domingo, 30 de junio de 2019

Trump y los intereses individuales desvirtúan el G20


La figura de Donald Trump, que multiplica las reuniones bilaterales, así como los intereses individuales frente a la cooperación internacional, están desvirtuando el G20, un foro fundado en 2008 para aportar una respuesta conjunta a la crisis mundial, informa la AFP.
La reunión anual de las 20 mayores economías del mundo, avanzadas y emergentes, celebrada el viernes y el sábado quedó copada por la esperadísima reunión entre el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping, enfrascados en una guerra comercial.
“Se trata de la segunda cumbre del G20 en la que el principal acontecimiento es una cita que no tiene nada que ver con el G20”, dijo Thomas Bernes, del Centre for International Governance Innovation, un grupo de reflexión canadiense, en referencia a la cumbre de Buenos Aires del año pasado donde Trump también fue la estrella.
En Osaka, los dos días de cumbre estuvieron marcados por una serie de entrevistas cara a cara que dejaron en la sombra las sesiones de trabajo común, mientras que los países de la Unión Europea seguían sus propias negociaciones para renovar los puestos de poder en Bruselas.
Trump solo pareció atender a sus intereses y este sábado, antes de su reunión con Xi Jinping, lanzó en Twitter por sorpresa una invitación al líder norcoreano Kim Jong Un para reunirse con él en la frontera entre las dos Coreas. Más tarde se entrevistó con el príncipe heredero saudita, Mohamed Bin Salmán, un “amigo”.
El viernes, el primer día de la cumbre, la atención estuvo focalizada en las polémicas bromas que Trump intercambió con Vladimir Putin sobre cuestiones sensibles.
En general, el G20, un grupo de países que representan más del 85% del PIB mundial y dos tercios de la población del planeta, tiene dificultades en los últimos años para conseguir un consenso en torno a la defensa de objetivos comunes.
El tradicional comunicado final, hasta ahora un puro trámite, se ha convertido en un rompecabezas desde la llegada de Trump al poder en 2017.
En la primera reunión de este foro, en 2008, los dirigentes de 20 países (Sudáfrica, Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Turquía y la Unión Europea) defendieron el “multilateralismo”, una vaga promesa pero que tenía consenso en ese momento y ahora parece ahora imposible de mantener.
“Los conflictos bilaterales, en particular entre Estados Unidos y China, amenazan con erosionar de manera sensible el sistema de comercio mundial fundado en reglas y construido durante varias décadas”, afirma Adam Slater, un analista de Oxford Economics.
Otra de las grandes crisis del planeta, el cambio climático, no consigue hallar consenso dentro del G20.
“El Acuerdo de París [contra el cambio climático] marcó un hito pero el paisaje de la política mundial cambió de manera espectacular, en particular desde el principio de la presidencia Trump”, comentó Takehiko Yamamoto, profesor honorífico en la Universidad Waseda de Tokio.
Los miembros del G20 concluyeron el sábado en Osaka un acuerdo sobre el clima, exceptuando Estados Unidos, como en las dos últimas cumbres.
“Las consecuencias lamentables sobre el cambio climático subrayan los límites del G20, están en el mismo barco pero con intereses diferentes”, afirma Yamamoto.
“Los japoneses, a causa de sus propias preocupaciones con Estados Unidos y Corea del Norte, no quisieron contrariar a los estadounidenses. Se vio en el comercio y el clima”, apunta Bernes, explicando que la situación fue similar en Argentina y podría repetirse en la cumbre del año que viene, en Arabia Saudita.
“Estoy seguro de que adoptarán la misma posición, que consiste en no poner a Trump en una situación difícil. Lo que significa que el resto del G20 se quedará en la estacada”, afirma, pidiendo “explorar nuevos modelos de cooperación, plurilaterales o regionales”.

viernes, 28 de junio de 2019

Los demócratas y la lucha contra los fantasmas de Clinton y Obama


El choque entre la congresista Kamala Harris y el exvicepresidente Joe Biden ilustra no solo algunos de los temas que resultarán esenciales durante toda la campaña, sino lo que es más importante: el enfoque y las posibles soluciones que dicen representar cada uno de los candidatos.
El punto de fricción tiene que ver con el llamado “busing”, la política de trasladar alumnos de enseñanza primaria, en ómnibus escolares públicos, para que estudiaran en escuelas fuera de sus zonas residenciales. El objetivo era buscar una mayor diversidad en las aulas, poner fin a la situación de gueto y también brindar la posibilidad de que aquellos niños que vivían en zonas más desfavorecidas se beneficiaran de mejores instalaciones y profesores. En general se pretendió extender los horizontes de todos, tanto los de unos barrios como los de otros.
La senadora Harris reconoció ayer jueves que ella fue una de las niñas que utilizaron esos autobuses como parte del programa de integración de las escuelas públicas en  Berkeley, California. También sentirse “dolida” por los comentarios que Biden hizo a principios de mes, en los que el exvicepresidente se refirió a su labor conjunta con el senador por Mississippi James Eastland, un segregacionista, durante su época en el Senado. No solo Harris sino otros contendientes y políticos demócratas piensan que Biden debe pedir disculpas por ello, a lo que él se ha negado.
El exvicepresidente dice que nunca se opuso al “busing”, siempre que fuera una participación voluntaria y nunca una norma impuesta por la secretaría de Educación, ha defendido su historial a favor de los derechos civiles y su apoyo a las medidas federales para combatir las causas de la segregación en escuelas y comunidades, así como ha insistido en estar a favor de utilizar la autoridad federal para imponerse sobre medidas estatales favorables a la segregación.
Harris y Biden comparten características de entorno familiar —clase media, profesionales, ejecutivos, más de un vaivén económico en el caso de Biden— aunque no proceden de familias ricas. No son miembros de los sectores más acaudalados. Sus puntos de vista difieren no por razones de clase económica o política, sino por visiones diferentes, condicionadas en buena medida por edad, circunstancia y hasta estados de procedencia. 
Hay en todo esto mucho de diferencia de opiniones y métodos, pero más aún de competencia electoral. Aunque sobre todo hay un aspecto de percepción y actitud que vale la pena destacar.
Si llegara a la presidencia Kamala Harris —de madre inmigrante de India y padre procedente de Jamaica, ambos profesionales— podría considerarse hasta cierto como la continuación de la vía de la diversidad en la Casa Blanca iniciada por Obama. Biden, por su parte, sería el triunfo del político estilo los Clinton (señalo en un sentido general, no hago comparaciones). Por supuesto que de momento es imposible predecir si el electorado estadounidense en general, no solo el núcleo duro del Partido Demócrata, este de nuevo dispuesto a retomar un camino de transformación nacional, o si prefiere el statu quoo continuar con el retroceso.
Las dos últimas alternativas se refieren a Donald Trump, pero también a Hilary Clinton, e incluso —¿por qué no?— a Barack Obama. Comienza a decantarse una línea divisoria entre los contendientes a la candidatura demócrata que se define por el avance o el retroceso; no solo por ideas o proyectos más a la izquierda o una búsqueda del votante del centro. Irremediablemente esta línea guarda relación con la edad de quienes se disputan los votos y coloca a Bernie Sanders en una posición singular y también incómoda: ver como algunas de sus propuestas, mantenidas desde la elección anterior, reaparecen ahora en boca de sus rivales. Pero esta vía de avance debe ser también —y sobre todo— un proyecto que termine de enterrar la época de Obama. Sin despreciar su labor, la posibilidad de retomar la senda de transformación que pareció iba a desarrollarse tras el funesto paso de George W. Bush por Washington, y que en buena medida se frustró. Que renazca la esperanza de un cambio no es mirar atrás, no es caer en la nostalgia ni perderse en el rencor.

Trump rebaja el tono en el inicio del G20


Donald Trump rebajó este viernes el tono de las críticas a sus socios en el arranque de la cumbre del G20 en Osaka, donde tiene previsto reunirse con su homólogo Xi Jinping para intentar frenar la guerra comercial entre ambas potencias, informa la AFP.
Tras sus críticas a la política comercial de China e India o a Alemania, país al que acusó de estar “en mora” por no contribuir lo suficiente al presupuesto de la OTAN, el presidente de Estados Unidos hizo uno de sus habituales cambios de tono en sus primeras reuniones bilaterales en Osaka.
“Es una persona fantástica, una mujer fantástica y estoy contento de tenerla como amiga”, afirmó en una reunión bilateral con la canciller Angela Merkel, que por otra parte no quiso hablar de sus recientes temblores en público que despiertan dudas sobre su estado de salud.
Sobre la crisis en Irán, Trump, que apenas hace unos días dijo que en caso de guerra “duraría poco”, aseguró este viernes en cambio que “no hay prisa” en resolver el conflicto.
“Tenemos mucho tiempo. No hay prisa, pueden tomarse su tiempo”, aseguró Trump, una cuestión que abordó también con Vladimir Putin en otra de sus reuniones bilaterales de la jornada, en la que no dudó en elogiar sus “muy buenas relaciones” con el presidente ruso e incluso se permitió bromear con él sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones de 2016 que le llevaron al poder.
Los líderes de las 20 grandes potencias económicas del planeta, un foro que incluye a tres países latinoamericanos (México, Brasil y Argentina), están en Osaka, la segunda ciudad de Japón, para la reunión anual de este grupo que representan el 85% del PIB del planeta.
Un encuentro que su anfitrión, el primer ministro japonés Shinzo Abe, dijo que desea que termine logrando una “bonita armonía”.
En lo económico, la mirada estará puesta en la reunión del sábado entre Trump y Xi, en la que los líderes de la primera y segunda economías mundiales deberían abordar la guerra comercial que, según economistas e instituciones internacionales, puede tener un impacto negativo para el crecimiento global.
Ebrahim Rahbari, un analista de CitiFX, apunta a que existe un 60% de probabilidades de “un acuerdo [EEUU-China] para retomar las negociaciones”. El Wall Street Journalaseguró por su parte que China pone como condición antes de sentarse a la mesa que Estados Unidos levante las sanciones contra el gigante tecnológico Huawei.
El duelo entre Estados Unidos y China podría eclipsar la agenda oficial del foro, en particular la cuestión climática, con posiciones enfrentadas entre Washington, reacio a incluirla en la declaración final, al igual que sus socios.
La jornada también fue muy intensa para el presidente brasileño Jair Bolsonaro, que se reunió con Donald Trump y declaró ser su “admirador”. Ambos demostraron muy buena sintonía y el estadounidense no dudó en calificarle de “hombre especial” y “muy querido por el pueblo brasileño”.
Bolsonaro también tuvo un encuentro informal con el presidente Emmanuel Macron, que pocas horas antes le había criticado por su política medioambiental y por su presunta intención, que Bolsonaro niega, de abandonar el acuerdo de París sobre el clima, una de las cuestiones candentes de la cumbre.
Pero el encuentro fue finalmente “amistoso”, según un portavoz brasileño, y ambos abordaron también el ambicioso tratado de libre comercio entre la Unión Europea y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay) que, tras años en proyecto, está viviendo la fase final de negociaciones intensas en Bruselas.
Por su parte el presidente argentino, Mauricio Macri, se reunió con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, que reiteró “el apoyo del Fondo al programa de estabilización económica”. También tuvo encuentros con el presidente de Chile, Sebastián Piñera, y el español Pedro Sánchez, entre otros.
La agenda del G20 también incluye una reunión el sábado del Grupo de Lima para abordar la situación en Venezuela. México, miembro del G20, acudió por su parte a la cumbre sin su presidente, Andrés Manuel López Obrador, y está representado por el canciller Marcelo Ebrard.

Dos debates, algunas definiciones; pero sobre todo una duda


La buena noticia para los demócratas. Dos días de debates han demostrado que el partido cuenta con una serie de sólidos aspirantes a la candidatura, con definiciones, conceptos y enfoques que permitirían mejorar la situación económica y social de los estadounidenses. No son improvisados, no se trata de burdos demagogos. Son políticos que merecen todo el respecto y considerar con seriedad sus propuestas, con independencia que uno pueda coincidir o no con ellas.
La mala noticia es que estos dos días no lograron definir a las claras, ni siquiera con cierta aproximación, cuál de ellos es el mejor dotado para enfrentar a Donald Trump en una batalla donde las buenas intenciones, los proyectos y las certidumbres serán cuestionados en todo momento y en que factores emocionales, o simplemente el acomodamiento, como el temor a lo desconocido, los estereotipos y los prejuicios pueden jugarle una mala pasada a los demócratas.
Quizá lo que más claro quedó fue una derrota del tradicionalismo —Joe Biden es quien salió peor parado no solo ayer sino en un análisis total— y un cuestionamiento de  la retórica progre sin fundamento —Bernie Sanders otro perdedor— para dejar bien claro que si quieren ganar, los demócratas tienen que decir adiós a la añoranza por Barack Obama. 
A groso modo esto dejaría tres ganadores en los dos días, que serían en orden de importancia, Kamala Harris, Elizabeth Warren y Pete Buttigieg, pero esta selección es tan efímera como tonta a tantos meses por delante de la votación.
La tendencia histórica en las campañas de primarias electorales en Estados Unidos era la agudización de los temas, el énfasis en los objetivos más partidistas y la exaltación dirigida a los votantes más fieles —tanto demócratas como republicanas—, que son quienes eligen a los candidatos. Luego el proceso —al entrar en la fase definitiva— iniciaba un rumbo en donde se ampliaba el horizonte para ganar a los votantes centristas e indecisos. Trump rompió esas reglas y mantuvo igual retórica militantes de principio a fin. Y ganó.
Queda por ver si tal estrategia puede repetirse ahora con iguales resultados, pero todo indica que el proceso que está iniciándose ahora se caracterizará por la polarización ideológica y la batalla en los extremos.
Los debates mostraron una clara tendencia más a la izquierda dentro del Partido Demócrata. Si dicha tendencia llevará al triunfo, si las encuestas entre todo el potencial de electores lleven en los próximos meses a la necesidad de enfoque más al centro (como han venido demostrando los sondeos que muestran a Biden como favorito) está por verse.
Lo bueno de los debates es que ayudan a conocer a los aspirantes y candidatos, brindan cobertura y despejan dudas, aunque también crean impresiones momentáneas que luego se disipan. Para ello existen. Figuras como Buttigieg eran hasta ayer poco conocidas. Hoy no lo son. Falta por ver si los electores —que de momentos se limitan a encuestados— prefieren la añoranza o el cambio. Entre estos dos puntos se sitúa de momento la elección entre los demócratas.

jueves, 27 de junio de 2019

Hablar o no español y el afán por los votos


El temor y la incertidumbre, ante unas próximas elecciones que se espera resulten muy reñidas, despierta todo tipo de iniciativas. Una muy temprana es la conquista del voto de los hispanos, latinos, o como quiera llamársenos a los estadounidenses que tenemos al español como primer idioma.
No es un fenómeno nuevo. Desde hace ya décadas analistas, demógrafos y encuestadores vienen señalando la importancia de una minoría en ascenso, al menos numéricamente. Lo curioso es este énfasis tras la elección de 2016, cuando se demostró que el “voto hispano o latino” no jugó el papel trascendente que se espera desempeñara.
Ya antes de la derrota de Mitt Romney el Partido Republicano había señalado la necesidad de “acercarse” a los latinos. Durante los debates de la última elección primaria republicana algunos aspirantes a la candidatura del partido usaron el español, lanzaron anuncios en ese idioma y destacaron sus raíces o sus familiares con tal origen. Pero el elegido fue quien precisamente no solo había omitido cualquier referencia al respecto —y en figura, personalidad, lenguaje y actitud ejemplificaba todo lo contrario— sino dirigido su campaña electoral hacia el apoyo del sector demográfico mayoritario que en muchos casos rechazaba, e incluso era hostil, a una visión de Estados Unidos que no se limitara a un país de blancos y para blancos, en el sentido de considerar la “blancura” dentro de parámetros muy específicos. Para Donald Trump, los latinos no eran necesarios para ganar una elección, bastaba con los blancos. Y ganó.
Panorama y objetivos han cambiado incluso para Trump, con una coalición “Latinos for Trump” lanzada por el propio vicepresidente Pence, que al parecer ha decidido incluir a estos en sus rezos.
Y así tenemos que desde el despegue el voto latino parece contar y el español entra en la contienda. Para ello, nada más fácil que el aspirante a llegar a la Casa Blanca hable el idioma, o se atreva con algunas palabras —“pollo” dijo Kamala Harris al hablar de sus gustos culinarios en una parada en el set del programa Despierta Américade Univisión— y algunos lo hacen bien. 
Sin embargo, la pregunta clave es no solo la importancia del gesto, desde el punto de vista de ganar votos, sino la trascendencia del hecho, más allá de su valor cultural y de comprensión de la diversidad.
El primer debate de los aspirantes a la candidatura demócrata tuvo como nota singular que algunos de ellos se expresaran en español en determinado momento. Tal esfuerzo refleja, al menos, resultados mixtos según una encuesta.
Una encuesta realizada antes de los debates presidenciales demócratas de esta semana encontró que el 42% de los adultos estadounidenses cree que hablar en español durante un debate presidencial televisado es más “alcahueteo” que algo “respetuoso”, según The Hill.
La encuesta de YouGov realizada entre el 21 y el 24 de junio encontró que el 31% de los adultos estadounidenses dijo que hablar en español durante los debates es respetuoso, mientras que el 27% no expresó criterio alguno.
Una pluralidad de demócratas, el 46%, dijo que creía, sin embargo, que hablar en español durante un debate era respetuoso, en comparación con el 32%, que opinó que con ello se trata de complacer a un sector poblacional. El 37% de los adultos hispanos dijo que hablar en español durante un debate era respetuoso, en comparación con el 27% que dijo que lo que se trataba era de complacer a un grupo.
Durante el debate presidencial demócrata del miércoles por la noche, tanto el exrepresentante Beto O'Rourke (Texas) como el senador Cory Booker (New Jersey) hablaron en español y el exsecretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, Julián Castro, también usó algunas palabras en español.
La mayoría de los encuestados, el 56%, dijo que, en general, era algo o muy positivo que un candidato presidencial fuera fluido en un segundo idioma que no fuera el inglés.
Los investigadores realizaron una encuesta en línea a 1.258 adultos estadounidenses, entre ellos 462 demócratas, 305 republicanos y 330 independientes.
La respuesta rápida es decir que el conocimiento de español puede ayudar, pero no decide. No solo por la elemental aritmética de que la mayoría de la población estadounidense habla inglés, sino porque tal recurso encierra el peligro de ofrecer una imagen de buscar la complacencia por la vía fácil.

Tillerson dice que Kushner era un entrometido que lo dejaba fuera en asuntos de política exterior


El exsecretario de Estado, Rex Tillerson, dijo al Congreso que a menudo “se quedaba a ciegas” debido a las intromisiones en política exterior de Jared Kushner, ya que el yerno del presidente Trump trabajaba de manera independiente, según una transcripción del testimonio publicado el jueves, informa el Wall Street Journal.
Tillerson, en su testimonio ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes el 21 de mayo, describió varias ocasiones en las que se sintió sorprendido por las negociaciones de Kushner o desconociendo las reuniones que estaba realizando con los líderes mundiales.
En una ocasión, el exasesor de Trump Steve Bannon, Kushner y los líderes de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos tuvieron una cena privada a la que Tillerson no fue invitado ni informado, según su testimonio.
“Me enojé”, dijo Tillerson a la comisión de la Cámara de Representantes cuando se le preguntó sobre esa cena. “No tuve nada que decir. Las opiniones del Departamento de Estado nunca fueron expresadas”.
La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
En su testimonio, Tillerson también dijo que se enteró de que Kushner se estaba reuniendo con el Secretario de Relaciones Exteriores de México solo por casualidad, ya que llegó al mismo restaurante de Washington donde el yerno de Trump estaba celebrando su reunión. A su llegada, el propietario del restaurante le informó que el funcionario de México estaba en la parte de atrás “en caso de que quiera pasar a saludarlo”, recordó Tillerson que le dijo el dueño.
“Y así lo hice. Volví caminando”, dijo Tillerson. “Y Kushner, y no recuerdo quién más estaba en la mesa, y el secretario de asuntos exteriores estaba cenando en la mesa. Y pude ver el color de la cara del secretario de Relaciones Exteriores de México cuando yo ... sonreí mucho y dije: ‘Bienvenido a Washington’. Y le dije: ‘No quiero interrumpir lo que están haciendo’, le dije. ‘Llámame la próxima vez que vengas a la ciudad’. Y lo dejé así”.
Durante su mandato como secretario de Estado, Tillerson a menudo aparecía fuera de sintonía con el presidente Donald Trump y carecía del apoyo del personal de carrera en su Departamento. Él y Trump intercambiaron pullas en diciembre de 2018. Tillerson llamó indisciplinado al presidente, y este respondió que su exsecretario de Estado era “tonto como una roca” y perezoso.

miércoles, 26 de junio de 2019

Foto de migrantes ahogados muestra la incapacidad de abordar la desesperación


Una foto de un hombre y su hija pequeña ahogados en la frontera entre Estados Unidos y México simboliza el fracaso en el manejo de su desesperación, dijo el miércoles la Agencia de la ONU para los Refugiados, informa la agencia Reuters.
“ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, está profundamente conmocionada al ver la desgarradora foto de los cuerpos ahogados de Oscar Alberto Martínez Ramírez y su hija Valeria, de 23 meses de edad, naturales de El Salvador, arrastrados a las orillas del Río Grande”, dijo en un comunicado.
La foto, ampliamente difundida en redes sociales, muestra a ambos boca abajo sobre unos juncos junto a la orilla del río. Aparentemente, él había colocado su camiseta sobre ella para formar un portabebés improvisado, con sus cabezas encajadas una sobre la otra. Los pantalones cortos rojos de Valeria están abultados por el pañal lleno de agua.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, dijo que habían arriesgado sus vidas porque no pudieron obtener la protección que les correspondía en virtud del derecho internacional.
“Las muertes de Oscar y Valeria representan un fracaso a la hora de abordar la violencia y la desesperación que empujan a las personas a emprender viajes tan peligrosos ante las perspectiva de una vida segura y digna”, dijo en la declaración.
ACNUR lo comparó con la icónica fotografía de un pequeño refugiado sirio, Alan Kurdi, que apareció ahogado en las orillas del Mediterráneo en 2015.

¿Y si Trump no acepta la derrota en 2020?


Todas las situaciones parecen inverosímiles, pero los comentarios del presidente hacen que las personas conversen en los pasillos del Congreso y en todos los suburbios que rodean la capital, señala un artículo de Natasha Bertrand y Darren Samuelsohn publicado en Político.
En 2016 Donald Trump no definió claramente si aceptaría los resultados de la elección si perdía.
Desde entonces, el mandatario estadounidense ha bromeado repetidamente acerca de permanecer en el cargo más allá de los dos términos que permite la Constitución. 
Jerry Falwell Jr., el defensor evangélico más prominente de Trump, ha sugerido que el presidente debería sumar dos años a su primer mandato como “compensación” por la investigación de Robert Mueller.
El propio exabogado del presidente, Michael Cohen, advirtió que “nunca habrá una transición pacífica del poder” en caso de que Trump fracase en su candidatura a la reelección.
Todos los escenarios parecen inverosímiles.
 “Es casi una pregunta para películas de ciencia ficción”, dijo un exalto funcionario del Servicio Secreto, pero los rumores y comentarios constantes continúan.
Y un escenario en particular tiene a los demócratas nerviosos: Trump, amante de las demandas judiciales, impugna los resultados de las elecciones en los tribunales. Incluso la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, le ha dicho a su partido que se prepare para la posibilidad de que Trump impugne los resultados de 2020. Los comentarios de Pelosi asintieron ante la sospecha demócrata de que Trump luchará. Ella argumentó que los demócratas deben ganar por un margen tan “grande” que Trump no pueda desafiar los resultados.
Los expertos constitucionales y los principales legisladores republicanos descartan los temores como tonterías, y señalan que hay demasiadas fuerzas que trabajan contra un presidente en funciones simplemente aferrándose al poder, incluida la historia, la ley y la presión política.
“Esa es la menor preocupación que la gente debería tener. De todas las cosas tontas que se están diciendo, esa puede ser la más tonta”, dijo el senador del Partido Republicano de Missouri, Roy Blunt, quien presidió la ceremonia de inauguración de 2016 y espera volver a hacerlo en 2020. “En lo único en lo que somos realmente buenos es en la transición del poder”.
El experto en derecho constitucional, Jonathan Turley, dijo que un mandatario titular persistente simplemente se volvería irrelevante una vez que el nuevo y debidamente elegido presidente tomara posesión. En ese momento, el presidente derrotado no es más que un invitado, “si no un intruso” en la Casa Blanca, señaló el profesor de la Universidad George Washington.
“El sistema haría un trabajo rápido en cualquier presidente que intentara negar los resultados de la elección”, añadió.
Pero una batalla judicial sobre una elección presidencial no tiene precedentes. Y Trump ha demostrado estar dispuesto a atar sus disputas en un litigio sinuoso.
El Comité Nacional Demócrata y la campaña de Trump estuvieron en los tribunales hasta el día de las elecciones el 2016, batallando en querellas judiciales por cargos de intimidación de votantes y acceso a la boleta electoral.
Aun así, cuestionar los resultados de la elección en más de un estado sería “una empresa masiva”, dijo Bradley Shrager, un abogado especializado en litigios electorales que ha trabajado en varias campañas demócratas. Añadió que “dados los plazos para lanzar recuentos e impugnar resultados electorales, tendrías que estar preparándote con meses de anticipación para poder hacerlo”.
También hay plazos para presentar un recuento oficial de votos electorales, dijo Shrager, por lo que una batalla legal no se prolongaría indefinidamente.
Los temores, dicen los demócratas, se alimentan de la actitud arrogante de Trump hacia la duración del mandato presidencial.
El presidente continúa hablando sobre la posibilidad de que pueda cumplir el período establecido por la Constitución.
En Twitter, durante el fin de semana pasado, Trump reflexionó: “¿Crees que la gente me exigirá que me quede más tiempo?”. La línea reflejaba el lenguaje que usó en un mitin en Pennsylvania el mes pasado, donde habló de vivir en la Casa Blanca durante 20 años.
“Competimos una vez y somos 1 y 0. Pero fue para la gran ocasión. Ahora vamos a tener una segunda oportunidad. Y vamos a tener otro 1. Y luego los volveremos locos”, dijo Trump. “Y tal vez si realmente nos gusta mucho —y si las cosas siguen como están yendo— vamos y hacemos lo que tenemos que hacer. Haremos un tres y un cuatro y un cinco".
Trump también promovió lo escrito por Falwell Jr. en mayo, de que el presidente debería recibir dos años adicionales, “como una compensación para la recuperación del tiempo robado por ese fracasado golpe de estado corrupto”, con un retweetdel mensaje del presidente de la Liberty University.
El presidente ha jugado casualmente durante mucho tiempo con la idea de que podría permanecer en el cargo más allá del máximo establecido por la Constitución.
En marzo de 2018, Trump elogió al gobernante Partido Comunista de China por abolir los límites del mandato presidencial. Luego, un mes más tarde, reflexionó públicamente sobre por qué no podía estar en el cargo durante 16 años, una referencia aparente al presidente Franklin Delano Roosevelt, quien murió durante su cuarto mandato. 
La 22ª Enmienda, ratificada unos años después de la muerte de Roosevelt, prohibió a los futuros presidentes servir en más de dos mandatos elegidos consecutivos.
Ante cuestiones similares, antes de las elecciones de 2016, sobre la posibilidad para el presidente Barack Obama de aferrarse al poder durante más de dos mandatos, el expresidente demócrata señaló:
“No quería reírme porque estos eran mis electores. Pero les expliqué que no hay posibilidad de que eso suceda”, señaló Obama.
Sin embargo, a diferencia de Obama, Trump ha avivado los temores y las preocupaciones con su retórica. El podía hacer desaparecer todas esas inquietudes si quisiera, señaló John Q. Barrett, profesor de derecho de la Universidad de St. John.
Mucho es lo que está en juego para Trump en 2020. Si es derrotado en las urnas, el presidente perderá su inmunidad ante un procesamiento penal desde el momento en que su sucesor tome juramento en la Casa Blanca. Y varios aspirantes a la presidencia demócrata han sugerido que en gobiernos a su cargo el Departamento de Justicia no tendría otra opción que presentar cargos contra Trump por obstruir la justicia, utilizando la evidencia en el informe final del fiscal especial Robert Mueller. Por su parte, los fiscales federales en Nueva York también han estado revisando posibles violaciones a la financiación de campañas.

martes, 25 de junio de 2019

Trump amenaza con «borrar» partes de Irán


Trump vuelve a las andadas, al lenguajes de “furia y fuego”. El presidente estadounidense amenazó el martes con “borrar” partes de Irán si la república islámica ataca a “cualquier estadounidense”, mientras que Teherán dijo que recientes sanciones cerraron la vía diplomática entre los dos países, informa la agencia Reuters.
“Cualquier ataque de Irán sobre cualquier estadounidense se encontrará con una gran y abrumadora fuerza”, tuiteó Donald Trump pocos días después de haber estado a minutos de una ofensiva contra objetivos iraníes. “En algunas áreas, abrumadora significará borrarlas”, agregó.
Trump firmó el lunes un decreto que impone sanciones al líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei y otras autoridades. Se esperan más medidas punitivas contra el ministro de Relaciones Exteriores, Mohmmad Javad Zarif, durante la semana.
“La imposición de sanciones inútiles al líder supremo de Irán y al comandante de la diplomacia iraní es el cierre permanente del camino de la diplomacia”, dijo en Twitter el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Abbas Mousavi.
“La desesperación del gobierno de Trump está destruyendo los mecanismos internacionales establecidos para mantener la paz y la seguridad mundiales”, agregó.
Las medidas se anunciaron después de que Teherán derribara un dron estadounidense la semana pasada y Trump suspendiera un ataque aéreo de represalia minutos antes de que ocurriera, en el que habría sido el primer bombardeo estadounidense contra Irán en décadas de relaciones hostiles entre ambos.
En un discurso televisado el martes, el presidente Hassan Rouhani dijo que las sanciones contra Jamenei no tendrán un impacto práctico, porque no tiene bienes en el extranjero.
Rouhani, un pragmático que ganó dos elecciones con la promesa de abrir Irán al mundo, describió las decisiones de Washington como desesperadas y calificó a la Casa Blanca como “mentalmente retrasada”, un insulto usado en el pasado por funcionarios iraníes para referirse a Trump, pero un quiebre en el tono mesurado que suele utilizar Rouhani.
“Las acciones de la Casa Blanca significan que está mentalmente retrasada”, indicó Rouhani. “La paciencia estratégica de Teherán no significa que tengamos miedo”.

lunes, 24 de junio de 2019

Flotilla naval rusa llega a Cuba en medio de tensiones con EEUU


Un destacamento naval ruso, encabezado por la fragata Almirante Gorshkov, llegó a La Habana en momentos de alta tensión de la isla y Rusia con Estados Unidos.
La flotilla, que arribó al Puerto de La Habana encabezado por la fragata Almirante Gorshkov, está integrada además por el buque logístico Elbrus y el remolcador de rescate Nikolai Chiker, constató la agencia francesa de noticias AFP.
Al entrar al canal de la Bahía de La Habana, la fragata Almirante Groshkov, que pertenece a la más nueva generación de barcos de guerra rusos, disparó salvas de bienvenida, que fueron respondidas desde la fortaleza colonial de San Carlos de la Cabaña.
“Rusia envía su más avanzado buque de guerra a la puerta de Estados Unidos”, titula el portal de análisis militar Military Watch Magazine, que se hizo eco de la noticia, 
Según un escueto comunicado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), que no incluyó el motivo de la visita, los guardiamarinas rusos visitarán la Marina de Guerra cubana, y “recorrerán lugares de interés histórico cultural”.
La fragata, de 135 metros de largo y 15 de ancho, atracó en la terminal de cruceros del puerto de La Habana, que despidió hace 10 días al último crucero de Estados Unidos, tras las nuevas restricciones contra la isla anunciadas por el gobierno de Donald Trump.
Estados Unidos, que aplica desde 1962 un embargo económico contra Cuba que en la isla denominan “bloqueo”, ha endurecido sus sanciones contra este país caribeño desde la llegada al poder de Trump en 2017, borrando el acercamiento que propició su antecesor, Barack Obama.
Dando continuidad a una serie de medidas como la prohibición de viajes de cruceros, la limitación de las remesas familiares y la activación del Título III de la ley Helm-Burton, Washington añadió a Cuba el pasado jueves a su lista negra de tráfico de personas.
El acercamiento entre Cuba y Rusia, antiguos aliados de la Guerra Fría, no es nuevo, pero se consolida al ritmo de las sanciones que Washington aplica contra la isla, acusada de apoyar militarmente al gobierno venezolano de Nicolás Maduro, otro aliado de Moscú. Según medios rusos, el destacamento naval también tiene previsto visitar Venezuela.
¿Otra crisis de los misiles?
La visita militar rusa a La Habana coincide, además, con la advertencia de un viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, en la que se dirige a Estados Unidos y menciona a La Habana. Según Ryabkov, el despliegue, en Estados Unidos, de sistemas de misiles terrestres cerca de las fronteras con Rusia podría llevar a un enfrentamiento comparable a la Crisis de los Misiles cubanos de 1962.
La crisis de los misiles cubanos estalló en 1962 cuando la Unión Soviética respondió a un despliegue de misiles de Estados Unidos en Turquía enviando misiles balísticos a Cuba, lo que provocó un enfrentamiento que llevó al mundo al borde de la guerra nuclear.
La crisis se desactivó cuando los barcos soviéticos que se dirigían a Cuba se volvieron a enfrentar a un bloqueo naval de Estados Unidos. Finalmente, la Unión Soviética acordó retirar sus misiles de Cuba; a cambio, Estados Unidos prometió no invadir Cuba y, en secreto, dijo que retiraría los misiles de EEUU de Turquía.
Rusia ha sido ferozmente crítica con los planes de Estados Unidos para desplegar sistemas de misiles en Europa oriental y con la retirada de Washington del tratado de control de armas de la INF. “Si las cosas llegan tan lejos como un despliegue real en el terreno de este tipo de sistemas, entonces la situación no se complicará más, se escalará hasta el límite”, dijo Ryabkov a la agencia de noticias RIA.
“Podríamos encontrarnos en una situación en la que tengamos una crisis de cohetes cerca no solo de la crisis de la década de 1980 sino también de la crisis del Caribe”, dijo Ryabkov, utilizando el término ruso estándar para la crisis de los misiles cubanos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, hizo comentarios similares en febrero, cuando advirtió que Moscú igualaría cualquier movimiento de Estados Unidos para desplegar nuevos misiles nucleares más cerca de Rusia al colocar sus propios misiles más cerca de los Estados Unidos, desplegando misiles más rápidos o ambos.
A principios de ese mes, Estados Unidos dijo que se retiraría del tratado de fuerzas nucleares de alcance medio con Rusia en seis meses, a menos que Moscú pusiera fin a las violaciones del pacto de control de armas de 1987. Rusia niega cualquier violación.

Dudas sobre el fin de la crisis en el sector del azúcar


Hundido en una crisis histórica, con los precios por los suelos, el sector del azúcar prevé una mejora para finales de 2019, pero el alcance de la recuperación divide a los actores azucareros, informa la AFP.
Si el final de los cupos europeos del azúcar en octubre de 2017, y el consecuente aumento de la producción, hicieron que el mercado europeo fuera excedentario, los expertos destacan que dos grandes productores han disparado la cantidad de mercancías disponibles en el mercado mundial desde 2017/18, y han hecho caer los precios.
Primero, India, que producía entre 22 y 28 millones de toneladas (Mt), y produce “en los últimos años 32, 33 Mt”, explica Xavier Astolfi, director general adjunto del grupo adjunto de Cristal Union, segundo grupo azucarero francés.
India, que se ha convertido en el primer productor mundial, por delante de Brasil, impulsó esta progresión desde el gobierno, con un “programa de desarrollo agrícola muy fuerte, del que forma parte la caña de azúcar”, para “estabilizar las poblaciones rurales”, y evitar que emigren a las megalópolis indias.
Y también Tailandia, que pasó de producir 5 Mt a casi 15, en 20 años.
“Tailandia ha puesto en marcha todo un sistema que ha permitido desarrollar la industria azucarera, a golpe de ayudas para la inversión, de permisos para construir adaptados, subvenciones directas”, según Astolfi.
¿El objetivo? Convertirse en proveedor de azúcar de toda la región, con China en el norte, e Indonesia y Malasia en el sur.
A nivel europeo, el mercado del precio corriente (al contado) “se cotiza en bolsa a 400 euros por tonelada, lo que es un aumento de 35% respecto al nivel del año pasado en la misma fecha", reflejo de una recuperación, según Alexis Duval, presidente del directorio de Tereos, primera empresa azucarera francesa.
Además, en el sector, prevén el regreso a una producción deficitaria respecto al consumo mundial. El gabinete Agritel establece un déficit de 3 a 4 Mt.
“Pero no hay que perder de vista que las disponibilidades siguen siendo importantes”, destaca François Thaury, analista en Agritel, que recuerda que las reservas están a niveles “históricos”.
Teniendo en cuenta estas incertidumbres, muchas plantas industriales están amenazadas en Europa, entre ellas varias fábricas en Francia y Alemania.
La Unión Europea podría ver aumentar ligeramente su producción, debido a los mejores rendimientos que compensan una reducción de las superficies, pero "se prevé que Brasil, que ya disminuyó mucho su producción el año pasado para hacer mucho más etanol y menos azúcar (...) va a mantener esta producción a un nivel bastante cercano", explica François Thaury.
India "tendría en toda lógica que bajar su producción, porque hubo un monzón el año pasado que no fue muy bueno en una gran región de producción", en el Estado de Maharashtra. Tailandia también debería reducir su producción, según Thaury.
Para el jefe de Tereos, Alexis Duval, la recuperación es inevitable: "la verdadera pregunta es a partir de qué momentos estos fundamentos se reflejan en los precios".
Pero el volumen de reservas acumuladas en estos últimos años es tal que "incluso si se vuelve al déficit, es poco probable que veamos los precios subir de forma extremadamente violenta", estima Thaury.

«¡Cóbrennos más impuestos!», piden multimillonarios de EEUU


“¡Cóbrennos más impuestos!”: este es el mensaje de un pequeño grupo de multimillonarios estadounidenses, entre los cuales figuran el empresario George Soros, el cofundador de Facebook Chris Hughes y los herederos de los imperios Hyatt y Disney a los candidatos presidenciales a la Casa Blanca en 2020, informa la AFP.
En una carta publicada el lunes en internet, este club de estadounidenses hiper ricos otorga su apoyo a la idea de un impuesto a las grandes fortunas.
“Escribimos a todos los candidatos a la presidencia, sean republicanos o demócratas, para que apoyen un impuesto moderado a las fortunas del 1/10 más rico del 1% de los estadounidenses, nosotros”, afirman.
La riqueza de este 0,1% de la población es casi igual que la del 90% de la población estadounidense.
“El próximo dólar de nuevos ingresos impositivos debe provenir de los más adinerados, no de los estadounidenses de medianos o bajos ingresos”, afirman los 18 firmantes, que pertenecen a 11 familias.
Varios candidatos a las primarias demócratas, entre ellos Pete Buttigieg, el alcalde de South Bend, Indiana, o el texano Beto O'Rourke, exmiembro de la Cámara de Representantes, ya han expresado su apoyo a esta medida.
Pero la carta destaca la propuesta específica de la senadora demócrata y presidenciable Elizabeth Warren, senadora por Massachusetts, que prevé tasar los hogares que tengan más de 50 millones de dólares de activos, unas 75.000 familias. Esta medida podría, según estimaciones, generar 2.750 millardos en 10 años.
“Estados Unidos tiene la responsabilidad moral, ética y económica de tasar más fuertemente nuestra fortuna”, escriben los firmantes.
El dinero recuperado gracias a este impuesto adicional podría “ayudar a enfrentar la crisis climática, mejorar la economía, mejorar el sistema de salud, crear más igualdad en nuestras oportunidades, y a reforzar nuestras libertades” al desacelerar el crecimiento de las desigualdades, aseguran.
Un impuesto de este tipo también sería “patriótico” porque todos los estadounidenses tienen como deber contribuir al éxito del país a la altura de sus medios. “Y los ricos no deben ser la excepción”, dicen.
En la carta, los multimillonarios se refieren sobre todo al inversor Warren Buffett, la tercer fortuna estadounidense, quien recuerda frecuentemente que paga una tasa de impuestos menor que la que paga su secretaria.
La idea de un impuesto específico a la fortuna es además apoyado por una mayoría de los estadounidenses, argumentan citando sondeos.
Fotografía: el empresario estadounidense George Soros, uno de los 18 firmantes de la carta.

¿Podrá Trump comprar la paz para el Oriente Próximo?


Más de dos años después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propusiera por primera vez un plan para reanudar el proceso de paz israelí-palestino, su primera fase será presentada formalmente el martes en un seminario económico en Bahrein.
La cumbre económica ‘Paz para la Prosperidad’, cuyo objetivo es fomentar la inversión en los Territorios Palestinos, fue propuesta como el primer eslabón del amplio plan político de la Casa Blanca para poner fin al conflicto.
El yerno de Trump, Jared Kushner, el principal arquitecto del plan, dio a Reuters el sábado un avance exclusivo de las propuestas económicas.
Sin embargo, el proyecto económico de la Casa Blanca no hace mención alguna a la condición de Estado de Palestina. Y poco se ha revelado hasta ahora sobre siguiente fase del plan, que tendrá que abordar ésta y otras cuestiones que desbarataron décadas de esfuerzos de los anteriores pacificadores, explica Stephen Farrell en una información de la agencia Reuters
Estas cuestiones incluyen:
-El estatuto de la ciudad de Jerusalén, que abarca lugares sagrados para el judaísmo, el islam y el cristianismo.
-Establecimiento de fronteras mutuamente acordadas.
-Encontrar las debidas condiciones de seguridad para evitar los temores de Israel sobre los ataques palestinos y de sus hostiles vecinos.
-Abordar las demandas de los palestinos sobre la creación de un Estado y el fin de la ocupación de los territorios palestinos por parte de Israel desde hace décadas.
-Encontrar una solución a la difícil situación de millones de refugiados palestinos.
-Acuerdos sobre el uso compartido de recursos naturales escasos, como el agua.
-Los palestinos exigen que Israel desmantele los asentamientos en Cisjordania de los más de 400.000 israelíes que viven entre aproximadamente 3 millones de palestinos, y los otros 200.000 colonos israelíes en Jerusalén Oriental.
¿Qué sabemos del plan?
El grupo de trabajo ‘Paz para la Prosperidad’ en Manama adoptará un enfoque de “la economía es lo primero” ante el conflicto político y religioso.
Esto refleja un nuevo enfoque pragmático o por el contrario las raíces empresariales de sus arquitectos neoyorquinos, dependiendo de si se habla con partidarios o con críticos.
Reclama un fondo de inversión de 50.000 millones de dólares para impulsar las economías de Palestina y los estados árabes vecinos, según el documento examinado por Reuters.
Entre los 179 proyectos de infraestructura y negocios propuestos se encuentra un corredor de transporte de 5.000 millones de dólares para conectar Cisjordania y Gaza.
Más de la mitad de los 50.000 millones de dólares se gastarán en los territorios palestinos durante 10 años.
El resto se dividiría entre los países vecinos como Líbano, Egipto (cuya península del Sinaí linda con Gaza) y Jordania, país que ha acogido el mayor número de palestino y que teme que se asienten permanente allí.
¿Quién pagará?
La administración Trump espera que otros (principalmente los ricos estados del Golfo y los inversores privados) paguen gran parte de la factura.
¿Cuáles son sus posibilidades?
Las expectativas son bajas. No habrá representantes de los gobiernos israelí o palestino en el grupo de trabajo dedicado a promover la paz entre israelíes y palestinos.
Además, el plan de reactivación económica solo se implementará si se alcanza una solución política en uno de los conflictos más difíciles del mundo.
Las últimas negociaciones de paz fracasaron en 2014, aunque las esperanzas eran pocas incluso entonces, después de dos levantamientos palestinos durante las últimas tres décadas, la expansión de los asentamientos israelíes y el ascenso al poder de Hamás, un movimiento armado islamista que sigue oponiéndose implacablemente a la existencia de Israel

viernes, 21 de junio de 2019

La Asociación Psicoanalítica de EEUU pide perdón por calificar la homosexualidad como una enfermedad


La Asociación Psicoanalítica Estadounidense (APsaA, por su sigla original) pidió perdón el viernes por tratar previamente la homosexualidad como una enfermedad mental, diciendo que sus errores pasados contribuyeron a la discriminación y el trauma para las personas LGBTQ, escribe Daniel Trotta en cable de la agencia Reuters.
La APsaA podría ser la primera organización médica o de salud mental de Estados Unidos en emitir una disculpa de ese tipo.
Aunque los psiquiatras desclasificaron la homosexualidad como trastorno en 1973 y los psicólogos lo hicieron casi 20 años después, la asociación dice que no tiene conocimiento de que ningún grupo profesional relacionado haya ofrecido disculpas.
“Ya es hora de reconocer y pedir perdón por nuestro rol en la discriminación y el trauma causados por nuestra profesión y decir: ‘Lo sentimos’”, según un comunicado del doctor Lee Jaffe, presidente de APsaA.
El grupo usa esa abreviatura para distinguirse de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA).
Jaffe dijo a Reuters que iba a presentar las disculpas el viernes en la sesión de apertura de la reunión anual del grupo en San Diego. Jaffe dijo que su grupo ha estado activo durante mucho tiempo en la promoción de los derechos LGBTQ, pero aún no ha expresado su contrición.
“Es difícil admitir que uno ha estado tan mal”, dijo Jaffe.
El cambio en el pensamiento de la comunidad médica sobre la homosexualidad y la disculpa del viernes se derivan de un evento fundamental en la historia LGBTQ hace 50 años: Stonewall.
Los clientes de un bar gay de la ciudad de Nueva York llamado Stonewall Inn lucharon contra el hostigamiento policial en las primeras horas de la mañana del 28 de junio de 1969, lo que provocó el inicio del movimiento moderno por los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales yqueer.
La policía de Nueva York se disculpó recientemente por las redadas y las leyes discriminatorias de la época.
Nueva York está esperando hasta 4 millones de personas para el 50 aniversario de Stonewall la próxima semana, y los desfiles del Orgullo Gay se celebrarán en todo el mundo el 30 de junio.

Del muro y la economía: fracasos y triunfos de Trump


“Promesas hechas, promesas cumplidas”, dice uno de los principales eslóganes de la campaña para su reelección como presidente de Estados Unidos, Donald Trump. ¿Pero, es verdad?
A continuación unos cuantos éxitos y fracasos, comparando sus logros con sus promesas, de su tumultuoso mandato, según la AFP.
Éxitos
Economía:
La economía será la baza que mejor venderá Trump.
El PIB creció a un ritmo anual del 3,1% en el primer trimestre de 2019, y hay que remontarse una década atrás para ver la última recesión. El desempleo cayó al 3,6%, la tasa más baja en medio siglo.
La afirmación de Trump de que la economía estadounidense es “la mejor” de su historio es, sin embargo, exagerada.
Economistas ven peligros en este crecimiento, como el crecimiento vertiginoso de la deuda del gobierno y la reacción que tendrán las políticas comerciales agresivas de Trump, especialmente con China.
Justicia:
Trump cumplió su promesa de nombrar un gran número de jueces federales conservadores.
Principalmente, el presidente hizo uso de la mayoría republicana en el Senado para colocar a los jueces conservadores Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh en la Corte Suprema, lo que probablemente inclinará durante décadas hacia la derecha al órgano encargado de velar por el cumplimiento de la Constitución.
Política exterior:
Trump cumplió su palabra de dar un giro de 180 grados a la política exterior.
Es debatible si Estados Unidos es ahora “respetado” en todo el mundo, como el presidente se encarga de repetir, pero el nivel de tensión no lo es.
Trump sacó a su país del Pacto de Libre Comercio Transpacífico (TPP). Igualmente, abandonó el acuerdo internacional con Irán para permitir controles sobre su programa nuclear.
Para consternación de científicos de todo el mundo, terminó con los compromisos adquiridos por Estados Unidos en el histórico acuerdo de París para mitigar los efectos del cambio climático.
También cumplió sus amenazas de aplicar mano dura a China en materia de comercio; de exigir más financiación a sus aliados de la OTAN; y de renegociar el TLCAN, el acuerdo comercial con sus vecinos México y Canadá. Ha intentado, aunque infructuosamente hasta el momento, convencer a Corea del Norte de abandonar las armas nucleares.
En otra decisión diplomática que retumbó en todo el mundo, Trump puso fin a décadas de statu quoal reconocer Jerusalén como capital de Israel.
Fracasos
Salud:
Trump falló en una de sus principales promesas: revocar la ley sanitaria de su antecesor, Barack Obama, conocida como Obamacare.
La ley, denostada por la derecha y popular entre los ciudadanos, busca dar cobertura sanitaria pública a millones de estadounidenses que carecen de ella.
Pero más importante aún, los republicanos no han logrado presentar un plan alternativo creíble.
El muro:
Otra de las principales promesas de Trump fue la erigir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México para frenar “la invasión de migrantes”, como le gusta decir al presidente, y obligar al país vecino a pagar las obras. Nada de esto ha pasado.
El presidente recurrió alshutdownmás largo de la historia de Estados Unidos para tratar de conseguir financiación pública para construir los tramos de muro prometidos, pero después de 35 días puso fin al estancamiento aceptando apenas $1.700 millones de los $5.700 que exigía para cumplir su promesa.
Este mes, volvió a blandir la amenaza comercial para presionar a México para que detenga el flujo migratorio de centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos.
Elecciones de medio mandato:
Pese a que su nombre no figuraba en las boletas que los estadounidenses depositaron en las elecciones de medio mandato de noviembre pasado, la votación se entendió como un referéndum sobre Trump, quien se implicó de lleno en la campaña a lo largo de todo el territorio, aunque con escaso éxito. Los republicanos recibieron un buen golpe.
Aunque el partido del presidente consiguió ampliar su mayoría en el Senado, perdieron la Cámara de Representantes. Esto significa que los demócratas finalmente tienen una forma significativa de oponerse a Trump, incluso mediante el uso de comités de investigación.

Por qué Trump detuvo a última hora los planes para atacar a Irán


El ataque a Irán estaba listo pero pocos minutos antes de que se iniciara el presidente de EEUU, Donald Trump, dio la orden de pararlo, informó la BBC.
En un mensaje publicado en Twitter, el presidente confirmó lo que habían adelantado el diario The New York Timesy la agencia AP: había ordenado atacar Irán pero se echó para atrás minutos antes de que se ejecutara.
La acción iba a ser la respuesta al derribo de un dron espía, que según Teherán había violado su espacio aéreo pero EEUU asegura que estaba sobre aguas internacionales.
Irán derriba un dron estadounidense cerca del estrecho de Ormuz y Trump lo califica de "gran error"
El mandatario reveló que la operación tenía tres objetivos definidos. Pero Trump decidió que no se hiciera.
¿Por qué?
El mandatario estadounidense dijo que tomó la decisión para evitar la muerte de decenas de personas.
“Cuando pregunté cuántas personas morirán: ‘150, señor’, fue la respuesta de un general. 10 minutos antes del ataque lo detuve, no es proporcional a haber derribado un dron no tripulado", escribió Trump en Twitter.
“No tengo apuro, nuestra fuerza militar está reconstruida, nueva y preparada para actuar, es con diferencia la mejor del mundo. Las sanciones están haciendo daño y agregamos más anoche”, apuntó.
El jueves en la mañana, Trump había calificado de “un error muy grande” el derribo del dron de vigilancia modelo RQ-4A Global Hawk.
Las tensiones entre ambos países se han ido incrementando en las últimas semanas, cuando se han producido ataques contra varios buques petroleros en la zona del golfo de Omán por los que Washington acusa a Teherán.
Funcionarios estadounidenses dijeron a la agencia AP que los ataques contra Irán habían sido recomendados por el Pentágono y se encontraban entre varias opciones a evaluar.
Según el NYT, altos cargos del Pentágono advirtieron que una respuesta militar podría llevar a una escalada que pusiera en riesgo a las fuerzas estadounidenses en la región.
De acuerdo con AP, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, y el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, habían abogado por una posición dura ante Irán, mientras que los líderes del Congreso habían recomendado precaución.
Inicialmente, Trump aprobó la operación pero, al final, decidió retractarse.
La situación entre Estados Unidos e Irán se ha deteriorado mucho en el último año, desde que Trump decidió retirarse del acuerdo firmado en 2015 por varias potencias mundiales con Irán, mediante el cual Teherán se comprometió a aceptar límites a su programa de desarrollo atómico a cambio de un levantamiento de las sanciones económicas en su contra.
Ante la presión de las sanciones impuestas nuevamente por Washington y lo que considera la falta de una respuesta eficaz del resto de socios del acuerdo —quienes habían prometido un mecanismo para aliviar el impacto de las decisiones de Trump—, el gobierno iraní anunció que dejaría de respetar algunas de las limitaciones previstas en el acuerdo nuclear.
Este viernes, el gobierno de Irán negó los reportes de que Trump les había advertido a través de Omán sobre la posibilidad de ser objeto de un ataque inminente a menos de que estuvieran dispuestos a negociar.
Y es que la agencia Reuters había reportado que funcionarios iraníes le dijeron este viernes por la mañana que su gobierno había recibido a través de Omán un mensaje de Trump advirtiendo de un ataque inminente, en el que afirmaba estar en contra de la guerra y proponía dialogar sobre diversos asuntos.
“Él fijó un plazo breve para obtener nuestra respuesta pero la reacción inmediata de Irán fue que dependía del líder supremo, (ayatolá Alí) Jamenei, decidir sobre este asunto”, dijo un funcionario iraní citado por Reuters.
Otra fuente del gobierno iraní le dijo a esa misma agencia que dejaron claro que Jamenei está en contra de cualquier diálogo pero que entregarían el mensaje para que él decidiera.
“De cualquier forma, le dijimos al funcionario de Omán que cualquier ataque contra Irán tendrá consecuencias regionales e internacionales”, agregó.
Los medios estatales iraníes indicaron que el derribo del dron se produjo cerca de la ciudad de Kuhmobarak, provincia Hormozgan, en el sur de Irán.
El comandante de la división aérea de la Guardia Revolucionaria de Irán, general Amirali Hajizadeh, dijo en la televisión estatal que antes de derribar el dron estadounidense ellos enviaron dos alertas pero que, lamentablemente, la aeronave siguió acercándose sin cambiar de trayectoria por lo que tuvieron que derribarla.
Teherán informó que había convocado al embajador de Suiza, país que representa los intereses de EEUU en Irán dada la inexistencia de relaciones diplomáticas, para presentar una protesta.
El gobierno iraní asegura que su viceministro de Exteriores, Abbas Araghchi, presentó al diplomático europeo evidencia “indiscutible” de que el dron había violado el espacio aéreo de su país.
Araghchi señaló que Irán no busca la guerra ni un conflicto en la región pero advirtió que no tolerarán ataques en su contra.
“La República Islámica de Irán no dudará ni un momento para defender de forma decisiva su territorio en contra de cualquier agresión”, aseguró.

La comezón del exilio revisitada

A veces en el exilio a uno le entra una especie de comezón, natural y al mismo tiempo extraña: comienza a manifestar un anticastrismo elemen...