miércoles, 11 de septiembre de 2019

Bolton el inútil


La pregunta no es por qué el presidente Donald Trump despidió a su asesor de seguridad John Bolton sino por qué lo llamó (en la era Trump no hay nombramientos, ni siquiera contratos). La respuesta es sencilla: Bolton es solo figura (por supuesto, bigote incluido), imagen, alboroto, pero poca sustancia. Quitarlo y ponerlo se ha convertido en un ejercicio demasiado fácil en Washington. Solo en Miami, quizá, su salida reúna algún lamento por parte de exiliados cubanos, que lo conocen de años, y venezolano, que supieron de él por un ratico, pero la fidelidad al jefe en la Casa Blanca hará olvidar pronto el leve disgusto.
Desde la administración de George W. Bush quedó claro que Bolton no estaba hecho para durar mucho en cualquier cargo o dejar un legado. El hijo de un bombero de Baltimore siempre ha demostrado su predilección por provocar incendios, nunca por apagarlos o impedirlos. Al final, en ello ha sido un inútil. Bolton es el que se levanta a gritar ¡Fuego! en un cine y no acaba la palabra porque el vecino de luneta le da un sombrerazo. 
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