Asistimos en Ucrania a una nueva guerra imperialista. Una guerra donde las naciones se disputan un territorio, los capitales financian el conflicto y los pueblos ponen los muertos. Todo semejante a lo ocurrido en los dos últimos siglos. Ningún avance para la humanidad.
Revive el nacionalismo con más fuerza que décadas atrás, ya no por la fuerza en las urnas sino por el poderío de las armas.
En este caso particular, Europa es la que en buena medida financia la guerra a la que dice oponerse.
Nos guste o no, ello significa una reafirmación del marxismo-leninismo. Sí, incluso si nos guste aún menos tener que usar el término leninismo.
De momento no se tiene en cuenta, no se habla de ello, se pretende ignorar. Pero las consecuencias serán enormes en los próximos años.
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