jueves, 12 de marzo de 2020

Coronavirus: Trump lo hizo mal y sigue haciéndolo peor


Destacar el mal manejo de la presidencia de Donald Trump ante la crisis por la epidemia de coronavirus no es una opinión política, ni tampoco una posición que se escuda bajo la barricada demócrata o producto de la extrema politización que vive el país.
Es un hecho.
La alarma sonó bien temprano frente a la amenaza de la pandemia. Exfuncionarios del gabinete de Trump lanzaron la alarma. Solo que simplemente ya no formaban parte del gobierno. Hay que enfatizar que no se trataba de legisladores demócratas, de aquellos que habían trabajado durante la administración Obama o de rivales políticos. 
No. Habían formado parte de ese gobierno que ahora prefería mirar para otra parte.
Mientras dichos funcionarios señalaban la gravedad de la situación que se avecinaba, su mensaje contrastaba con la narrativa optimista que emanaba de la Casa Blanca, informa el diario digital Politico.
El día de enero que se identificó un nuevo coronavirus en Wuhan, China, Tom Bossert, exasesor de seguridad nacional del presidente Trump, tuiteó una severa advertencia: “enfrentamos una amenaza global para la salud”.
“Hay que coordinar esfuerzos”, pedía.
No fue el único.
Otros como Scott Gottlieb, jefe de la Administración de Alimentos y Drogas hasta 2019, y Gary Cohn, quien una vez dirigió el Consejo Económico Nacional, también aparecieron en televisión y Twitter, argumentando que la administración debía prepararse para un empeoramiento de la situación.
Todos habían trabajado en la administración de Trump y habían tratado de guiar su gobierno dentro de los cauces normales de cualquier mandato presidencial de Estados Unidos. Pero ya no estaban.
En Twitter y TV, Gottlieb, Bossert y Cohn, entre otros, dieron un tono urgente, mientras que el presidente insistió en que el virus estaba “muy bajo control en Estados Unidos”. incluso pronosticando a fines de febrero que el número de casos sería cercano a cero “dentro de un par de días”. Afirmando falsamente que pronto llegaría una vacuna.
Mientras, el sustituto de Cohn, Larry Kudlow, afirmaba en febrero: “Hemos contenido esto, no lo diré hermético, pero bastante cercano a lo hermético”.
Uno de los problemas es que durante los años que lleva en la presidencia, Trump se ha empeñado en deshacerse de los funcionarios y expertos que cuestionen sus decisiones, intenten imponer guías o simplemente se opongan a sus disparates. Ello está más que documentado en entrevistas, declaraciones e incluso libros de los que han abandonado el gobierno o han sido echados a un lado con mayor o menor displicencia.
Y esa forma de proceder se ha mantenido impune hasta que llegó una gran crisis.
La realidad es que hoy por hoy nadie confía en Trump, ni sus asesores, ni la Bolsa de Nueva York, ni los expertos en enfermedades y virus, y mucho menos los empresarios e inversionistas; ni la industria hotelera, las aerolíneas y farmacéuticas. que trataran de ver lo que mejor salvan de esto. Solo le queda su banda de fanáticos.
El presidente habló el miércoles por la noche a toda la nación (en un tipo de alocución que realizaba por segunda vez durante su mandato). Al día siguiente volvieron a estrellarse las Bolsas.
El 12 de marzo de 2020 fue la peor sesión desde 1987 en Nueva York.
Los inversores visiblemente perdieron la esperanza en una respuesta económica y financiera eficaz ante una pandemia que hace cerrar fronteras, fábricas y escuelas. Y los anuncios de medidas de estímulo a fuerza de billones de dólares, dispersos y sin verdadera coordinación por parte de gobiernos y bancos centrales, no tranquilizaron a los mercados, según informa la AFP.
El anuncio de Trump —lleno de imprecisiones y sin haber sido comunicado antes a la Comunidad Europea— de una suspensión de entrada de europeos a Estados Unidos por 30 días fue el mejor ejemplo de esa ausencia de cooperación en la lucha contra el Covid-19. Y dio el golpe de gracia a mercados en desbandada.
La bolsa de Nueva York se derrumbó el jueves y su principal indicador registró su mayor caída desde el crack bursátil de octubre de 1987: 9,99% a 21.200,62 unidades.
El índice estrella de Wall Street no registraba tamaña caída desde el “lunes negro” del 19 de octubre de 1987, cuando perdió más de 22%.
Se trata de la quinta mayor caída de la historia para el Dow Jones según datos compilados por Howard Silverblatt, especialista en índices de S&P Dow Jones.
En tanto el tecnológico Nasdaq cedió 9,43% a 7.201,80 puntos.
Wall Street se recuperó luego a media jornada, cuando la Reserva Federal de Estados Unidos anunció una inyección adicional de 1,5 billones de dólares en el mercado a través de operaciones de recompra de bonos. Pero rápidamente la bolsa se hundió hasta el cierre.
La decisión de Trump estuvo lejos de tranquilizar a los inversores.
“Vendan, vendan, vendan”, comentaba el analista de AxiCorp Stephen Innes para resumir el estado de ánimo en las salas de comercio asiáticas tras los anuncios de Trump. “Las restricciones de viaje significan todavía menos actividad económica mundial”.
“Hay dos cuestiones clave, una es el fin de la crisis sanitaria y la otra es cómo se sostendrá la economía”, comentó Olivier Fainsilber, experto en transporte aéreo de la empresa Oliver Wyman.
Este jueves, el doctor Anthony Fauci, jefe del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU, admitió que el sistema de salud del país “está fracasando” en la forma en la que está respondiendo a los nuevos casos de coronavirus.
“El sistema no está realmente orientado a lo que necesitamos en este momento, a lo que se está requiriendo. Eso es un fracaso. Admitámoslo”, dijo la principal autoridad en infectología del país en una audiencia ante el Congreso, informa la BBC.
Hasta la fecha, aunque Trump anunció el veto a la llegada de extranjeros desde 26 países europeos y se han adelantado numerosas medidas económicas para intentar calmar los mercados y estabilizar la Bolsa, las que han fracasado todas, se desconoce cuál es el plan concreto del gobierno para intentar lidiar con el virus desde su sistema de salud pública.
No se conoce el número exacto de casos. No se llevan a cabo las pruebas suficientes y persisten los temores de quienes no cuentan con seguros de salud ante el costo de los tratamientos.
Al presidente Trump solo se le ocurre, como forma de paliar las consecuencias de la pandemia —tanto desde el punto de la economía del individuo como las corporaciones— comentar diversas propuestas de rebajas fiscales, temporales o permanentes. Pero su medicina no llega a remedio casero, mucho menos la solución del problema.

2 comentarios:

jorge clavijo dijo...

Es un articulo excelente llenos de verdades ! y un analisis preciso de la situacion Actual!
Ojala lo lean los Trumpistas cubanoides de Miami! Bravo Armengol!Jorge Clavijo

jorge clavijo dijo...

Es un excelente articulo replete de verdades y un analisis preciso de la actual situacion!
Ojala lo lean y asimilen los Trumpistas miamenses! Bravo Armengol Jorge Clavijo

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