento ha frenado un tanto la
caída en la recaudación de moneda dura.
En otros renglones básicos para captar
divisas, la economía cubana se ha quedado por debajo.
Por ejemplo, el gobierno cubano admitió
que no se podrá cumplir el plan turístico previsto para el 2013, que aspiraba a
recibir unos tres millones de visitantes. La cifra al cierre del año será de
unos 2.8 millones de viajeros extranjeros, cifra similar a la del año anterior.
El
vicepresidente Yzquierdo agregó en su informe que las industrias manufacturera
y de la construcción tampoco cumplieron su planes de recolección de divisas.
También es
posible que la disminución en las divisas se deba a que en estos momentos Cuba
cuenta con menos petróleo que durante la época de Chávez, para revender en el
mercado mundial, como hacía antes con el crudo proveniente de la Unión
Soviética.
Así que Cuba a
lo único que puede aspirar es a seguir produciendo inmigrantes, exiliados y
viajeros. Son estos los pilares de la nueva industria nacional.
Esta es mi columna semanal en El Nuevo Herald, que aparece en la edición del lunes 30 de diciembre de 2013.