Un buen momento para volver a ver o leer Primary Colors. Estamos viviendo una
versión aun peor, aunque pese a la exageración actual no debemos olvidar que
mucho de lo viene ocurriendo lleva años incubándose.
Primary
Colors no es una película extraordinaria, y tanto
la novela como la cinta deben mucho a All
the King's Men (también película y novela) que las supera. Algo por otra
parte común en la carrera de Mike Nichols, que hizo filmes entretenidos pero
nunca logró superar a Catch-22, porque The Graduate es sobre todo música a
pesar de Hoffman y Bancroft. Aquí Travolta deja al espectador con la duda de
que su actuación no siempre es buena pero más de una vez convence en su
representación.
Pero el recurrir a la demagogia —y en
general al engaño—, siempre presente en las campañas electorales
estadounidenses ha llegado a un grado tal, que la ruindad de algunos
candidatos, junto a la torpeza electoral y lo dilatado y complejo de la
contienda, hacen que el proceso degenere no solo en asco, sino también en
aburrimiento.
En cualquier caso, en este descenso de la
política estadounidense de los últimos 35 años —salvo el paréntesis de Obama—
hay mucha distancia entre la hipersexualidad de Bill Clinton y las trapacerías
de Donald Trump. Casi para añorar aquellos años en que la trama en la Casa
Blanca en muchos casos tenía más que ver con problemas de alcoba que con planes
para destruir la democracia liberal.
Pese a que el desorden sexual del
protagonista —aspirante a la nominación demócrata y presidente en la escena
final— conduce la trama, esta no se limita a un tema de apariencias,
falsificaciones y engaños al electorado, sino en algunos momentos casi se
podría afirmar que llega a predecir el fracaso demócrata actual, que en buena
medida ha dejado de ser el partido representante de la clase trabajadora. En
este sentido, la película no puede escapar a la geografía y el momento, y gran
parte de dicho abandono demócrata —con un poco de más encandilamiento se podría
hablar de traición— se refleja particularmente en lo que respecta al electorado
de la raza negra, y desarrollo dramático del tema no deja duda en el espectador
de que las promesas no serán cumplidas y las ilusiones no se concretarán.
De aquellos polvos ocultos, estos fangos
por todas partes.