lunes, 6 de julio de 2015

¿Reclamo económico o jugada política?


Una conclusión elemental es que el resultado del referendo griego le ha otorgado capital político al gobierno del primer ministro Alexis Tsipras. Pero ese poder ganado tras una jugada riesgosa posiblemente sea usado más a favor de un “sí” que de un “no”.
El primer paso ya ha llegado con la renuncia del ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varufakis, quien ha anunciado este lunes su dimisión porque cree que así pueda ayudar al Gobierno a alcanzar un acuerdo con las instituciones europeas, horas después de la victoria del “no” en el referéndum celebrado en el país heleno. de acuerdo al diario español El Confidencial.
En su comunicado, titulado “Ya no soy ministro”, Varufakis ha sostenido que el referéndum "permanecerá como un momento único en el que una pequeña nación europea se levantó contra la servidumbre por las deudas".
“Como todas las luchas por los derechos democráticos, esta negativa histórica del ultimátum formulado el 25 de junio por el Eurogrupo llega con un gran coste asociado”, ha manifestado.
“Por ello, es esencial que el gran capital concedido a nuestro Gobierno por el espléndido 'no' sea invertido inmediatamente en un 'sí' a una resolución adecuada, a un acuerdo que contemple la reestructuración de la deuda, menos austeridad, redistribución a favor de los necesitados y reformas reales”, ha apuntado.
Varufakis ha revelado además que después del anuncio de los resultados se le comunicó que existía “una cierta preferencia por parte de algunos miembros del Eurogrupo y otros 'socios' a favor de su 'ausencia' durante sus reuniones”.
Tal actitud del ministro es consecuente con lo expresado por Tsipras, que tranquilizó a los partidarios del “sí” tras conocerse su triunfo en el referendo con estas palabras: “Soy consciente de que el mandato que me dais no es un mandato de ruptura, sino un mandato para una solución sostenible” en el que la prioridad será “el funcionamiento del sistema bancario”, dijo, de acuerdo al diario español El País.
El gobierno de Tsipras ha dicho que cree que sería posible lograr un acuerdo con los acreedores en las próximas 48 horas. La bola está ahora en manos de Bruselas; o lo que es casi lo mismo aunque no siempre igual gracias a Francia: Alemania. 

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