No fueron exactamente Eliza Doolittle y
el profesor Henry Higgins, ni fue fonética lo que practicaron en la Casa
Blanca. Del caso Lewinsky —con esa mezcla de sexo, poder, acusaciones y
mentiras que tanto fascinan al público estadounidense e internacional— aún no
se ha escrito la última palabra.
Más de 16 años han pasado desde que Mónica
Lewinsky protagonizó el mayor escándalo político en la historia reciente de
Estados Unidos, pero en las últimas semanas su rostro ha vuelto a figurar en
los medios de comunicación estadounidense.
El domingo, el canal National Geographic
presentó la parte inicial de un reportaje especial sobre los años 90, que
incluye la primera entrevista televisiva con Lewinsky en una década, en la que
ella explica cómo se convirtió "en la mujer más humillada del mundo",
informa BBCews.
"Ser llamada estúpida y promiscua,
arribista y tarada y haber sido sacada fuera de contexto, fue doloroso",
dice Lewinsky en una parte de la entrevista.
Todo empezó en enero de 1998 cuando se
supo que la entonces becaria de la Casa Blanca, de 22 años, mantuvo una
relación con el presidente Bill Clinton. Ella se lo confió a una amiga, quien a
su vez, filtró grabaciones de esas conversaciones al fiscal especial Kenneth
Starr que investigaba a Clinton por otros asuntos.
Bajo juramento, Clinton negó haber tenido
una "relación sexual impropia" con Lewinsky y fue hallado culpable de
perjurio y obstrucción de la justicia, delitos que en diciembre de 1988 el
Congreso —entonces bajo control de la oposición republicana— consideró causal
para iniciar un impeachment o juicio
para la destitución del mandatario.
Al final, los republicanos no lograron
los votos suficientes en ambas cámaras para condenar al presidente con lo que
el juicio terminó en la absolución de Clinton en febrero de 1999.
Tras el escándalo, Clinton y su esposa,
Hillary, se consolidaron como una de las familias políticas más importantes del
país y se convirtieron en celebridades, hasta el punto que este mes se estrena
un musical sobre sus vidas en Nueva York que incluye, como no, a Lewinsky,
detalla Thomas Sparrow en su artículo en BBC
Mundo.
En cambio, Lewinsky desapareció de la
escena pública, hasta mayo este año, cuando la revista Vanity Fair publicó un artículo en el que ella escribió por primera
vez sobre su relación con el expresidente. Y ahora lo hace en televisión.
"Cumplí 40 años el año pasado y es
hora de dejar de caminar de puntillas por mi pasado, y por el futuro de otros.
Estoy decidida a ponerle un final diferente a mi historia", escribió
Lewinsky en esa ocasión.
El artículo de Lewinsky en Vanity Fair generó considerable interés
en Estados Unidos.
Al explicar su silencio, sostiene que no
quería estar en esa "vorágine mediática" que tanto daño le había
hecho.
Sin embargo, la realidad la desmiente en
parte. Lewinsky se ha beneficiado también de esa fama que dice detestar tanto.
En la actualidad tiene su propio negocio y vende su marca de bolsos. Además fue
la anfitriona de una serie de televisión tipo “reality“ llamada Mr. Personality y en 1999 salió la
biografía autorizada Monica’s Story.
Otros también han buscado lucrar con el
escándalo. En junio un antiguo amante de Lewinsky, nombrado Andy Bleiler, envió
a la casa de subastas Nate D. Sanders Auctions una colección de 32 piezas
relacionadas con el romance, entre las que figuran varias prendas personales
como un camisón negro y largo, sin incluir el vestido azul que tenía restos de
semen del mandatario estadounidense, según el sitio en internet Arrajatabla.
En un país dado al cultivo de todo tipo
de teorías conspirativas, siempre hay un público que creerá que algo más hay
que decir sobre grandes eventos.
La reaparición de Lewinsky coincide con
la publicación de la nueva biografía de Hillary Clinton y las crecientes
especulaciones sobre si la exprimera dama, exsenadora y exsecretaria de Estado
se lanzará a la presidencia en 2016.
El mes pasado, Hillary Clinton admitió
que sabía que durante la gira promocional le iban a preguntar sobre Lewinsky.
Respondió que ya había pasado esa página y que le deseaba a la exbecaria lo
mejor.
Algunos preguntan si los remanentes del
escándalo y las nuevas declaraciones que pueda hacer Lewinsky podrán afectar
políticamente a Hillary o hasta qué punto puedan aprovecharla los republicanos
como arma política.
"Con Hillary Clinton considerando
una candidatura en 2016, no hemos escuchado todavía el final del escándalo
Lewinsky", escribió en el diario Politico
Susan Glasser, quien cubrió aquel episodio para el periódico The Washington Post.