Representantes estadounidenses y cubanos se reunieron el jueves en Washington para conversar sobre migración, mientras Estados Unidos trata de controlar el creciente número de personas que intentan cruzar su frontera sur, incluyendo un número cada vez mayor de cubanos, informa la agencia Reuters.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo que las conversaciones, el contacto formal de más alto nivel con La Habana desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo el año pasado, estaban “centradas directamente en la migración”.
“Hemos visto un aumento significativo de la migración irregular por parte de migrantes cubanos que llegan a Estados Unidos, lo que incluye tanto las rutas terrestres como las marítimas”, dijo Price.
Como por lo general ha ocurrido en este tipo de reuniones de funcionarios estadounidenses y cubanos, las conversaciones no dieron resultados sorprendentes, y mucho menos novedosos. El único detalle a destacar es el anuncio de que se ofrecerán, “de forma limitada”, visas de inmigrantes para ciudadanos cubanos,
“Estados Unidos abordó el tema de los servicios consulares en la Embajada ‘para incluir la reanudación de los servicios de visas de inmigrantes de forma limitada a partir de mayo, los servicios actuales para ciudadanos estadounidenses y la emisión actual de visas de emergencia para no inmigrantes’”, señala la información publicada en OnCuba.
El miércoles el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas, ya había anunciado, en el marco de la conferencia ministerial sobre migración que se celebró en Panamá y al que Cuba no estuvo invitada, que EE. UU. iba a explorar la posibilidad de renovar los acuerdos migratorios con la isla.
Emily Mendrala, subsecretaria de Estado adjunta de Washington para Asuntos del Hemisferio Occidental, encabezó una delegación estadounidense en las conversaciones y el viceministro cubano de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossio, lideró la comitiva cubana, dijo el Departamento de Estado.
Las conversaciones se centraron en las formas de abordar la inmigración ilegal, los cambios en las tendencias migratorias, las deportaciones y las funciones de las embajadas, añadió Price.
Las tensiones entre Washington y La Habana sobre la represión de las protestas por parte del Gobierno cubano, las sanciones estadounidenses a la isla y otras cuestiones han dificultado la cooperación entre los países en desafíos como la inmigración.
El diálogo migratorio, que se celebraba dos veces años durante anteriores administraciones estadounidenses, republicanas y demócratas, había sido suspendido en 2018 durante la presidencia de Donald Trump (2017-2021), quien dio marcha atrás al histórico proceso de acercamiento con la isla caribeña lanzado por su predecesor Barack Obama (2009-2017).
Price apuntó que la delegación estadounidense “subrayó áreas de exitosa cooperación en migración”, aunque también “se identificaron obstáculos para cumplir con los objetivos de los acuerdos”, sin ofrecer más detalles, según la agencia Efe.
Estas conversaciones migratorias, agregó una nota oficial, “son consistentes con los intereses de Estados Unidos de fomentar la reunificación familiar y promover un mayor respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales en Cuba”.
No obstante, la reanudación del diálogo fue criticada duramente desde la oposición republicana.
En este sentido, el senador republicano por Florida Marco Rubio señaló a Biden que la dictadura de Cuba “siempre usa la migración masiva para chantajear a presidentes demócratas”.
La salida de cubanos, principalmente rumbo a Estados Unidos, ha aumentado de forma notable en los últimos meses, algo que los expertos vinculan en primer lugar con la grave crisis económica que atraviesa la isla.
Price aseveró que esta alza “subraya” la necesidad “imperativa” de retomar este foro, ya que ofrece “una oportunidad para importantes discusiones sobre los compromisos de Estados Unidos para una migración legal, segura y ordenada”.
De acuerdo con datos de las autoridades migratorias estadounidenses, entre octubre y febrero ingresaron en Estados Unidos unos 47.331 migrantes cubanos, después de que solo en febrero llegaran a la frontera la cifra récord de 16.657.
En un mensaje en Twitter antes de viajar a Washington, Fernández de Cossío remarcó que esos acuerdos también incluyen “obligaciones” que ambas partes deben cumplir para lograr ese fin, en aparente referencia al compromiso de Estados Unidos de tramitar 20.000 visados al año para cubanos, una reivindicación habitual del Gobierno de su país.
Esta cifra, según La Habana, no se cumple desde que Estados Unidos redujo la actividad de su embajada en la isla tras los “incidentes de salud” que se denominaron el “síndrome de La Habana”, cuyo origen sigue sin aclararse.
Aunque Biden había prometido un cambio de rumbo respecto a las política de Trump, estas promesas no se han concretado y el distanciamiento se ha mantenido.
De hecho, en noviembre de 2021, Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, afirmó que las “circunstancias cambiaron” en la política hacia Cuba tras las protestas del 11 de julio, que fueron duramente reprimidas por las fuerzas de seguridad del régimen.
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