En 2011 Raúl Castro decidió suprimir
el Ministerio del Azúcar y crear en su lugar el Grupo Empresarial de la
Agroindustria Azucarera, dentro de su plan para reorganizar un deprimido sector
que en otros tiempos fue el motor de la economía de la isla. Pero ahora hay de
nuevo malas noticias para la industria azucarera cubana.
La producción de azúcar decreció en un 19%
durante la zafra 2015-2016, lo que rompió la tendencia al alza que
experimentaba el sector desde 2010, según fuentes oficiales.
El descenso en esta zafra, respecto a la
campaña anterior, se debió principalmente a los efectos del clima en la molida
y calidad de la caña, y el tiempo perdido en la industria y la cosecha,
precisaron directivos del Grupo Empresarial estatal Azcuba citados por el
diario Granma.
El “traspié” azucarero se tradujo en 1,2
millones de toneladas de caña sin procesar. Este incumplimiento en la
producción azucarera fue una de las causas del “complejo escenario” que marcó a
la economía cubana en el primer semestre de 2016, advirtió el ministro de
economía, Marino Murillo.
Una vez más, el factor climático acude
como la primera excusa a mencionar, pero la realidad es que en la isla ha
llovido siempre o hace poco o ningún frío o a veces deja de llover. Lo que ocurre
es que año tras año se vuelve a las mismas explicaciones socorridas. En
realidad la lluvia afecta la zafra, solo que en el caso de Cuba la explicación
es llover sobre mojado.
El actual plan de reformas económicas en
el país señala como objetivos prioritarios de esta industria el incremento
sostenido de la producción de caña, el perfeccionamiento de la relación entre
el central azucarero y los productores cañeros, y la diversificación.
Azcuba esperaba revertir un largo declive
en la producción local desde los 8 millones de toneladas en 1990.
La producción azucarera aumentó en la
zafra 2013-2014 en un 4,2%, según el balance oficial final, para alcanzar el
mayor crecimiento en los últimos diez años, aunque se incumplió la previsión de
1.8 millones de toneladas. En la zafra 2014-2015 se experimentó un 18% de alza
con respecto al pasado año, según cifras del diario Granma.
Sin embargo, esos porcientos de
crecimiento intentan atenuar otra realidad: el plan para 2014-2015 se quedó en
un 4% por debajo de lo esperado. En la zafra 2013-2014 se incumplió la
previsión de 1,8 millones de toneladas.
Ahora la situación es peor, ya que no hay
siquiera porcentajes de crecimiento relativo, sino todo lo contrario.
Lo que hay detrás de tantas cifras es un
hecho frío y nada edulcorado: el fracaso del presidente Raúl Castro para
reactivar la industria azucarera.
En 2011 se tomó “la decisión de
extinguir el Ministerio del Azúcar, pues en la actualidad no cumple ninguna
función estatal”, de acuerdo a lo publicado entonces por Granma.
Pero el simple cambio de nombre, el
abandono de la denominación de ministerio por grupo empresarial, no ha resuelto
el problema de una industria que requiere de una fuerte inversión, y donde la
mayoría de las fábricas son obsoletas o muestran un agregado disparar de
equipos inadecuados.
Ocho de las 59 refinerías azucareras de
Cuba fueron construidos en la década de 1970 y 1980. El resto se erigió antes
de 1959, por lo que la mayoría requiere de una poderosa inyección de capital
para ser rehabilitados.
La única solución para la industria
azucarera cubana sería la privatización. Pero el gobierno cubano se empeña en
cambiar nombres para resolver los problemas. Solo que la agricultura es terca y
no cree en diccionarios.
Esta es mi columna en El Nuevo Herald, que apareció en la edición del lunes 11 de julio de 2016.
Esta es mi columna en El Nuevo Herald, que apareció en la edición del lunes 11 de julio de 2016.