lunes, 17 de enero de 2022

La enseñanza perdida


Algo tan antiguo como una epidemia —la humanidad ha sufrido muchas y de todo tipo a lo largo de los siglos— ha venido a mostrarnos, una vez más, las limitaciones de cualquier ideología que se nos ocurra.
Durante décadas, tanto las administraciones demócratas como las republicanas creyeron que el mercado se haría cargo de controlar la oferta y la demanda. En la actualidad vivimos entre las ruinas de esa visión del mundo, y todavía no queremos aceptarlo. 
Año tras año un grupo de magnates y corporaciones se empeñaron en expandir sus ganancias a todas partes. Y un virus nos muestra a diario, que lo que le ocurre a un trabajador chino o de otro rincón cualquier del mundo, influye directamente en nuestro viaje al supermercado.
En las últimas décadas, la única preocupación por fortalecer un sector del gobierno y la nación —repito que tanto por parte de las administraciones demócratas como republicanas— fue lo referente al gasto militar.
Mientras tanto, un gobierno, cualquier gobierno estadounidense, está ahora tan debilitado por las acciones —de aquellos que dijeron que era una mala institución, que no servía, que era peor que inútil— que se muestra timorato y torpe hasta la irresponsabilidad, y  ha perdido la fuerza y la confianza necesaria para sacarnos del embrollo.

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