Ver un video sin tener que esperar a que
se cargue es un lujo de pocos en Venezuela.
Aunque es posible comprar por varios
miles de bolívares una conexión rápida, la mayoría de los venezolanos consumen
la Internet que recientes estudios han descrito como una de los más lentas del
mundo, según un artículo de BBC Mundo.
Según la empresa de medición de velocidad
Ookla, el promedio de la velocidad de internet en Venezuela es el más bajo de Sudamérica.
Por su parte, el estudio Internet World Stats (IWS) asegura que la velocidad
promedia 1.7 megabits por segundo (mbps), debajo de Bolivia, con 1.8mbps, y
Paraguay, con 3.5mbps.
La conexión promedio en la región tiene
5mbps y la media mundial es de 20mbps.
"Ver una película, hacer una
videoconferencia o trasmitir un evento en vivo son tecnologías que la mayoría
de los venezolanos simplemente no conocen", le dice a BBC Mundo Luis Carlos Díaz, experto en el tema del centro de investigación
Gumilla.
Cuba
y Venezuela: ineficiencia común
Como en tantos otros aspectos, los
problemas de la Internet en Venezuela pueden ser descriptos como una historia
paralela a similares dificultades en Cuba.
Cuba y Venezuela comenzaron en el año 2007
a trabajar para instalar el cable submarino, que lleva por nombre las siglas de
la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (Alba-1).
Con un coste de casi 52 millones de euros
y tras sucesivos retrasos, el cable tocó tierra en Santiago de Cuba en febrero
de 2011, de acuerdo a una información del diario español El País del 26 de enero de 2013.
Sin embargo, la Isla continuó utilizando
los servicios de los proveedores de Internet a través de satélite. Durante los
dos años transcurridos, los medios oficiales guardaron silencio sobre el cable,
lo que fomentó los rumores de una posible avería por mal uso o por desvío de
recursos.
Para la fecha del artículo en El País, Doug Madory, ingeniero de
investigación de la empresa Renesys, afirmó que la empresa española Telefónica
había comenzado a dirigir tráfico de Internet a la Empresa e Telecomunicaciones
de Cuba S.A (ETECSA). Telefónica negó el martes pasado que estuviera
suministrando servicios de enrutamiento para el Alba-1, pero sí confirmó que
provee de otros servicios a la empresa estatal cubana.
En un primer momento la actividad solo
fue perceptible en una dirección, pero después de varios días se comprobó el
envío y recepción de datos. El gobierno cubano no confirmó la noticia hasta el
jueves 24 de enero de 2013, en una escueta nota en el periódico oficialista Granma.
Desde entonces, los servicios de internet
y telefonía celular en la Isla han avanzado con una lentitud aplastante, la
Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) se han caracterizado por ofrecer
promesas indefinidas y las esperadas mejoras no acaban de llegar.
En julio de este año, el presidente
ejecutivo de Google Eric Schmidt, recién regresado de una visita a La Habana,
describió la internet en Cuba como “atrapada en los años 90”, bajo una censura
extrema y con una débil infraestructura.
“La Internet de Cuba está atrapada en los
años 90. Alrededor del 20-25 por ciento de los cubanos tienen líneas
telefónicas... y la infraestructura de teléfonos celulares es muy escasa”,
escribió, agregando que solamente el 3-4 por ciento de los cubanos “tienen
acceso a Internet en cibercafés y en ciertas universidades”, escribió Schmidt.
Al final, los cubanos que tantas
esperanzas depositaron en el cable de fibra óptica proveniente de Venezuela tendían
solo el triste consuelo de conocer que en el país sudamericano los servicios de
Internet son cada vez más malos. Pero ni siquiera eso porque esta noticia no se
ha divulgado en la Isla.
Falta
de inversiones
El gobierno venezolano sostiene que sus
políticas han logrado la democratización y masificación de la Internet en el
país.
La llamada revolución bolivariana ha
instalado poco menos de 300 Infocentros a lo largo del país con acceso a
internet y entregado más de 2 millones de tabletas, conocidas como Canaimitas.
Alrededor de 44 de cada 100 venezolanos
tiene acceso a Internet, según cifras oficiales, la cifra es muy superior a la de Cuba, pero también indica una
penetración inferior al promedio de la región, que es 54%, según el IWS.
Recientemente, el gobierno lanzó un
ambicioso proyecto llamado "Wifi para todos" que busca instalar redes
inalámbricas de Internet gratuito en más de 2.000 espacios públicos de todo el
territorio nacional.
Sin embargo, un recorrido de BBC Mundo por tres plazas céntricas de
la capital Caracas —plazas Bolívar, El Venezolano y Diego Ibarra— corroboró un
comentario de muchos: la red aún no funciona del todo.
"Llevo 15 minutos intentando entrar
a la red 'GOBIERNO BOLIVARIANO' y nada que entra", dijo un joven en la
Plaza Bolívar, mientras que otro -identificado con un carné de empleado
público- señaló: "A veces entra pero son más las veces que no
funciona".
Varios expertos en telecomunicaciones
aseguraron a BBC Mundo que la causa
de la lentitud de internet en Venezuela se reduce a una cosa: la falta de
inversión en la infraestructura.
"El problema de Internet es como el
problema de las vías: mientras ha crecido el número de usuarios, las vías no se
han ampliado y hemos llegado a un punto de saturación", asegura Díaz a BBC Mundo.
"Por eso es que, por ejemplo, los
domingos por las noches, como hay tanta gente conectada, la internet es tan
lenta", señala.
El profesor de computación de la
Universidad Simón Bolívar Ricardo González expande esta analogía sobre las
redes de datos y las vías: "Venezuela tiene unas autopistas entre ciudades
muy buenas, pero las autopistas internas de cada ciudad son un desastre, con
muy pocas vías y las que hay están llenas de huecos".
Y añade: "Adicionalmente las vías
internas de cada urbanización, si las, son casi todas de tierra", en
referencia, de nuevo, a las redes de datos.
Los analistas coinciden en que el Estado
no ha realizado una inversión importante ni permitido la inversión privada para
ampliar la red de fibra óptica, que es la estructura principal que permite el
flujo de datos.
"Desde 2008, Venezuela se ha ido rezagando
frente al resto de América Latina y hoy somos junto a Cuba el país con peor
conexión", le dice a BBC Mundo
Iria Puyosa, investigadora venezolana de la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (Flacso).
Durante el último año los proveedores de
internet se han enfrentado a un problema adicional: la falta de dólares.
"Como en todas las industrias en
Venezuela, las telecomunicaciones no han obtenido de parte del Estado los
dólares para importar repuestos y nuevas tecnologías, por lo que sus sistemas y
productos se han deteriorado", señala Díaz.
Precios
exorbitantes para una conexión rápida
Si bien en Venezuela hay varios
proveedores, la estatal Cantv tiene el 60% del mercado de Internet.
Y, según Díaz, "la empresa ha
sufrido la misma ineficiencia de las otras empresas gubernamentales".
Sin embargo, la compañía dice que
"desde su nacionalización en 2007, Cantv no solo se ha encargado de
reivindicar el derecho del pueblo a contar servicios de telefonía e internet,
sino que ha diversificado sus servicios con una gama de productos".
Mientras tanto, las empresas privadas en
el mercado tampoco parecen estar entregando un servicio satisfactorio:
"Los usuarios reciben un 60% de los que les promete el contrato",
señala Puyosa citando un estudio de la medidora NetIndex.
Pero mientras la mayoría de los
venezolanos reciben una internet de menos de 2mbps, algunos se pueden dar el
lujo de comprar una conexión de hasta 50mbps.
Varios proveedores de servicio de Internet
inalámbrico han logrado ingeniárselas para vender un servicio más rápido.
Una de ella es Ipnet, que instala redes
en edificios corporativos o residenciales por un promedio 16.000 bolívares al
mes (unos $2.500 o $320 dependiendo del cambio oficial que se use), dependiendo
del plan y el costo de instalación.
"Nosotros combinamos tecnologías de
fibra óptica, teléfono y microondas para no tener que depender de solo una y
poder garantizar un servicio premium", le dice a BBC Mundo el director de la empresa de no más de 20 empleados,
Gabriel Salas.
Y a la pregunta de si se ha beneficiado
porque la internet es tan lenta responde afirmativamente: "Estamos
desarrollando un producto y un servicio por el que la gente está dispuesta a
pagar".
Según Salas, su empresa ha crecido 1.000%
en los últimos tres años.
Y añade: "Si yo tuviera acceso a
dólares, invertiría en esta empresa en grande".
Algo similar podría ocurrir en Cuba.
ETECSA ha dicho que comenzaría a brindar
servicios de Internet para los teléfonos móviles a partir del segundo semestre
de 2014. Aunque no se han ofrecido detalles como precio y fecha exacta. Sin
embargo, el 1 de noviembre de 2013, fue publicada en la Gaceta Oficial la estructura de precios del servicio de datos.
El cable de fibra óptica proveniente de
Venezuela “aminoraría el coste de transferencia de datos desde Cuba” (según la Mesa Redonda) y multiplicaría su ancho
de banda llegando a velocidades alcanzadas en el resto del mundo. Hoy, ETECSA
cuenta con cobertura nacional para servicio de datos con redes GPRS, EDGE y
hasta 3G, de acuerdo a una información aparecida en el blog de Yusnaby
Pérez.
Pero el bloguero agrega que “los precios,
una vez más, son una burla; diseñados para alguien que no habite en este
planeta. Un servicio que en el resto del mundo suele ser algo básico,
cotidiano, incluso parte de un plan mensual. En Cuba es impagable”.
“Desde hace varios años, internet ha
estado disponible para móviles extranjeros en itinerantica (roaming). En el
segundo semestre de este año, estará disponible para los 2 millones de clientes
cubanos.
El precio de activación para el servicio
de Interne en los teléfonos móviles será de $5,40. Otra novedad es que se
activará el envío de MMS (mensajes multimedios) internacionales a un precio de $1,40.
Los MMS nacionales seguirán costando $0,30).
Tanto los gobiernos de Cuba como
Venezuela siguen viendo a Internet más como un peligro que como una necesidad
de la población, pese a promesas y declaraciones que digan lo contrario. Más
allá de su utilización con fines gubernamentales, una conexión rápida,
indispensable en el mundo de hoy, solo se concibe como un instrumento político
y comercial, limitado a los privilegiados: los que tienen mucho poder o… mucho
dinero.