La habitualmente tranquila capital de Canadá se encuentra en estado de emergencia. Han pasado casi dos semanas desde que el autodenominado “Freedom Convoy” redujo sus principales arterias a un simple estacionamiento.
Dos cruces en la frontera entre Estados Unidos y Canadá, incluido el más transitado, fueron bloqueados parcialmente y los manifestantes intentaban bloquear una carretera a un tercero.
“Básicamente, están poniendo su pie en la garganta de todos los canadienses”, dijo el miércoles Bill Blair, ministro de Preparación para las Emergencias de Canadá. “No se puede permitir que persista”.
Mientras tanto, en Estados Unidos el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) advierte que los camioneros de este país posiblemente planean bloquear carreteras en las principales áreas metropolitanas en protesta por los mandatos de vacunas, y que la actividad de protesta podría afectar el Super Bowl en Los Ángeles este domingo, así como el decurso sobre el Estado de la Unión del presidente Joe Biden, el 1º de marzo, según una copia del documento obtenida por The Washington Post.
El DHS ha distribuido un boletín a los organismos encargados de hacer cumplir la ley advirtiendo que una caravana de camioneros que protestan podría comenzar en California a mediados de febrero y llegar a Washington D.C. a mediados de marzo. Los camioneros de Canadá pueden potencialmente unirse al convoy mientras viaja hacia el este, advirtió el DHS.
El boletín fue informado por primera vez por CBS News.
En un comunicado, el portavoz del DHS, Ángelo Fernández, confirmó que el departamento “está rastreando los informes de un posible convoy que podría estar planeando viajar a varias ciudades de Estados Unidos”.
“No hemos observado llamadas específicas a la violencia dentro de Estados Unidos asociadas con este convoy, y estamos trabajando en estrecha colaboración con nuestros socios federales, estatales y locales para evaluar continuamente el entorno de amenazas y mantener seguras a nuestras comunidades”, se lee en el comunicado.
Los funcionarios canadienses continuaron condenando los bloqueos “ilegales”, que han sido impulsados por grupos de extrema derecha y antivacunas en todo el mundo, e inspiraron manifestaciones de imitación desde Europa hasta Australia, así como detallaron sus efectos nocivos para la seguridad nacional y la economía. Pero se han producido pocos indicios de cómo o cuándo las autoridades les pondrán fin.
El motivo aparente detrás de las manifestaciones, al menos al principio, era protestar contra las normas estadounidenses y canadienses que exigen que los camioneros estén completamente vacunados para cruzar la frontera. Pero desde entonces se ha convertido en un movimiento más amplio contra las restricciones por la pandemia en Canadá —que en su mayoría son impuestas por las provincias y han sido generalmente populares— y en contra del primer ministro Justin Trudeau, el líder liberal que fue reelegido para un tercer mandato en septiembre.
Los partidarios de convoy, incluidos varios legisladores conservadores, habían argumentado que exigir que los camioneros se vacunaran provocaría escasez de productos y aumentaría los precios de los comestibles en un momento de inflación creciente.
“Me parece irónico que las mismas personas que estaban tratando de venderles a los canadienses historias falsas sobre estantes vacíos sean ahora las que están causando que estos estantes se queden vacíos”, dijo Omar Alghabra, ministro de Transporte de Canadá, a los periodistas el miércoles. “Esto es un bloqueo económico ilegal”.
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