Todos los días en Estados Unidos aparecen diversas noticias que hacen pensar que la situación del país —económica, política, social— se deteriora cada vez más a cada momento. ¿Ineficiencia del gobierno demócrata de Joe Biden?, ¿un complot nacional de empresarios, partidarios de Trump y renegados de la democracia liberal?, ¿consecuencias de la pandemia, que ahora se sienten con fuerza pero que desaparecerán en uno o dos años?, ¿exageraciones de los republicanos para obtener réditos electorales? De las teoría conspirativas —fáciles para asumir explicaciones y brindar una espuria satisfacción emocional— al análisis de hechos y circunstancias hay un largo camino, pero la realidad golpea a diario al estadounidense, y ello cuenta con fuerza creciente.
Durante las últimas semanas, la poca presencia de fórmulas para bebés, un sustituto de la leche materna para infantes menores de 12 meses, empieza a impactar a la población estadounidense. La Casa Blanca anunció que busca alternativas para abastecer el mercado en medio de una crisis que tiene origen en diversos factores, informa France 24.
De acuerdo con The Washington Post, que cita a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), uno de cada cuatro padres en Estados Unidos ofrece leche materna a sus bebés hasta los seis meses de edad. Lo cual deja a un amplio porcentaje de esa población dependiente de las fórmulas para bebés.
Durante los últimos meses padres, representantes y cuidadores han estado afrontando la disminución de suministros de estos productos en los establecimientos, una situación que se ha agravado en las pasadas semanas. Ben Reich, director ejecutivo de la firma de datos Datasembly, indicó que alrededor del 40 % de los productos de fórmulas para bebés se agotaron en EE. UU. el mes pasado y durante la primera semana de mayo las reservas fueron 43 % más bajas de lo normal.
The Atlantic señala que en muchos estados, entre ellos Texas y Tennessee, más de la mitad de las fórmulas se agotó en las tiendas, obligando a algunos minoristas a limitar las compras de este tipo de productos, lo que aumentó el desespero de los padres.
La situación, que comenzó como un “curioso inconveniente” y se ha transformado en una crisis nacional, ha tocado la puerta de la Casa Blanca, que ya anunció estar en la búsqueda de un plan, sin muchos detalles, para abastecer el mercado de fórmulas para niños, un hecho sin precedentes en la Unión Americana.
La situación ha sido aprovechada por los republicanos para encarar al presidente estadounidense Joe Biden y dejar en evidencia posibles fallas para incrementar la producción en el país.
Causas de la escasez
Las causas de esta situación son diversas y van desde las políticas regulatorias, pasando por problemas derivados de la pandemia y la crisis en la cadena de suministros, hasta el retiro de una parte de la producción debido a la presencia de una bacteria.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ejerce el control de las fórmulas para bebés hasta el punto que muchos productos elaborados en Europa, bajo las normativas de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), podrían ser ilegales en EE. UU.
Por otro lado, la pandemia de Covid-19 llevó a muchos padres a acumular cantidades de la mercancía en sus casas, debido al temor de que el confinamiento provocaría la falta del productos.
“Durante la primavera de 2020, las ventas de fórmula se dispararon a medida que las personas acumulaban el producto al igual que almacenaban papel higiénico”, dijo Lyman Stone, director de investigación de la consultora Demographic Intelligence a The Atlantic.
Esa situación se tradujo a que en 2021 la producción de fórmulas para bebés se redujera debido a la poca demanda, ya que los padres seguían consumiendo el stock de casa.
Pero a principios de 2022 la demanda se disparó como consecuencia del aumento en los nacimientos y una “disminución en las tasas de lactancia”.
Adicionalmente, los problemas en la cadena de suministro, derivados de la pandemia y que afectan a gran parte del mundo, también intervinieron en la crisis que hoy padecen miles de padres estadounidenses.
Por otro lado, la situación tuvo su agravante en febrero de 2022, cuando la empresa fabricante Abbott anunció el retiro de una parte de su producción tras la enfermedad de cuatro niños, y la muerte de dos de ellos, por contraer infecciones bacterianas, presuntamente a través de alguna de sus fórmulas, un hecho que está siendo investigado por las autoridades sanitarias.
Abbott anunció que en los próximos días reanudará la producción, con la aprobación de la FDA, y que el producto podría estar en el mercado entre unas seis u ocho semanas.
Mientras tantos, algunos padres han optado por reducir la dosis de producto con la finalidad de extender la duración del mismo, informa The New York Times.
Otros han desarrollado fórmulas caseras, lo cual ha generado advertencias por parte de los organismos reguladores de EE. UU. y especialistas.
“La fórmula casera es peligrosa para los bebés. La fórmula regular está vigilada por la FDA y tiene estándares muy altos, de la misma manera que tratamos los medicamentos. Hacerlo en casa es mucho más arriesgado”, dijo la doctora Katie Lockwood, médica asistente en Children's Hospital of Philadelphia Primary Care al Times.
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