La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff,
y el candidato opositor Aécio Neves cruzaron acusaciones por temas de
corrupción y ética en el primer debate del balotaje entre ambos, que tuvo a
Cuba como asunto destacado en política exterior.
En un duelo verbal transmitido por la red
Bandeirantes para la elección presidencial del próximo 26 de octubre.
Neves cuestionó a Rousseff por las
denuncias de corrupción en la petrolera estatal Petrobras que implican al
gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
La presidenta dijo tener la misma
“indignación” de todos los brasileños por ese caso, que investiga la justicia,
y sugirió que Neves favoreció a un familiar en la construcción de un aeropuerto
y contrató a familiares cuando fue gobernador de Minas Gerais.
El candidato socialdemócrata rechazó esas
acusaciones, que marcaron el momento más tenso del pulso entre ambos de cara a
una votación que carece de un favorito claro hasta el momento.
La relación con Cuba fue un punto de
fricción cuando Neves sostuvo que hay “discriminación” con médicos de la Isla
que llegan a Brasil para trabajar en un programa de salud pública en áreas
remotas y cobran menos que profesionales traídos de otros países.
También pidió levantar el “carácter
secreto” de un acuerdo que el gobierno de Rousseff tiene con Cuba para ampliar
el puerto Mariel de la isla, con financiamiento del Banco Nacional de Desarrollo
Económico y Social (BNDS) brasileño.
Rousseff replicó que el financiamiento no
fue a Cuba sino a una empresa constructora brasileña y sostuvo que los
servicios de ingeniería son “un área estratégica” en el mundo, que su
administración quiere expandir en América Latina.
El secreto estatal impuesto a las
inversiones brasileñas en Cuba es un tema que Cuaderno de Cuba ha tratado con anterioridad: