miércoles, 13 de julio de 2016

¿Sin azúcar hay país?


En 2011 Raúl Castro decidió suprimir el Ministerio del Azúcar y crear en su lugar el Grupo Empresarial de la Agroindustria Azucarera, dentro de su plan para reorganizar un deprimido sector que en otros tiempos fue el motor de la economía de la isla. Pero ahora hay de nuevo malas noticias para la industria azucarera cubana.
La producción de azúcar decreció en un 19% durante la zafra 2015-2016, lo que rompió la tendencia al alza que experimentaba el sector desde 2010, según fuentes oficiales.
El descenso en esta zafra, respecto a la campaña anterior, se debió principalmente a los efectos del clima en la molida y calidad de la caña, y el tiempo perdido en la industria y la cosecha, precisaron directivos del Grupo Empresarial estatal Azcuba citados por el diario Granma.
El “traspié” azucarero se tradujo en 1,2 millones de toneladas de caña sin procesar. Este incumplimiento en la producción azucarera fue una de las causas del “complejo escenario” que marcó a la economía cubana en el primer semestre de 2016, advirtió el ministro de economía, Marino Murillo.
Una vez más, el factor climático acude como la primera excusa a mencionar, pero la realidad es que en la isla ha llovido siempre o hace poco o ningún frío o a veces deja de llover. Lo que ocurre es que año tras año se vuelve a las mismas explicaciones socorridas. En realidad la lluvia afecta la zafra, solo que en el caso de Cuba la explicación es llover sobre mojado.
El actual plan de reformas económicas en el país señala como objetivos prioritarios de esta industria el incremento sostenido de la producción de caña, el perfeccionamiento de la relación entre el central azucarero y los productores cañeros, y la diversificación.
Azcuba esperaba revertir un largo declive en la producción local desde los 8 millones de toneladas en 1990.
La producción azucarera aumentó en la zafra 2013-2014 en un 4,2%, según el balance oficial final, para alcanzar el mayor crecimiento en los últimos diez años, aunque se incumplió la previsión de 1.8 millones de toneladas. En la zafra 2014-2015 se experimentó un 18% de alza con respecto al pasado año, según cifras del diario Granma.
Sin embargo, esos porcientos de crecimiento intentan atenuar otra realidad: el plan para 2014-2015 se quedó en un 4% por debajo de lo esperado. En la zafra 2013-2014 se incumplió la previsión de 1,8 millones de toneladas.
Ahora la situación es peor, ya que no hay siquiera porcentajes de crecimiento relativo, sino todo lo contrario.
Lo que hay detrás de tantas cifras es un hecho frío y nada edulcorado: el fracaso del presidente Raúl Castro para reactivar la industria azucarera.
En 2011 se tomó “la decisión de extinguir el Ministerio del Azúcar, pues en la actualidad no cumple ninguna función estatal”, de acuerdo a lo publicado entonces por Granma.
Pero el simple cambio de nombre, el abandono de la denominación de ministerio por grupo empresarial, no ha resuelto el problema de una industria que requiere de una fuerte inversión, y donde la mayoría de las fábricas son obsoletas o muestran un agregado disparar de equipos inadecuados.
Ocho de las 59 refinerías azucareras de Cuba fueron construidos en la década de 1970 y 1980. El resto se erigió antes de 1959, por lo que la mayoría requiere de una poderosa inyección de capital para ser rehabilitados.
La única solución para la industria azucarera cubana sería la privatización. Pero el gobierno cubano se empeña en cambiar nombres para resolver los problemas. Solo que la agricultura es terca y no cree en diccionarios.
Esta es mi columna en El Nuevo Herald, que apareció en la edición del lunes 11 de julio de 2016. 

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