Poco se conoce o se ha divulgado sobre la
estancia del pintor danés Asger Jorn en Cuba, aunque en La Habana se conservan
los murales que realizó en la Oficina de Historia del Consejo de Estado.
Jorn, una de las figuras más importantes
del neo-expresionismo en su país, fue pintor, escultor, ceramista y escritor.
Su obra pictórica es relativamente menor ante la de otros artistas similares, y
quizá hoy llame tanto la atención como polemista, ensayista y teórico, así como
su participación en la creación de
importantes movimientos de vanguardia, que como artista. Fue miembro fundador
de COBRA y de la Internacional Situacionista.
Su obra más famosa es Stalingrado (ver ilustración arriba),
que realizó con objetivo de lograr una segunda Guernica, que no lo es. La obra se encuentra en el Museo Jorn, en Silkeborg,
Dinamarca.
Ante todo, Jorn fue un hombre de su
tiempo. Nacido en un hogar cristiano (su padre fue un fundamentalista y aunque
su madre no mantuvo principios tan radicales también fue una fervorosa creyente),
desde joven renunció a la ideología hogareña y se convirtió al marxismo, lo que
lo llevó a militar en el Partido Comunista de Dinamarca.
Como en otros casos, no fue un marxista
ortodoxo y terminó renunciando a su militancia. En sus escritos trata de
demostrar una futura alianza entre la
“elite creativa” con una futura sociedad comunista, al tiempo que realiza una
crítica de las aparentes contradicciones de El
Capital de Carlos Marx.
Tuberculoso desde los 15 años viajó no
solo por Europa sino también a Estados Unidos, el Oriente y Cuba.
Yusimi Rodríguez, en un artículo
publicado en 2010 en Havana Times, señala que
fue en Italia donde hizo amistad con Wifredo Lam, donde ambos realizaron piezas
de cerámica juntos. Lam lo invitó a Cuba durante la década de 1960.
Jorn trabajó en la isla, donde creó los
murales ya mencionados. Me imagino que ese rebelde que lo mismo criticaba a los
comunistas que a Washington no debe haber sido alguien fácil para la burocracia
cultural de entonces. La realidad es que su paso por el país hoy apenas se
menciona.
Rodríguez también explica —y el dato es
lo que da origen a su nota— que en abril de 2010 se presentó en los cines de la
capital un documental dirigido por Ismael Perdomo sobre el hecho: A J en La Habana. Curiosamente, en la
filmografía de Perdomo que aparece en EcuRed no
se menciona el documental.
Parece que Asger Jorn continúa siendo un
desconocido para los cubanos, y su obra solo es vista por algunos turistas
daneses de visita en la isla.