En entrevista con el diario argentino La Nación, el escritor cubano Leonardo Padura afirma que “el país del mundo de lengua española en donde es más difícil conseguir mis libros es precisamente en Cuba. Las ediciones son casi, diría, aleatorias y de muy pocos ejemplares, por eso lo único que me duele un poco es que mis contemporáneos, mis compatriotas difícilmente tengan acceso normal a mis libros”.
Mientras se prepara para lanzar su próxima novela, Personas decentes, en la que volverá a aparecer el detective Mario Conde, protagonista desencantado de tantas obras suyas y un álter ego del escritor, Padura volvió al ruedo al prologar Fuga de Siberia en un trineo de renos (Siglo XXI), el diario personal de León Trotsky en el que el revolucionario ruso relata, en tono íntimo, las peripecias y las vivencias de su deportación y su fuga de la estepa siberiana.
Después de las protestas multitudinarias del 11 de julio de 2021, la represión y las detenciones masivas, Padura escribió un texto que se llamó “Un alarido”. “Lo que se escuchó ese día fue un grito de desesperación”, dice a la periodista Astrid Pikielny
en La Nación, y explica que ahora mismo hay una crisis migratoria protagonizada por jóvenes, un grave problema de desabastecimiento, de generación eléctrica y enormes dificultades para conseguir medicamentos.
“Lo que se escuchó ese 11 de julio cuando la gente salió a la calle es un grito de desesperación. Y eso, como dije, no se iba a resolver con represión, con medidas punitivas”, añade.
Con respecto a su personaje de Mario Conde, que reaparece en su novela de próxima aparición Personas decentes, señala que en el libro muestra un enorme desencanto.
“Y cada vez su mirada al mundo es más desencantada. La realidad cubana lo ha llevado a potenciar ese desencanto y en la medida en que envejece y sabe que su tiempo vital se va reduciendo, como se va reduciendo el mío. Yo este año cumplo 67 años, ya no soy aquel muchacho de 30 y tantos que fue por primera vez a una Feria del Libro de Buenos Aires en 1992 o 1993. Ha pasado mucho tiempo. Como habrás visto en Como polvo en el viento, no solo hablo del exilio de mi generación sino también del exilio de los hijos de mi generación. Si mi generación todavía tenía una relación un poco romántica con esta idea de la lejanía, para la generación siguiente era una cuestión de una simple decisión: “Me voy porque me voy”. Y ahora mismo hay una crisis migratoria en Cuba. La mayoría de los cubanos está saliendo a través de Nicaragua, lo cual significa hacer el viaje desde Centroamérica hasta la frontera norteamericana. En esas caravanas hay muchísimos cubanos y la mayoría, jóvenes”.
Sobre la situación actual en la isla Padura señala:
“La vida en Cuba está en un punto crítico. Y puedo reafirmar la palabra. Hay un problema grave de desabastecimiento y de generación eléctrica. Incluso hay muchas dificultades para conseguir medicamentos para las enfermedades crónicas como la hipertensión y el hipotiroidismo. El hecho de que la pandemia prácticamente paralizó el turismo fue algo que afectó económicamente mucho a Cuba, que ya venía bajo la presión de medidas que reforzaban el embargo económico y financiero. A veces puede parecer que es una justificación, pero es real y afecta globalmente muchísimo a la economía cubana y particularmente a la vida cotidiana de los cubanos. Y el último punto de los más notables fue ese proceso de ordenamiento monetario que venía a eliminar una doble moneda que existía en el país y que lo que ha hecho fue potenciar la existencia de cuatro monedas: el peso cubano, el dólar norteamericano, el euro y una moneda que solo sirve para comprar en determinadas tiendas que se ha denominado MLC (Moneda Libremente Convertible), tiendas que no están mucho mejor abastecidas que las tiendas normales. Es una situación realmente muy complicada la que tenemos en Cuba”.
Respecto a la situación actual cubana, el escritor añade:
“Hace unos días leí en un medio oficial cubano que la producción azucarera cubana de este año es la más baja en los últimos cien años. Es decir que cuando más falta hacía producir azúcar es cuando menos azúcar se ha producido y eso tiene mucho que ver con un sistema económico: su eficiencia económica no funciona. Habría que empezar por darle a la gente lo que se merece y lo que necesita porque tantos años viviendo en crisis provocan un enorme agotamiento. Empezamos en crisis en 1990 y aunque ha habido momentos en que parece que vamos a sacar la cabeza del agua, después viene otra ola y nos vuelve a tapar la cabeza. Ahora mismo estamos con pocas posibilidades de sacar la nariz en medio de esta crisis”.
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