Caracas quiere difundir el pensamiento de
Hugo Chávez, algo así como promover la venta de latas de aire sin aire.
El Gobierno venezolano solicitó el
viernes el apoyo a cientos de intelectuales reunidos en Caracas para la
difusión del pensamiento del fallecido mandatario, para que las ideas del
impulsor de la Revolución Bolivariana sean conocidas más allá de las fronteras
del país caribeño.
Sin embargo, basta revisar someramente la
lista con los nombres de algunos de los invitados — el vicepresidente de Bolivia,
Álvaro García Linera, el español Ignacio Ramonet y la colombiana Piedad Córdova—
para ver que solo se trata de otra actividad de turismo político barato.
Hay en Venezuela un Instituto de Altos
Estudios del Pensamiento de Hugo Chávez,
que lo preside, por supuesto, el hermano del exgobernante: Adán Chávez.
¿Qué se estudia allí, en ese sitio de
nombre tan pomposo? Bueno, salvo que lo de alto obedezca que el edificio esté
situado en algún cerro, pocas son las razones para buscar altura en el
pensamiento de Chávez. Porque si algún legado contiene el chavismo, es ser una
idolatría típica latinoamericana, que no llega a mucho y es incapaz de acciones
decisivas.
Una de las tareas “fundamentales”
emprendidas desde este instituto, dijo Adán Chávez, es que la cátedra “Hugo
Chávez Frías” sea “abierta e itinerante (…) a nivel nacional e incluso
internacional con el apoyo de todos ustedes”.
El también gobernador del estado de
Barinas, de donde es originaria la familia Chávez, hizo estas declaraciones
durante el X Encuentro de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos
Sociales en Defensa de la Humanidad, que comenzó el jueves en Caracas y que se
prolongará hasta el sábado.
Indignación debe causar a los venezolanos
que, en medio de la crisis económica que afecta al país, la escasez rampante y
los precios del petróleo en caída libre, todavía se despilfarren recursos en
este tipo de demagogia vulgar.
El mayor de los hermanos Chávez indicó
que en este instituto están comenzando un camino de investigación, difusión y
defensa del “legado” de Chávez que, afirmó, “está relacionado directamente con
lo que es la defensa de la humanidad”.
Pero, ¿qué se va a investigar? ¿Dónde
están esas ideas? Pues en realidad no existen en parte alguna. Ese mejunje que
se llama “Socialismo del Siglo XXI” no puede aspirar siquiera a ser considerado
retahíla de nombres. Es simplemente una frase vacía, una amalgama con la cual
intentó acuñar su sistema de gobierno e ideología.
Al final, de lo que se trata es de una
feria de vanidades, exhibición de egos y cháchara chavistas. Ni van a convencer
a nadie ni lo pretenden. Solo pasarla bien, justificar sueldos y prebendas y
aprovecharse de lo que se encuentre
La Red de Intelectuales y Artistas en
Defensa de la Humanidad comenzó en 2004 como una iniciativa del entonces
presidente Chávez con el objetivo de “trazar estrategias de resistencia a los
intentos de hegemonía mundial” con especial acento “en la independencia de los
pueblos”.
En sus orígenes era claro que lo que
buscaba Chávez era reverdecer laureles al estilo de los “encuentros entre
intelectuales”, de la época en que una ideología llamada comunista reinaba en
medio mundo. Era una ilusión vana, pero tenía petrodólares para derrochar, la
esperanza de una vida por delante y una obstinación demostrada en llegar al
poder que había dado sus frutos. Ahora ya nada de eso existe. Más de
de 200 invitados de 30 países se dedicarán
por algunos días a esta especie de ejercicio postrero, como disco en un viejo
gramófono que aún gira, aunque sabe que se le acaba la cuerda.
Ver también: ¿Y
qué hizo Chávez para merecer un instituto?