viernes, 18 de febrero de 2022

¿Está en ruinas el carácter del cubano?


Conocer cómo piensan y actúan las personas que por demasiado tiempo han sobrevivido en un país en ruinas abarca un universo más amplio que las discusiones políticas.

Los cubanos han evolucionado en dos grupos, con diferencias y semejanzas significativas a lo largo de estos 63 años transcurridos desde la llegada de Fidel Castro al poder. Un grupo —la mayoría— ha permanecido en el país. Otro ha creado una nueva forma de vida en el exilio.

La diferencia más significativa es que, quienes han emigrado a Estados Unidos y otros países, habitan en lugares donde rige un sistema capitalista de libre comercio y gobierno democrático. Los que por voluntad o causas ajenas han permanecido en Cuba se ven obligados a regirse por las circunstancias imperantes en una sociedad con un sistema totalitario solo preocupado en sobrevivir a cualquier precio.

Más allá de la aspiración a poder expresarse libremente, como ocurre en buena parte de los países democráticos con cualquier variante de economía capitalista ―aunque por lo general sin muchas consecuencias―, y la censura generalizada que rige en un país bajo una forma de gobierno que persiste descaradamente en llamarse socialista, lo que actúa con mayor fuerza sobre el cubano es la sensación de incapacidad para regir su vida.

Esto puede tener como consecuencia una existencia encerrada en el desencanto y la apatía o una salida violenta en cualquier momento. Quienes viven en Cuba han conocido ambas formas de conducta, en particular durante las últimas décadas. Pero lo que más preocupa es el factor de inestabilidad que ambas crean, con independencia de que esta se manifieste de una manera más taciturna o con un carácter activo. 

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